Punto Convergente

La música en política: un fenómeno argentino

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En Argentina, la música ha dejado de ser un mero vehículo de entretenimiento para convertirse en una poderosa herramienta de expresión política. 

Desde el rock hasta el trap, pasando por el pop y el folklore, los músicos argentinos utilizan sus plataformas para manifestar sus posturas ideológicas y movilizar a sus seguidores. Cada canción, videoclip y publicación en redes sociales puede transformarse en un mensaje político que instala debates y provoca reflexión.

Antes que músicos, son ciudadanos. Me parece bien que puedan aportar su opinión, sobre todo en cuestiones que muchas veces tienen que ver con la resistencia”, reflexiona Humphrey Inzillo, periodista especializado en música popular, editor de la revista Rolling Stone. Además, sostiene que la palabra de un artista expresada en una canción o en una declaración puede ser un modo de amplificar un reclamo o multiplicar un mensaje.

La música es muy potente en términos de construcción y reproducción de la sensibilidad popular, aunque ello no significa que sea propagandista, o que su efecto propagandístico esté probado”, sostiene Guillermo Quiña, doctor en Ciencias Sociales, sociólogo, docente e investigador del Conicet.

Los que se movilizan por músicos, artistas o celebrities es porque cumplen con lo que se llama sesgo de confirmación: siguen a un artista o músico por sus posiciones políticas ante todo; lo artístico es secundario”, afirma Christian Schwarz, licenciado en Ciencias Políticas y profesor en la Universidad Católica Argentina.

A su vez, el docente considera que la influencia de los músicos contemporáneos es de bajo impacto: “No hay tribus de jóvenes con identidad fuerte en base a la música. No hay rockeros, ni hippies, ni metaleros, ni punks, ni rolingas, como hasta los 1990s”.

No hay tantas tribus urbanas de jóvenes como antes

Desde el pop hasta el trap

Un ejemplo claro de este fenómeno es Lali Espósito. En 2024, su canción Fanático generó controversia por las referencias directas al presidente Javier Milei, lo que desató fuertes reacciones en redes sociales.

Lejos de amedrentarse, Lali aprovechó la situación para reforzar su mensaje y visibilizar causas como los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+. En sus recitales, no dudó en incluir expresiones que cuestionen decisiones de gobierno, convirtiendo sus shows en espacios donde arte y política se entrelazan.

Otros artistas contemporáneos también han utilizado su visibilidad para expresar posturas políticas. Cazzu, referente del trap, se ha pronunciado contra declaraciones misóginas de funcionarios y políticas de ajuste cultural.

Duki ha mostrado apoyo a colegas que enfrentan censura y ha denunciado la represión cultural; Wos ha criticado abiertamente al gobierno de Milei en defensa de la libertad artística, y María Becerra ha aprovechado su plataforma para visibilizar problemáticas sociales y de género.

Protesta musical a lo largo del tiempo

Nada nuevo bajo el sol. Nuevos vinos en viejos odres. Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar”, ironiza Schwarz al referirse a la polémica de los artistas opinando de política.

No es algo nuevo, la música siempre ha funcionado como un mecanismo de protesta.

Aunque hoy se vea en redes sociales o en el trap, esta dinámica tiene raíces históricas: tanto en el tango como en el rock nacional se han reflejado posicionamientos políticos que despertaron adhesiones y rechazos.

El propio Charly García, durante la dictadura militar, utilizó metáforas y alusiones para esquivar la censura mientras criticaba al poder, como “Los dinosaurios”.

Charly García fue un símbolo durante la dictadura militar

Cambian los modos, pero la esencia es la misma”, afirma Inzillo sobre las diferencias entre los artistas de los 70 y 80 y los actuales.

“Así como León Gieco o La Renga expresaron compromiso social desde el rock, hoy Wos o Dillom lo hacen desde el trap o el rap, interpretando su época con otros lenguajes” agrega el periodista.

Sin embargo, muchas veces ocurre lo contrario a lo que se espera cuando un artista se pronuncia políticamente: se produce un “efecto boomerang”, en el que su mensaje genera rechazo o polarización en parte del público. Un caso de esto es el de Andrés Calamaro, que fue criticado por su giro ideológico hacia posiciones conservadoras.

Incluso, el Indio Solari, por su cercanía a ideas de izquierda como el kirchnerismo, también perdió parte de su público original. A fines del 2024, en un streaming junto a Pedro Rosemblat se refirió a su postura y a las críticas que ha recibido a lo largo del tiempo por expresar sus opiniones.

El Indio Solari siempre se ha posicionado a favor de las ideas de izquierda

Es probable que un artista pierda parte de su público cuando toma postura”, admite Inzillo. “Pero si lo que piensa es tan importante, y está tan convencido, es más saludable perder a ese público que encontrarlo”.

El silencio también comunica

El especialista también advierte que muchos músicos eligen no manifestar nada, o miden sus palabras por miedo a perder seguidores, lo que refleja un clima de autocensura y cálculo en el ecosistema cultural.

Un ejemplo de esto es el de Emilia Mernes, que en varias oportunidades le preguntaron sobre la política argentina y la cantante prefirió no responder, siendo su manager la que aclaraba que “ella no habla de política”. Esto último también generó controversia en redes sociales.

Emilia Mernes se ha negado a dar declaraciones sobre política

Este fenómeno demuestra que la música puede ser mucho más que entretenimiento. “La música se muestra como un potente vehículo de comunicación para todo ello, aunque no en términos de convencer o persuadir sino más en clave de acompañamiento o construcción colectiva”, reafirma Quiña.

En un contexto donde la política tradicional está fragmentada, la música se convierte en una herramienta poderosa para expresar ideologías, cuestionar el poder y promover el cambio.

La relación entre música y política en Argentina no es nueva: desde los años 60, con el rock nacional como forma de protesta durante la dictadura, hasta la actualidad, los artistas han jugado un papel crucial en la construcción de la identidad política y cultural del país.

Hoy, figuras como Lali Espósito, Cazzu, Duki, Wos y María Becerra continúan esa tradición, demostrando que, en la Argentina de hoy, ser músico y ser voz crítica suelen ser caras de la misma moneda.

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