En julio del año pasado, el Gobierno Nacional publicó el Plan Nacional de Alfabetización. ¿Cuál es el enfoque de este programa? ¿Está logrando el resultado esperado? ¿Cuánto dinero tiene pensado invertir el Gobierno en materia de educación?

“Las ideas de izquierda empobrecieron a la Argentina como país y demonizaron a Domingo Faustino Sarmiento”, declaró el presidente Javier Milei en julio del año pasado en San Juan. En este mismo acto Milei presentó, junto a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, el Plan Nacional de Alfabetización. 

Posteriormente, en una conferencia de prensa, el vocero presidencial Manuel Adorni indicó que la alfabetización era un tema “extremadamente relevante”, ya que “es un tópico en el que nos hemos puesto de acuerdo con los 24 representantes de la educación, de cada una de las provincias y la Ciudad de Buenos Aires”. De esta forma nació el Plan Nacional de Alfabetización.

El Plan Nacional de Alfabetización es un programa que el Gobierno Nacional lanzó en julio del año pasado. Establece que el Gobierno se compromete a trabajar de manera articulada con las 24 jurisdicciones del país, que firmaron de manera unánime el Compromiso Federal por la Alfabetización para que “todos los estudiantes de la República Argentina puedan leer, comprender y producir textos”. 

“Celebramos el acuerdo unánime del Consejo Federal en torno al desafío que plantea la alfabetización. Hay un diagnóstico análogo de todos los ministros provinciales, de todos los signos políticos en el debate de cómo hacemos para que los chicos aprendan mejor”, dijo una vez consensuado el Secretario de Educación, Carlos Torrendell. 

El Plan Nacional de Alfabetización define seis ejes alrededor de los cuales se estructuraría el trabajo para mejorar los niveles de alfabetización. Estos ejes son: “Compromiso de alcance comunitario; alfabetización en los primeros años; transversalidad de la alfabetización; formación docente inicial y continua; recursos educativos de calidad y monitoreo y evaluación”.  “Tenemos que generar un ecosistema y una sociedad educadora potente, y que esto se convierta en un verdadero desafío nacional”, dijo Torrendell en una entrevista con Carlos Pagni con respecto a esta iniciativa. 

“Hay lineamientos generales, pero todas las provincias están trabajando a la vez con sus propios planes cumpliendo estos lineamientos. Por ejemplo, uno de los ejes del Plan es que todas las provincias deben ofrecer capacitación docente. Cuántos docentes se capacitan, en qué grado, de qué manera, y el contenido específico queda en manos de las provincias”, explica Sol Alzú, miembro de la organización Argentinos por la Educación. Señala que también hay acciones propias del gobierno nacional, como entrega de materiales y libros pero que las provincias cuentan con autonomía en lo que concierne a las decisiones sobre educación.

Alzú indica que este Plan surge como resultado de la Campaña Nacional por la Alfabetización en 2023 que Argentinos por la Educación y otras organizaciones llevaron a cabo. “El objetivo era mostrar los datos, poner el tema en agenda, mostrar que la alfabetización temprana es una problemática que está dificultando la educación en nuestro país, exigiendo que el tema esté en la agenda de todos los políticos, tanto a nivel nacional como provincial. En su momento, logramos que los seis precandidatos a presidente, entre los que estaba Javier Milei, firmen un compromiso asegurando que la alfabetización iba a ser una política educativa. También logramos que 18 gobernadores se comprometan con esto mismo”, comenta. 

Si bien hay un compromiso por parte del gobierno nacional y algunos gobernadores, Alzú señala que todavía es demasiado pronto para empezar a ver resultados: “No pasaron ni dos años desde que empezaron a implementarse estos planes. Los resultados que tenemos, en realidad, son más bien diagnósticos”.

Capacitación docente en primer lugar

A fines del 2024, el Observatorio de Argentinos por la Educación publicó un informe de monitoreo, que analiza los avances de las 24 jurisdicciones en conjunto con el Plan Nacional de Alfabetización. Por el lado de Nación, el informe destaca la creación de la Unidad de Alfabetización (que tiene rango de subsecretaría), integrado por un equipo interdisciplinario que trabaja en acciones transversales con todas las áreas de la Secretaría de Educación y las jurisdicciones. El rol de esta Unidad es acompañar y brindar asistencia técnica en el diseño, desarrollo, implementación y seguimiento de los planes jurisdiccionales de alfabetización.

Por otra parte, el Plan contempla la capacitación docente, que es un componente clave de la iniciativa. Esto es para los tres niveles: inicial, primario y secundario, a cargo de Nación. Más específicamente, 20 jurisdicciones brindan capacitaciones para docentes del nivel inicial, 22 para el nivel primario y 13 para el nivel secundario. Iniciaron en octubre de 2024 y tienen una duración promedio de 32 horas por docente.

Asimismo, la entrega de materiales incluyó material digital para los niveles inicial y primario, y cuadernillos únicamente para el nivel primario. Estaba prevista la distribución de libros en todos los niveles, pero hubo demoras en los procesos de adquisición que han impedido su entrega hasta el momento. 

Por otro lado, las 24 jurisdicciones aprobaron los planes de alfabetización correspondientes: según el relevamiento, 17 indicaron contar con un marco normativo que respalda dicho plan, ya sea mediante una ley, decreto o resolución, y 11 indicaron contar con una normativa jurisdiccional específica de alfabetización. Buenos Aires y Formosa no respondieron al relevamiento.

Cae la inversión educativa

Según indica el informe Presupuesto educativo nacional 2026, el Gobierno pretende invertir 6,8 billones de pesos a precios de 2025 en “Educación y Cultura”. La cifra supondría un crecimiento real de entre 4,4% y 8% con respecto a 2025, dependiendo de cuál proyección de la inflación se tome.  Si bien los recursos invertidos aumentarán, su participación en el PIB sigue por debajo del 1%. La inversión nacional en educación pasó de un máximo de 1,59% del PIB en 2015 a una reducción sostenida en los años siguientes: fue de 0,86% en 2024, y las estimaciones para 2025 (0,73%) y 2026 (0,75%) confirman la tendencia descendente. 

Fuente: Argentinos por la Educación

Además, el proyecto oficial prevé derogar el artículo 9 de la Ley de Educación Nacional, que desde 2006 exige destinar al menos el 6% del PIB a educación (sumando los aportes de Nación y provincias).

Lectura y escritura en crisis

Según el informe realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación en base a los datos de las pruebas Aprender 2024, el 30,4% de los alumnos de tercer grado no alcanzan los niveles mínimos de desempeño en lectura.

El gráfico está basado en el método de clasificación de las pruebas Aprender.

Este consiste en seis niveles de desempeño:

• Lector Incipiente (lee palabras con apoyo de imágenes y se está iniciando en la lectura de enunciados breves), Nivel 1 (se está iniciando en la lectura de textos simples),
• Nivel 2 (comprende textos simples, identificando mayormente información literal),
• Nivel 3 (comprende textos complejos de forma literal, y se está iniciando en la lectura inferencial y reflexiva),
• Nivel 4 (comprende textos complejos de forma literal, inferencial y reflexiva) y
• Nivel 5 (comprende textos complejos de forma literal, inferencial y reflexiva, y establece inferencias complejas). 

Por debajo del Nivel 2, se considera que el alumno carece de las competencias básicas de alfabetización; a partir del nivel 4 se considera que el alumno tiene un dominio sólido de la lectura para su edad.

En 2024, un 11,6% de los estudiantes de tercer grado no sabe leer, mientras que un 45,1% alcanza niveles avanzados (4 y 5), con capacidad para interpretar y reflexionar sobre textos complejos. 

La investigadora y especialista en enseñanza de la lengua, Vanesa De Mier, marca la importancia de la alfabetización no solo por el manejo del lenguaje escrito en sí mismo, sino porque adquirir este manejo es la única manera de acceder a conocimiento en otras áreas. “Aprender a escribir potencia todo el aprendizaje. La lectura y la escritura son esenciales para aprender otras materias, para ingresar al mundo laboral incluso. Son habilidades de base que te abren las puertas”, señala en diálogo con este medio.

“Es crítico el nivel de alfabetización en Argentina”, explica la especialista. “Hay un montón de decisiones que se fueron tomando desde la década de los noventa que fueron sesgando mucho la enseñanza de la lengua, la lectura y la escritura. Por ejemplo, se decidió dejar de enseñar explícitamente las letras, se dejó de practicar la lectura en voz alta, se dejó de practicar la escritura de palabras como habilidades de base. Al perderse eso en las aulas, la lectura y la escritura fueron tratadas más bien como procesos generales o globales. Con la idea de darle independencia al estudiante, el docente perdió el rol de enseñar, se abandonó la enseñanza más sistemática, como se venía haciendo en años anteriores”.

De Mier también señala como problema a la unidad pedagógica establecida por la ley federal. “La idea era dar continuidad pedagógica al proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura, pero lo que terminó generando fue que las dificultades de los alumnos, en lugar de identificarse en primer grado se arrastraran a segundo e incluso a tercero”.

Problemas en comprensión y fluidez

Hay dos grupos de habilidades que entran en juego en la lectura: la comprensión y la fluidez. De Mier indica que las dificultades en la comprensión lectora, que es lo que evalúan las pruebas Aprender, en general no tienen que ver con la capacidad de comprensión en sí misma que poseen los alumnos, sino que tienen que ver con la fluidez que no han adquirido. Si los chicos leen entrecortado y les cuesta avanzar en la oración, no pueden ubicar las pausas o entender los signos de puntuación, se les dificulta el procesamiento de la información y no logran entender el texto. La falta de fluidez para la lectura interfiere en la comprensión lectora.

La investigadora describe un efecto de “bola de nieve” con los problemas que los alumnos tienen en la lectoescritura: “la dificultad que al inicio era pequeña con el paso del tiempo se vuelve una dificultad muy grande”, explica.

De Mier señala que hoy los docentes enfrentan un desafío muy grande, porque deben tener la capacidad de atender las necesidades específicas de cada alumno: “tienen que tener flexibilidad para poder diagnosticar, dividir en grupos y generar material que sea adecuado para que cada uno de los chicos avance, entender con quiénes va a tener que emplear una enseñanza más personalizada y más sistemática según las dificultades que esté detectando”, explica. 

Por esta razón, De Mier sostiene que la formación docente es indispensable para lograr la mejora de los niveles de alfabetización. “Es necesario que el docente tenga las herramientas y la capacitación para poder trabajar. Hoy el problema está en la formación docente”, afirma.

Además, señala la necesidad de construir el perfil de un alumno en los distintos grados de la primaria, para poder entender qué progresión en el tiempo se busca de su aprendizaje: fijar propuestas y estándares que los alumnos deberían alcanzar. “Me parece que sería central como política, más allá de que después haya que realizar refuerzos, pero hay que tener una idea de lo mínimo a lo que necesitamos que los chicos lleguen. Sería interesante promover una mirada más estratégica”, comenta.