Punto Convergente

Salzburg Academy, un seminario para comunicadores con mente y corazón

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¿Qué es ser local? Esa fue la pregunta disparadora del seminario anual Salzburg Academy on Media and Global Change, en Austria, que busca crear comunidades y abrir el diálogo entre estudiantes y profesionales de la comunicación de distintas partes del mundo. 

Este año la temática central fue la importancia de los medios locales y cómo estos influyen en la salud democrática. Para ello, entre todo el grupo, se repensó el concepto de local, de democracia, de ciudadano y de medios. Se conversó sobre cómo el periodismo cumple un rol fundamental para mantener la transparencia en cada rincón del mundo y sobre cómo es un espacio para darle voz a las personas y sus problemáticas. 

Junto con universidades de oriente y occidente, la Universidad Católica Argentina participó del congreso con la representación de las estudiantes Anabella Lotero Polesel y Nadine Kondrasky, de Periodismo y Comunicación Digital, respectivamente. Asimismo, el director del Doctorado en Comunicación de la casa, Federico Rey Lennon, participó del evento como profesor invitado. 

Más allá de reunir a un grupo de estudiantes, graduados y profesionales, la Academia se encarga de ampliar los conocimientos sobre la región, por lo que organizan eventos, muestras y excursiones a diversos puntos estratégicos de la ciudad y la zona. El día que el grupo visitó el Dokumentation Obersalzberg se vivió una mezcla de emociones.

Las enseñanzas de Obersalzberg

Obersalzberg fue la residencia de Adolf Hitler y su círculo cercano. Allí tomaron decisiones que cambiarían el mundo. Las exposiciones combinaban documentos originales, fotos y objetos que narraban la vida cotidiana del lugar y las estrategias de propaganda que lo rodeaba.

También, los fellows bajaron al búnker dentro de la misma residencia la cual describieron como “una cápsula en el tiempo”. El frío penetraba en los huesos y los objetos abandonados junto con las marcas que los obreros dejaron en las paredes quedaron como huellas en la historia, según relataron las estudiantes.  

Hoy en día, el búnker y la residencia funcionan como un museo documental. Uno de sus principales objetivos es educar a las personas sobre la Segunda Guerra Mundial y el rol de los medios y la propaganda en este periodo histórico. Y, entre todos analizaron propagandas nazis.

El poder de la narrativa

El museo les dio cajas con fotos para observar y pensar lo que transmitían. Algunos tuvieron fotos de Hitler junto a niños; otros junto a colegas; y otros al mandatario sumergido en la lectura de un diario local. Todas y cada una tenía una intención detrás: humanizar al líder, mostrarlo como un hombre común y “protector” de la juventud. 

Las fotos fueron producciones fotográficas que buscaban purificar la imagen del führer. Una de las niñas en una de las imágenes era judía y por ello tiempo después removieron la propaganda y cambiaron de niña. Cada foto transmitía una idea cuidadosamente construida y planificada desde lo técnico hasta lo ideológico. Buscaban persuadir y vender una idea de tranquilidad cuando la realidad del mundo era el caos. 

Uno pensaría que esta historia no se repetiría jamás, pero ambos guías dijeron algo que dejó al grupo helado: todavía hoy hay personas que, en fechas importantes del régimen, llevan símbolos nazis para mostrar su apoyo. Escuchar esas palabras cambió por completo la forma en la que vieron todo lo que habían recorrido. No era una historia que solo quedó en el pasado. Era algo que estaba cada vez más a flor de piel. 

Historias del horror

Luego del ejercicio, los guías dieron un tiempo para que cada estudiante recorriera el edificio. Algunos recorrieron el sector de propagandas y campañas nazis. Otros leyeron las historias de varias víctimas. “Es muy fuerte que a pesar de todos estos años el deseo de paz sigue siendo una súplica”, reflexionó Kondrasky.

Había una exposición donde se mostraban imágenes y testimonios de sobrevivientes del holocausto. Ambas estudiantes confesaron que las lágrimas estaban a punto de caer por los ojos y la piel se erizaba en todo momento. Kondrasky recordó una frase escrita en uno de los murales: “Lo peor era la noche, cuando los niños morían en brazos de otros niños”. 

No obstante, al final del día, los alumnos se dieron cuenta que es por esa misma razón que estaban todos reunidos allí en Salzburgo, en ese programa y en esa escuela llena de historia. Es justamente la misión de Salzburg Global: aprender del pasado para construir un futuro más justo y humano.  

“Para mí, la academia trata de empatizar y escuchar activamente al otro, por más que uno difiera”, dijo Lotero Polesel con certeza. El objetivo del programa es justamente dialogar con extraños para crear vínculos y así poder “resaltar las diferencias y reforzar las similitudes”.  

“Obersalzberg nos mostró el poder que tienen las narrativas, para bien o para mal. Y nosotros, como comunicadores, tenemos la responsabilidad de usar ese poder para defender la verdad y buscar la justicia”, contó Kondrasky.  

Es fundamental la existencia de un medio local en cada rincón del mundo, ya sea una radio, un diario, una cuenta en redes o un programa de streaming el que permite una diversidad de voces y opiniones. Es el medio el que permite conectar no solo a los ciudadanos entre sí, sino también a las personas con sus problemas regionales. 

La experiencia es sumamente enriquecedora para cualquier persona. “No solo abre la mente sino también los ojos y el alma”, aseguró Lotero Polesel. Son este tipo de experiencias las que llevan a las personas a empatizar y realmente alzar la voz ante las injusticias.   

El programa abre las puertas al compañerismo. Busca que entre todos formemos una comunidad basada en la tolerancia, el respeto y la paz. No por nada participan alumnos de Hong Kong, India, Inglaterra, Portugal, Austria, México, Estados Unidos, Argentina y muchos más. Pese a las diferencias de opinión, de ideas y de apariencias, entre todos logramos repensar nuestro rol como comunicadores en una sociedad plagada de guerras, conflictos, polarización y discursos de odio. 

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