En el barrio de Flores, unas pocas baldosas separan a manteros y comercios formales. Los precios de la ropa siguen siendo un atractivo
Un corredor angosto separa dos bandos que compiten por la divina atención de los compradores que pasean las calles de Flores. Como un campo de batalla, los manteros a la derecha y los comercios a la izquierda se ven cara a cara todos los días, exhibiendo su artilleria.
En épocas de ajuste, salir de compras se convierte en una experiencia calculada. Para la indumentaria, cada vez más gente dedica sus sábado a pasear los comercios de Avellaneda y Nazca.
Para dimensionar, entre Flores y Floresta, hay más de 7.000 comercios con locales de indumentaria femenina, masculina, niños, pero además un récord imbatible de manteros en las veredas.
La cuadra de avenida Avellaneda al 2900, en febrero de este año albergó a 93 manteros disputándose baldosa por baldosa para poder vender, según el último informe de la Cámara Argentina de de Comercio y Servicios (CAC).
Con 1094 puestos de venta callejera ilegal en la ciudad de Buenos Aires, tan solo diez cuadras reune el 58,9% de los vendedores. Flores y Once son las zonas más diputas que concentran este porcentaje. En febrero Av. Avellaneda registró 299 puestos abarcando 8 cuadras.
Mientras se cruza de una cuadra a la otra, la vista hacia adentro de las calles, el transito de personas con carros, los carteles de los negocios de diversos colores y tipografías, y el desborde de los cordones con ropa de los manteros caracterizan una tarde de sábado en el barrio.
Los precios de la indumentaria en Flores
“El precio de la ropa es como cuatro veces menor que lo que pagaría en un shopping por lo mismo”, asegura Vanina, mientras compra un leggin de Nike a uno de los manteros en las esquina de Helguera y Bogotá.
Al recorrer las calles colmadas de textiles pueden observarse las reconocidas marcas cDesde camperas, leggins, buzos, camisetas, medias, hasta los virales patitos amarillos. Según Yamila, que venden imitaciones sobre Avenida Avellaneda, la mayoría de las personas prefieren buzos y camisetas de futbol, “las de Messi del Inter de Miami son las más populares”.
Sin embargo, los comerciantes con locales físicos no contentan con los vendedores callejeros. Para Matías Bolis Wilson, economista jefe de la CAC, existe un reclamo genuino por la ocupación de los manteros en la vía pública. “Es un fenómeno donde se mezcla el fraude marcario, la competencia desleal y también el trabajo esclavo”, destacó.
Además, el presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), Fabián Castillo, comentó que “el 50% de la economía argentina esté en la informalidad”, lo cual impulsa la actividad de los manteros y considera “que es imposible erradicar la venta callejera en el corto plazo”.
En 2022, integrantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) presentaron en el Congreso un proyecto de ley de “trabajo en espacios públicos” para otorgar derechos a, entre otros, los manteros.
La iniciativa busca reconocer como “sujetos plenos de derechos sociales, económicos y laborales a los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular que ejerzan la venta y comercialización de bienes y servicios en espacios públicos, dentro de un marco de legalidad, equidad y condiciones dignas de trabajo”. Sin embargo, el proyecto continúa parado en comisiones.
