La implementación de la cuarentena obligatoria por parte del Gobierno Nacional produjo que la educación se imparta de forma digital. Sin embargo, son diversas las realidades involucradas en este nuevo paradigma y no todos los estudiantes logran acceder a la educación en cuarentena como se debería. Esta situación es producto de condiciones socioeconómicas y fallas desde el Estado.
El Ministerio de Educación llevó a cabo varias iniciativas para adaptar la educación en este contexto. Por un lado se apoyan en la plataforma “Seguimos Educando” que permite el acceso a recursos digitales y, a través de la radio y la televisión, a una programación educativa.
Por otro lado, para aquellos que no tienen acceso a la tecnología se reparten unos cuadernillos pedagógicos. Francisco Rodríguez de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) entiende que “son útiles porque dan cierta guía y formas de autoevaluación, pero el punto es que sin el contacto con el docente no hay una continuidad educativa”. Y menciona que esto es particularmente llamativo que no se haga en la Ciudad de Buenos Aires “que tiene los recursos para poder hacerlo”.
Esta falla en la continuidad educativa tiene su raíz en la falta de acceso a la tecnología necesaria. Según María Bielli, legisladora de CABA por el Frente de Todos, “la pandemia visibilizó la importancia que tiene el acceso a internet para acceder a otros derechos y más en este contexto particularmente”. De esta manera, en un contexto de educación a distancia y en formato digital, esta brecha digital ensancha considerablemente la brecha educativa entre aquellos alumnos que gozan de una continuidad pedagógica al tener posibilidades de abonar una educación privada y otros que dependen de la educación pública y tienen sus clases perdidas por completo.
Según un estudio realizado por Enacom en 2018, el 18% de la población de CABA no tiene computadoras y el 20% no tiene acceso a Internet. Por otro lado, un estudio realizado en las primarias revela que el 25% de los alumnos no tiene conexión a internet y un 30% de ellos no posee computadoras. Además, si esas cifras se analizan según jurisdicciones, en Buenos Aires el 7% de los estudiantes atraviesa esta realidad.
Para Bielli, uno de los elementos más importantes dentro de la brecha digital es la conectividad. “Sin los dispositivos necesarios para acceder a esa conectividad y utilizar las herramientas que brinda la educación virtual, es muy difícil y la brecha persiste”, comenta.
Como es una obligación por parte del Estado brindar educación a los niños, éste posee el Plan Sarmiento para que los alumnos accedan a los dispositivos tecnológicos. “En su momento era una política pública de compra de computadoras por parte del Estado y esas computadoras se iban entregando, pero hoy pasó a ser una política pública de reforzar las capacidades de los dispositivos tecnológicos en las escuelas y tiene muy pocas entregas” explica Francisco Rodríguez. Es decir, que ahora el programa consiste en que los alumnos dejen en los establecimientos educativos los dispositivos, los cuales a su vez son usados por varios estudiantes a lo largo de las jornadas.
Sin embargo, este programa presenta varios conflictos. “No solo hubo una demora en la entrega de los dispositivos para llevarla a cuarto grado sino que también hay muchos problemas para poder reparar las máquinas” expone Bielli. A su vez, la legisladora sostiene que estos problemas son de carácter ideológico debido a que no se dispone el presupuesto que se necesita y tampoco se realizan los controles necesarios a las empresas a cargo del servicio técnico. “Lo que no se está priorizando es que los niños y las niñas tengan el acceso a esos dispositivos y que, una vez que tengan dicho acceso, eso pueda perdurar en el tiempo”, finaliza.
Es por este motivo, que Bielli presentó un proyecto de ley para garantizar el acceso a internet de forma gratuita en toda la ciudad y que alcance a todos los barrios, villas y complejos humildes. Para esto, insta al Gobierno de la Ciudad a extender su red de Wi-Fi llamada BA WIFI, hoy disponible en plazas, estaciones de subte y otras locaciones.
Por otro lado, desde la ACIJ presentaron un amparo judicial en contra del Gobierno de la Ciudad porque, según Rodríguez, “la situación es muy violatoria de los derechos de los niños”. Al igual que en el proyecto de Bielli, exigen el acceso a internet y la disponibilidad de dispositivos para que los niños accedan a la educación.
Frente a esto, el 15 de mayo se hizo pública una resolución del Gobierno de la Ciudad, que había sido resuelta dos semanas antes, de entregar los dispositivos del Plan Sarmiento a los estudiantes. Mucho después de presentado el amparo judicial de la ACIJ.
De todos modos, esta disposición no logra reducir la brecha digital-educativa. “El inconveniente con el préstamo de computadoras es que, no sólo no son suficientes, sino que además esos mismos recursos digitales se habían puesto a disposición de los docentes en el mes de abril” comentó Rodríguez.
En una de las conferencias brindadas junto al Presidente de la Nación y al Gobernador de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta expuso que el 93% de los alumnos está conectado a Internet. Fue una semana después del pedido de acceso a la información pública de la ACIJ, el cual no obtuvo respuesta. “No dieron una explicación de cómo habían construido ese dato: quiénes eran ese 93%, si tenía en cuenta algún distrito escolar o los distritos escolares más pobres y si ahí era el mismo porcentaje o no” comenta Rodríguez, quien volvió a hacer otro pedido de acceso a información pública por parte de la ACIJ. Tampoco hubo respuesta.
A su vez, según un informe de 2019 del Observatorio de la Deuda Social de la UCA – que tiene información de 2018 – de 750 mil personas dentro del sistema educativo, el 15% no tiene computadoras (que representan aproximadamente 100 mil estudiantes). Si se compara este dato con el expuesto por Larreta – equivaliendo un 93% de estudiantes a casi 700 mil personas – estos no tienen coherencia entre sí.
¿Cómo se adaptan los docentes?
El nuevo paradigma no sólo afectó a los estudiantes, sino también a los docentes, que ahora dependen de la tecnología y las diferentes plataformas para distribuir sus contenidos. Sin embargo, la falta de capacitación dificulta el funcionamiento de este sistema educativo a distancia.
Según el diario La Nación, solo el 41% de los docentes tiene las capacidades para poder integrar los dispositivos tecnológicos en su programa de enseñanza. Por ejemplo, Hugo Cejas de Editorial Edelvives, comenta que “muchos docentes todavía no se acostumbran al uso de las nuevas tecnologías”. A su vez, explica que con la compra de libros educativos, la editorial ofrece acceso a una plataforma online con contenidos, pero que muchos docentes deciden no utilizar. “En vez de utilizar los recursos que les damos nosotros, hacen una serie de bombardeo de actividades por mail, que es lo único que manejan”, expresa.
Por otro lado, Francisco Rodríguez explica que desde el Gobierno de la Ciudad está disponible la plataforma Mi Escuela, donde pueden acceder a hacer las tareas y entregarlas. Sin embargo, ACIJ conoció que muchas escuelas no utilizan la plataforma y deciden enviar las tareas por Whatsapp. Esto debido a una falta de capacitación y la poca accesibilidad que tienen los alumnos a la plataforma.