Martín Pérez creó la aplicación argentina para vincular a los que buscan comprar comida casera con chefs aficionados que no sabe por dónde empezar. ¿Qué pasa con el control de calidad?

En Argentina ahora existe la posibilidad de relacionar a cocineros aficionados o amateur con personas que buscan pedir comida pero que la vez quieran sentir la satisfacción de comer comida casera. Así surgió Pinny, la nueva app argentina de comida casera cuyo valor agregado no es el envío rápido, sino poder disfrutar de un plato como el que hacían las madres o abuelas y que ya generó polémica entre los comerciantes.

“Del otro lado no hay una empresa sino alguien que quiere que su comida te vuelva loco”, dice la página principal de la nueva aplicación que funciona desde el 5 de septiembre en la Ciudad de Buenos Aires y que debutó, con cierto controversia, en agosto en la ciudad de La Plata.

Según su creador, Martín Pérez, el proyecto logra darle una oportunidad a aquel que no tiene tiempo para cocinarse, de comer algo casero, como también al cocinero que quiere mostrar su talento y no sabe por dónde empezar.

En la actualidad, ya son 15.000 los consumidores que se registraron en Pinny, 3.000 los chefs, entre profesionales y amateurs, y 700 los repartidores.

Pinny

Lo que comenzó un día en la cocina de Martín, cuando este cocinaba un ragú de cordero y no sabía qué hacer con las sobras, dado que es un plato que suele cocinarse mínimo para 4 o 5 personas, hoy ya es el espacio o “marketplace” donde más de 3.000 chefs ofrecen sus creaciones a miles de usuarios. “Dije ‘qué interesante sería si esto que sobra lo pudiese ofrecer’”, contó Pérez a Punto Convergente, quien siempre que huele a comida en el pasillo de su edificio se relame e intenta identificar el “olorcito que está llegando a todos los pisos”.

Martín, de 33 años, es un emprendedor desde que tiene 20, e intentó armar muchos proyectos en Argentina y alrededor del mundo. Es por eso que sabe cómo manejarse a la hora de llevar adelante una iniciativa a pesar de no ser muy amigo de la tecnología. “Me puse a investigar muchas cosas, fui de a poco armando la idea y en 4 meses ya estábamos haciendo pruebas con Pinny”, explica el fundador de la aplicación. Sorprendido, Pérez asegura que miles de chefs se anotaron al saber del objetivo de Pinny cuando en primera instancia habían lanzado una prueba para analizar el mercado.

Pérez también tuvo que se sumergirse en el mundo de la economía colaborativa, como el sistema de Uber, para emprender la app.

La aplicación tiene dos plataformas, una a la que acceden los cocineros Pinny Chefs, y otra a la que ingresan los usuarios, Pinny. Los primeros pueden cargar sus platos en las bases de datos con los precios que ellos elijan, aunque según Martín la media se encuentra cerca de los $200, depende el menú en cuestión. Mientras todo el que quiera consumir debe registrarse en la plataforma especial para clientes y a través de la geo localización se lo conectará con los chefs más cercanos (4 kilómetros a la redonda) dependiendo que quiera pedir. Luego el usuario elegirá si quiere pagar con tarjeta de crédito o efectivo y si prefiere retirar el pedido en una locación o agregar el servicio de delivery.

Controversia

El proceso de salida al mercado de Pinny sufrió algunos altibajos y cuestionamientos por parte de los comerciantes en la ciudad de La Plata. Por un lado, de aquellos que cuentan con un local a la calle y por el otro, sobre cómo iban a garantizar y cumplir con las leyes de seguridad e higiene alimentaria, algo que todos los restaurantes necesitan para ser habilitados.  

En este sentido, Pérez explica: “En Pinny les exigimos a nuestros chefs que cumplan con todas las reglas impositivas y sanitarias, y quienes están encargados de realizar los controles es bromatología como en cualquier local de comida”.

Pérez asegura que la aplicación “está teniendo un crecimiento exitoso” y dice que la crisis económica que atraviesa el país puede ser “una oportunidad para muchos”. “Si realmente sos emprendedor, podes encontrar un medio para llegar a lo que querés”, concluye el creador de Pinny.