Las carreras cuentan con muchos aficionados. Dedican horas y horas de sus vidas corriendo en el barrio, en la cinta del gimnasio o en pistas de atletismo. Pero hay algunas que van más allá, que no se quedan con lo cotidiano, salen en busca de experiencias extremas.
En el mundo del running pueden distinguirse dos grandes tipos de carreras: las de calle y las de aventura. Las carreras de calle son las más comunes o habituales, hay desde 5 km hasta 42 km. Desde esa distancia en adelante son denominadas maratones.
Las carreras de aventura son totalmente diferentes y fuera de lo cotidiano. Lo que las caracteriza principalmente es el concepto de explorar lo desconocido, salir de la rutina e interactuar con el aire libre y su entorno. La gran mayoría de las carreras de aventura incluyen: trekking, mountain bike, remo y/o canotaje. La distancia del circuito determinará en cuántas horas o días se realizará la carrera y qué elementos se utilizarán, ya sean bicicletas, remo, cuerdas, entre otros.
Viviana Natale tiene 52 años, hace más de 30 comenzó a correr y no está en sus planes detenerse. Es lo que muchos llaman, una deportista nata. En 2000, con 29 años, corrió su primera carrera de aventura. Después de siete años de carreras de calle, sintió la necesidad de algo más, de descubrir nuevas experiencias. Y así fue, comenzó un camino que todavía sigue en pie en el mundo de las travesías todo terreno.
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El cruce de Los Andes
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Las primeras carreras de aventura fueron, para Viviana, relativamente cortas, entre 20 y 27 km. Pero en 2007 se atrevió a una carrera más extrema: 100 km en tres días. La competencia comienza en Argentina y termina en Chile luego de atravesar la cordillera de Los Andes. Después de un año de entrenamiento, en 2008 cumplió su objetivo. “Son tres días en los que se corren unas seis u ocho horas por día. El primer día es el peor, es el más largo. A la noche en el campamento no sabés cómo vas a hacer para seguir al otro día, pero no me preguntes cómo te levantás y salís con la misma energía que el día anterior”, cuenta Viviana. Una “vocecita” en su cabeza la motiva a seguir, a terminar el circuito y lograr su tan soñado objetivo. Pero no terminaron allí las aspiraciones de Viviana y fue por más: Corrió la misma carrera tres veces, una en 2010, otra en 2011 y la última en 2012. “Cada vez que corrí, los últimos 10 km los hice llorando. Poder decir `lo logre´ me llena el alma”, se emociona.
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Ultra maratones
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En 2012, unos meses después de cruzar Los Andes, se enteró de unas carreras llamadas Ultra maratones, que son carreras de distancias mayores a 42 km, pero que a diferencia de las que había corrido antes, se corren en un solo día. La primera que hizo fue de 90 km, en las Salinas de Jujuy. Tardo 10 horas, un muy buen tiempo para ser su primera experiencia en una carrera de esta magnitud. “La última carrera de aventura que corrí fue una Ultra Maratón también, 50 km en la arena, en el 2016. Se corre en Formosa cada año. Fue de las experiencias más agotadoras y satisfactorias de toda mi vida (por las altas temperaturas)”, cuenta. Para cerrar el ciclo de carreras de aventura, Viviana se está preparando para competir en una ultra maratón de 60 km en la selva paranaense, en la provincia de Misiones. “A lo largo del recorrido hay pequeños arroyos, vertientes, cascadas y grandes ríos que hay que ir costeando. Por una cuestión de tiempo nunca pude hacerla y creo que a esta edad ya no me queda mucho más tiempo para postergarla, es ahora o nunca”.
Tantos años realizando actividad física le dieron un estado impecable a la hora de hacer deporte, sin embargo, al ser una mujer con una edad relativamente elevada para este tipo de carreras, debe estar atenta a su salud constantemente. Cada carrera de aventura es un descubrimiento nuevo, el no saber con qué te vas a encontrar es ese factor sorpresa que la motiva a seguir. Correr ya no es un deporte, sino una forma de disfrutar, de hacer lo que más le gusta con placer y felicidad. Un hobby que la llena de vida cada vez más. Con sus 52 años no planea dejar de correr, y como dice ella “hasta que el cuerpo y la mente me lo permita voy a seguir”.