Punto Convergente

Una argentina relató cómo sobrevivió al atentando terrorista en Bruselas

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Brenda Roberts, tiene 20 años, estudia Comunicación Social en la Universidad Austral de Argentina y durante el primer cuatrimestre del 2016 viajó a Irlanda para realizar un intercambio en la University Collage Of Dublín.

En las vacaciones de primavera, junto a un grupo de amigas, Brenda decidió recorrer Europa pero no todo salió tal como lo planeó.

Brenda y sus amigas iban a ir de Bélgica a Praga por las vacaciones de primavera. Cuenta que era típico ver muchos militares en las calles pero nada daba indicios de que algo malo iba a pasar. Una serie de casualidades impidió que quedara atrapada en medio de un ataque.

En medio del caos, Brenda y sus amigas trataron de comunicarse con gente del aeropuerto pero no entendían inglés, solo alemán u holandés.

“Después de preguntarle a cinco personas qué estaba pasando, un hombre que iba y venía corriendo de una punta a la otra del aeropuerto, en el inglés más precario del mundo, me dijo ‘ataques, bomba, terroristas’ y me hizo la señal de la ametralladora con la mano. Me quedé helada”, relata la joven.

Mientras que Brenda seguía varada en el aeropuerto, recuerda que no sabía a quién tenerle más miedo, si a quien corría para todos lados o al que se quedaba inmutable en su asiento. En un primer momento les habían dicho que había sido una fuga de gas pero después, vía internet, confirmaron que había sido un ataque terrorista: “lo poco que sabíamos, lo sabíamos por redes sociales o diarios online. Fue un momento de mucha incertidumbre y miedo. No tanto por lo que pasaba sino por el no saber”.

-Cuándo decidiste ir a Europa, ¿no tenías miedo de que se de algún ataque terrorista?
La posibilidad del ataque lo vi con mi familia antes de venir. El mismo día que tuve que firmar toda la documentación pasó lo que pasó en París con el ataque a Charlie Hebdo. Sin embargo, como yo me iba a Irlanda y está dentro de lo que se podría decir “el centro europeo”, no nos preocupamos tanto. La verdad es que uno no piensa que te puede pasar a vos, hasta que pasa.

-¿Cómo fue la tarde previa del ataque?
-Fue un milagro. No encuentro otra palabra para describirla. En un primer momento íbamos a ir en taxi hasta el aeropuerto pero, por esas casualidades de la vida, una amiga propuso que fuéramos en tren. Esto fue un factor clave ya que llegamos una hora antes de lo previsto al aeropuerto. La explosión fue a las ocho y nosotras llegamos a las siete. Una vez ahí, hicimos el chek in y pasamos seguridad para ya estar más tranquilas. Pese a esta decisión, en un primer momento, habíamos dicho de pasar seguridad más tarde e ir a tomar un café. Segundo factor clave.

Nosotras vimos las consecuencias, no me lo voy a olvidar más, cuenta Brenda. “Empezamos a ver gente que corría desesperada de acá para allá pero no entendíamos nada. Cuando escuchamos una mujer por el altavoz que decía que había que evacuar la zona, ahí, recién ahí, caímos en la cuenta de que algo estaba muy mal”

-¿Te comunicaste con alguien en ese momento?
-Si, recién en ese momento les mande un mensaje a mis papas que, para colmo, estaban viajando a Londres porque me iban a ir a visitar. Solo les dije que había habido un percance y que no me había tomado el vuelo a Praga tal como lo habíamos planeado. Se ve que la gente en Argentina se empezó a enterar de lo que estaba pasando y me llegó una catatara de mensajes por WhatsApp. Lo más gracioso, como pasa en las películas, era que no tenía batería, tampoco cargador.

-¿Cómo fue el post ataque? ¿Qué les dijeron que tenían que hacer? ¿A dónde fueron?
-De un momento a otro nos dijeron que teníamos que evacuar, que dejemos todo y salgamos rápido del establecimiento. De todos modos, aun afuera del aeropuerto tenía miedo. Vi entrar como 30 ambulancias, 15 patrullas y autos de lo que sería acá Gendarmería. A su vez, había un cordón de periodistas y fotógrafos, lleno de prensa estaba. Como una hora después, que para mí fue como si hubiesen sido años, nos llevaron a una especie de centro de refugiados. Nos dieron comida, agua y mantas. Ahí un policía nos recomendó que nos fuéramos de Bélgica y decidimos hacerle caso.

En este tipo de acontecimientos, mucha gente se moviliza para ayudar, por ejemplo, algunos salieron con sus autos a ayudar a los evacuados. Brenda y sus amigas decidieron ir con una mujer en su auto hasta un pueblo lejos de Bélgica. “Le quisimos pagar pero no hubo caso. En Argentina no sé cómo reaccionaría la gente”, reflexiona la joven.

-¿Pensaste en volverte a la Argentina después de lo que pasó?
-En ningún momento considere volverme. Una vez que pasa el mal momento la vida sigue. Quien lo vio de afuera no vio lo que realmente pasó. Los noticieros y los diarios generalizan mucho y lo exageran, tienen que vender. Si, murió gente, eso no lo voy a discutir. Si, fue feo. Además mis papás estaban yendo a Londres para encontrarse más adelante conmigo, no tenía sentido que me volviese.

“Me di cuenta de que si te tiene que tocar, te va a tocar. Por suerte me toco y por suerte zafé. Uno no se tiene que creer inmortal, todos tenemos las mismas posibilidades de que nos pase algo que otro”, concluyó Brenda.

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