Punto Convergente

La Universidad frente a un gran desafío: recuperar a una generación de estudiantes golpeada por la pandemia

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Entre los grupos más afectados por la pandemia figuran los estudiantes que transitaron del secundario a la universidad.

No tuvimos clases virtuales, sino que se manejaban enviándonos tareas y nosotros teníamos que ver cómo hacerlas, nadie aprendió nada”, confesó Natalia, una estudiante universitaria que sufrió la pandemia del COVID-19 en la escuela secundaria. Hoy ella se encuentra estudiando Comunicación en la UCA y cuenta las dificultades que tuvieron y que tienen que atravesar los de su generación.

Por otro lado, Sofía, una estudiante universitaria de la licenciatura en Comunicación Publicitaria e Institucional de la UCA aseguró que sí tuvo clases virtuales en el secundario: “Si bien tuve clases virtuales, no sentí que para todos sirviese del mismo modo, ni que el colegio estuviese presente”. También se animó a contar que muchos de sus compañeros del secundario “no se conectaron a las clases que brindaba la escuela, y en determinado momento no tuvieron ningún tipo de acercamiento con la institución”.

“En el secundario, los últimos años que justo me tocó la pandemia, no aprendí literalmente nada nuevo, hoy me encuentro estudiando una carrera relacionada a los números y todo me cuesta el doble”,comentó Manuel, un ingresante a la Facultad de Ingeniería de la UCA. Del mismo modo, Guadalupe, una estudiante universitaria de Periodismo que sufrió la cuarentena en su último año del secundario, contó otra de las dificultades de estas camadas de jóvenes que tuvieron que realizar la transición tanto en pandemia, como post pandemia. Esta variable es la de la cantidad de días de estudio y la brecha que hay entre el secundario y la universidad. “Para mis compañeros de la facultad esto es un nuevo mundo, muy alejado de lo que fue para ellos la secundaria, donde estudiar un día antes te alcanzaba”. Los estudiantes no solo se encontraron con dificultades a la hora de ingresar al mundo universitario, sino que también muchos de ellos abandonaron la escuela. En cuanto al ámbito de la sociabilización, Sofía comentó: “Nos cuesta un poco más relacionarnos después de tanto tiempo encerrados sin conocer gente nueva”.

La mirada profesional

Los especialistas en Educación y en Psicología, ¿coinciden con la mirada de los alumnos? Según Valeria Karina Odetti, coordinadora del Programa Educación a Distancia de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), les “costó mucho, ya que fueron dos años vacíos para ellos” en estos términos. “Si bien el tema de la articulación entre la escuela secundaria y la Universidad es un tema de preocupación, ya desde hace varios años, cuando por fuertes sancionó la Ley Nacional de Educación y se hizo la obligatoriedad de la escuela secundaria, comenzaron a llegar a la Universidad otros sujetos distintos que los que llegaban antes y eso empezó a hacer una preocupación”, afirmó Odetti.

La pandemia y el cierre de dos años de las escuelas (según cada jurisdicción) empeoró muchísimo, porque al nivel secundario fue al que más le costó ofrecer una propuesta de acompañamiento, según Odetti. “Siempre me gusta pensar en las dificultades en contexto. Por un lado, es cierto que los estudiantes pueden haber experimentado una importante dificultad en no haber percibido como real la expectativa que ellos tenían. En muchos casos, el de ingresar a la vida universitaria, que implica el deseo de cumplir una meta o de avanzar en un proceso”, dijo Andrés Peregalli, doctor en Educación por la Universidad de San Andrés. “Acompañar a los jóvenes de manera integral siempre fue un gran desafío. A mí me gusta pensar que los profesores, las profesoras, las instituciones, que buscan educar integralmente, tienen esa preocupación y esa intención. Y hacen de esa intención y esa preocupación un sentido de lo que son lo que hacen, lo que sueñan siempre en pandemia y en no pandemia”, agregó.

Un factor clave: la salud mental

La salud mental, ¿cómo impactó en los jóvenes? “Previo a la pandemia, ya había una preocupación respecto al deterioro de salud mental de los adolescentes, por la hiperconectividad y la sobreexposición, la necesidad de una aprobación de otros, ya venía una cuestión de crisis de salud mental en los y las adolescentes”, sentenció Odetti.

Por si fuera poco, en muchos casos los chicos hubiesen querido el retorno completo a la presencialidad en la universidad, y la universidad también se resistió a volver a la presencialidad. Hoy en día en la universidad hay opciones híbridas o virtuales; y los jóvenes necesitan ir, convertirse en estudiantes, quedarse a estudiar, tener todo eso que los constituye en objetos, expresó la coordinadora del Programa de Educación a Distancia de FLACSO Argentina. 

Según la psicóloga Lourdes J. D’Acunto, lo vinculado a la ausencia de las clases del colegio secundario “jugó un factor determinante con todas aquellas variables como el aislamiento, debilitamiento de los vínculos y habilidades sociales, ausencia de rutinas escolares, presencia de incertidumbre ante el futuro, ausencia de la escuela como socializadora secundaria y, detectora de emergentes y problemáticas psico-sociales”. Además, D’Acunto destaca que “a nivel psicológico, esto generó la aparición y aumento de numerosos casos de trastornos en esta etapa vital que antes se presentaban o era esperable en la adultez o vejez”. Entre los más destacables, se puede mencionar los trastornos de ansiedad (crisis de ansiedad, ataque de pánico, fobia social), trastornos afectivos como la depresión, trastornos del aprendizaje, trastornos de sueño, trastorno de estrés postraumático, consumo de sustancias, agresividad, adicciones a las pantallas, ideación suicida, trastornos de la conducta alimentaria, duelo, entre otros, como ya lo han demostrados múltiples investigaciones, según la psicóloga.

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