Por: Yael Licata
Escondido detrás del centro comercial Portal Palermo se oculta una de las joyas arquitectónicas olvidadas de Buenos Aires. El imponente Pabellón del Centenario es solo visible desde el estacionamiento del centro comercial de Avenida Int. Bullrich al 345 y su estado actual es de abandono absoluto.
Pese a haber sido declarado Monumento Histórico Nacional en 2010, no se han logrado avances para su restauración y su acceso sigue restringido al público. El contrato de cesión de los terrenos a la multinacional chilena Cencosud incluía la restauración el Pabellón, pero nunca se cumplió. Desde los gobiernos de la Nación y Ciudad evitan asumir la responsabilidad sobre su estado y exigir el cumplimiento del acuerdo vigente con la empresa hasta 2024. Arquitectos, grupos vecinales y trabajadores del centro comercial siguen de cerca el estado de la estructura.
Especialistas no descartan el riesgo de colapso y sindicalistas especulan que el abandono del edificio se debe a que la desaparición del Monumento favorecería el negocio inmobiliario. Al igual que el país al que supo representar, El Pabellón del Centenario, una muestra de prosperidad y progreso de una Nación creciente, hoy se encuentra sumido en una profunda crisis sin respuestas.
El único pabellón que sigue “de pie”
El “Pabellón de Fiestas, Correos y Telégrafos”, también conocido como el “Gran Pabellón Central de la Exposición Ferroviaria y de Transportes Terrestres”, es el único de los 35 edificios construidos en 1910 para la Exposición Internacional del Centenario que sigue en pie. Su construcción fue ordenada por el Presidente José Figueroa Alcorta para festejar los 100 años de la Revolución de Mayo al arquitecto italiano Virginio Colombo, quien diseñó la estructura al estilo Art Nouveau con una gran cúpula y un globo terráqueo sostenido por figuras humanas en la cima, coronando la edificación.
El contraste de las imágenes actuales con las de 1910 evidencian su deterioro. Sus robustas columnas comandaban la atención y el globo terráqueo sostenido por esculturas de la cúpula imponían al Pabellón como una figura central del paisaje urbano. Los ornamentos y estatuas clásicas fueron desapareciendo con los años y el edificio diseñado para celebrar el espíritu de una nación creciente y próspera pareció empequeñecer, al punto de pasar desapercibido por completo. Hay ramas que sobresalen por los vidrios rotos de la cúpula y por las ventanas se puede ver basura, cartelería descartada del hipermercado y grafitis en su interior. El famélico esqueleto del histórico edificio permanece oculto detrás de un estacionamiento casi como avergonzado por su estado actual.
La historia de abandono del pabellón no es reciente. En 1994 el Ministerio de Defensa, quien por ese entonces tenia el control de las tierras aledañas al Regimiento de Patricios cedió la concesión del predio a la empresa chilena Cencosud para su explotación comercial. Parte del acuerdo entre la empresa y el Ministerio fue el mantenimiento y reciclado del histórico edificio “hasta lograr un grado de terminación similar al que poseía originalmente, incluyendo el mantenimiento de sus fachadas exteriores, ornamentos y dispositivos conexos” . En directa contradicción con el convenio, la empresa nunca cumplió con esa promesa y el monumento entró en plena decadencia. Si bien el Ministerio de Defensa judicializó el incumplimiento del contrato en 2014 en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N9 (expediente 29.528/2014) todavía no hubo una resolución judicial.
La concesión del predio, en manos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) desde 2017, fue renovada en 2019 por 5 años más. A menos de 2 años del fin de la concesión, no parece haber ha habido movimientos de Cencosud para un mantenimiento de la estructura. La empresa chilena se negó a dar declaraciones sobre el estado del Pabellón del Centenario.
El Monumento se encuentra erguido en el centro de uno de los barrios más afluentes de la ciudad y que despierta mayor interés por diferentes razones: su valor comercial y los empleos que hoy provee y la potencial cotización de los terrenos.
Para Eva Serrano, delegada sindical de los trabajadores de Easy y Jumbo, la falta de refacciones y cuidados al monumento marca fehacientemente que Cencosud no renovará su contrato y terminará su vinculación comercial en 2024. “Al día de hoy vemos como están dejando estar la infraestructura del comercio, sabemos lo que se viene. Hay una dejadez en las obras de mantenimiento”, explicó Serrano. “No se va a renovar, te das cuenta por el abandono al edificio. Viendo la estructura del monumento y la estructura del comercio”.
Sin embargo, para muchos trabajadores el predio no es solo un símbolo del pasado. Su presente y futuro se ven amenazados con el desempleo y la incertidumbre. Para Serrano existe la falta de un plan para los trabajadores de Portal Palermo una vez que se termine la concesión de los hipermercados. No es solo su incalculable valor histórico que está en juego. “Son 1500 puestos de trabajo”, estimó Serrano. “Ahí la prioridad no es el monumento, es el negocio inmobiliario. Si fuera el monumento lo entenderíamos, pero es irrecuperable y no lo decimos nosotros, esto lo reconoció públicamente la Sra. Anchorena, ex presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, al Diario Crónica. Incluso he visto el monumento por dentro. Camino cerca de él cada vez que voy a trabajar y se mueve la estructura”.
Luego de un debate público y sin apoyo de la oposición, en 2018 la Legislatura de La Ciudad de Buenos Aires sancionó una ley presentada por la Jefatura de Gobierno para asegurar la realización de todas aquellas obras necesarias que garanticen la integración urbana del emprendimiento, la recuperación y puesta en valor del “Gran Pabellón Central de la Exposición Ferroviaria y de Transportes Terrestres” como es denominado por Ley 6044 de la Ciudad de Buenos Aires.
Según la delegada en ese momento el sindicato había llegado a un acuerdo con el sector político pero para los trabajadores la solución no sería tan simple. “El sindicato cambio esa porción de tierra con la adquisición de Tierra Santa, y eso lo sabíamos desde que planteamos la solución”, explicó Serrano. “El Sindicato de Empleados de Comercio tiene varias propiedades entre ellas Parque Norte, dentro de este complejo está Tierra Santa. Hace unos años Larreta le cedió esas tierras al sindicato a cambio de que no intervinieran en la recuperación del Pabellón del Centenario, mucho antes de estar planteada la Ley. Esto se supo apenas se firmó. Son los negocios que tiene Cavalieri con Larreta, donde lo único que importa son las tierras. Los laburantes quedamos afuera. Me reuní con todo el bloque del peronismo y del pro, ninguno sabe que hacer porque tenían arreglado el conflicto con el sindicato por las tierras de Tierra Santa y ahora se encuentran con que los trabajadores resisten. Hoy nada es seguro, pero que se va a resistir con la comunidad y con todo los trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires, de eso no hay dudas”, concluyó Serrano.
La Ley Nª 6044 – GCBA de 2018 permitió que la AABE y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) convoquen un Concurso Abierto no vinculante para restaurar y revalorizar el terreno que hoy ocupan el centro comercial y el Monumento. Este fue auspiciado por la el Gobierno de la Ciudad y FADEA, la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos. El concurso “El Pabellón del Centenario y su Entorno” propuso generar un 65% de espacio público y un 35% de espacio edificable para que el predio pueda configurase como un lugar de reunión cultural y al mismo tiempo facilite la movilidad peatonal y la circulación urbana”. El predio esta compuesto por una superficie de 44.766,32 m2.
Se presentaron 65 proyectos y los ganadores del concurso internacional “Pabellón del Centenario y su entorno” fueron anunciados en 2019. El primer premio fue para el Arq. Juan Martín Flores.
“Es un sitio que hoy en día esta cerrado a la ciudad y lo que quisimos hacer con el concurso es abrirlo. Integrarlo a la ciudad preexistente. La vida urbana de Palermo es muy interesante con muchos espacios verdes. Pero este espacio tiene la particularidad de que hay una superposición de estructuras con los ferrocarril y las avenidas”, explicó Flores sobre su proyecto ganador. “Palermo estaba alejado de lo que era la ciudad central y el ferrocarril ingresaba por terraplenes, lo hace que en día de hoy con en el crecimiento de la ciudad, el Pabellón y ese área estén cercados por dos grandes terraplenes de los dos ferrocarriles, San Martin y Mitre. Para llegar a ese lugar es complejo y difícil; esta tapado por una montaña urbana como es el terraplén. No lo ves. Además de estar encerrado por el Easy, esta como escondido. Una de las primeras condiciones del proyecto Ciudad es no solo ver el terreno, sino entender todo el predio y como esa área podría volver a integrase a los barrios aledaños”.
El proyecto considera el Monumento como central: “En relación al Pabellón en si, la propuesta es crear un gran espacio lineal que pueda generar una atravesamiento entre los dos barrios linderos y que ponga al Pabellón Centenario en el centro y así generar un gran parque metropolitano que vincule todo en un espacio publico, abierto y de calidad”, aseguró el arquitecto.
En cuanto a la estructura en sí, Flores aclaró que no tuvo acceso a Pabellón, pero cree que por los informes es una estructura salvable y reciclable y como Monumento Histórico Nacional merece ser salvado y potenciado. “Es el único Pabellón del centenario que quedó y sería muy interesante que pueda ser abierto al público, hacer una revalorización y re actualización. Que la gente conozca su pasado y potenciar toda la cuestión histórica y paisajista del legado. Tiene que ver con la ciudad contemporánea también y con nuestra historia y nuestra patria”, sostuvo Flores.
Pese a que desde 2019 no tuvo más contacto con el Gobierno de la Ciudad ni con el AABE, Flores cree que dada la situación mundial en los últimos años de pandemia y la creciente demanda por más espacios verdes en la ciudad, el proyecto puede modificarse y dar respuesta a las crecientes necesidades con actualizaciones: “Con AABE llegamos a un primer convenio y se avanzó con el parcelamiento y la construcción de las carpas de construcción; la reglamentación de hasta donde se puede construir en altura. Eso tiene un primer avance. Para seguir hay que hacer el proyecto del Pabellón y del espacio público. Esas tierras saldrían a la venta y después el publico puede construir viviendas y demás. Eso puede cambiar por la situación de pandemia que vivimos. Hoy se podría actualizar a las necesidades del momento y se podría transformar en una nueva centralidad de espacio público”.
Así mismo Flores se refirió a la polémica por el avance de la venta de terrenos en la ciudad en los últimos años. “Esa es una discusión casi filosófica sobre como hacer ciudad hoy. Creo que el Pabellón centenario tiene toda una condición en si mismo. La rentabilidad que puede dar la parte privada, seria el 35% del terreno, termina siendo una buena idea para poder lograr con inversión privada y publica, generar un espacio de calidad y potenciar un lugar que hoy está abandonado y cerrado”.
El Arquitecto aseguró que los concursos de este tipo son beneficiosos para la ciudad y fomentan el crecimiento. “Creo que se metió la grieta en los concursos de arquitectura. Antes los concursos se hacían y se daba por sentado que eran algo razonable medido y transparente. Los concursos en nuestro país son ejemplo en el mundo por todas las consideraciones en cuanto a transparencia y al cuidado. Hay grupos asesores, participantes, jurados, instituciones que abalan todo esto. En el con curso de Costa Salguero, por ejemplo yo también participé, se anunciaron los ganadores y después salieron grupos a reclamar por los terrenos públicos y el acceso al río”.
Sobre los debates públicos el Arquitecto opinó que “es una conversación perfectible, que en el fondo generan que se siga hablando y no se haga nada y aparece la cuestión partidaria. De un bando tenían un discurso para defender una cuestión y del otro defendían otra. Se perdía totalmente el sentido de lo que significa abrir un gran predio a la ciudad, darles características innovadoras de espacio público y darle un equipamiento que uno ve en otro países que tienen una transformación importante en su espacio urbano. Estas ciudades llevaron estas maneras de proceder acabo. Es el caso de Barcelona. Me llama la atención que no se quiera avanzar y lograr una mejor ciudad y seguir discutiendo.(..) Soy pro reformista, que las cosas se hagan y después vamos discutiéndolas, pero no frenarlas. En ese sentido espero que estos concursos que sacaba La Sociedad Central de Arquitectos y Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA) en relación de proyectos urbanos de este tipo se sigan haciendo porque a partir de lo que paso con Costa Salguero se trabaron todos los concurso urbanos porque de alguna forma hay un desprestigio por las trabas. Ojalá tengamos la altura para que en el futuro se puedan seguir haciendo estos concursos que tan bien le hacen a la ciudad y a los barrios. Que no queden en el olvido y en una discusión partidaria”, concluyó Flores.
Para los vecinos de la Comuna 14 de la Ciudad de Buenos Aires, la restauración del Monumento histórico en cuestión es “de vital importancia”. Así lo definió Faustino Serrato, Coordinador de la Comisión de Cultura del Consejo Consultivo. “Es el único edificio de los festejos del Centenario que queda. Este país tiene la locura de reventar todo. Teníamos La Penitenciaría de Las Heras y el Caserón de Rosas y lo rompieron todo. Nos quedamos sin nada. Lo único que construimos son edificios y asfaltamos”.
Para Serrato la restauración del Monumento debe ser prioridad: “En Palermo es un edificio emblemático y la idea es recuperarlo. Se hicieron una serie de acciones para que ese edificio se ponga en valor. Pero todavía no tenemos acceso a el mismo”.
El Pabellón Centenario no siempre estuvo en desuso, El edificio fue utilizado hasta fines de los 80 por el Regimiento de Patricios para hacer la revisión médica del servicio militar. Quienes pasaron por su interior, como Serrato, lo recuerdan por su particular belleza. “Yo trabajé en ese edificio con Patricios. Ahí funcionaba un centro de convocatoria para las clases de conscriptos. Funcionaba el centro médico. Cuando se termina la conscripción este edificio no se utilizó más. Cuando se da la concesión a Cencosud, dentro de ese contrato tenían que mantener ese edificio. No lo hizo y se produjo el abandono total. Hoy no tiene ni pisos. Era un edificio notable. Tenía una estructura interior donde abajo tenia varios salones y un primer piso donde se veía toda la parte interior, muy de aquellos tiempos. Muy valioso que vale la pena recuperar”, recordó Serrato.
El Monumento se encuentra cerrado al público por seguridad. “El Pabellón Centenario”, pese a ser una Monumento Histórico Nacional, no aparece en el mapa interactivo de la Ciudad de Buenos Aires. Aun así, no son pocos los videos de TikTok o Youtube filmados por jóvenes que bajo la nueva tendencia de “Urbex” o “Exploración Urbana” ponen en riesgo su bienestar y recorren el edificio abandonado para capturar sus experiencias y compartirlas con sus seguidores en las redes sociales. Guardias de seguridad de Portal Palermo aseguran que esto es una ocurrencia semanal y así lo atestiguan las pintadas y grafitis que decoran el interior del Pabellón.
Desde la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires indicaron que la supervisión de la Ley vigente le corresponde a la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires. Para Álvaro García Resta, Secretario de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires, la responsabilidad del Pabellón recae sobre la Nación. “El Pabellón Centenario es propiedad del Estado Nacional”, sentenció el Secretario.
Por su parte, desde la Dirección de Atención al Ciudadano y Gestión Documental de la Agencia de Administración de Bienes del Estado afirmaron que es posible que no se haya hecho un inspección desde el último informe en 2019.
Hoy el Pabellón Centenario se encuentra tomado por la naturaleza, con vidrios rotos y con el piso colapsado en su interior. Su cúpula está parcialmente colapsada y sin los distintivos ornamentos que decoraban su exterior. La pintura se desprende de sus paredes agrietadas y los animales anidan en sus rincones protegiéndose del caprichoso clima porteño. Pese a estar escondido y sumido en un profundo olvido institucional, su falta de cuidado no pasa desapercibido por los habitantes de la ciudad que se niegan a dar el Monumento por perdido y que quieren recuperar el acceso a parte viva de la historia de su ciudad. Contra todo pronóstico, el resiliente Pabellón del Centenario, construido como símbolo de prosperidad de un joven país en desarrollo y hoy sumido en una profunda decadencia, sigue de pie, esperando recuperar el lugar histórico que le pertenece.