Durante los últimos años, después de la pandemia y los avances tecnológicos, la educación argentina ha intentado reinventarse, apostar por nuevas metodologías y modalidades de aprendizaje. Advierten sobre las competencias que están más allá de estas herramientas.
En 2018 se ideó una propuesta a modo de plan para una educación propuesta por el CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento). El Sistema Educativo Digital es una propuesta integral de plataformas educativas para alumnos, docentes y escuelas, articuladas en un esquema capaz de favorecer y repensar las prácticas de enseñanza de los docentes. Tiene tres grandes componentes y busca que estos se integren y dialoguen entre sí: Plataforma alumnos, docentes y directivos. Busca crear un dispositivo para potenciar su trabajo enriqueciendo las herramientas de enseñanza y las experiencias de aprendizaje.
Axel Rivas, investigador y docente de la Universidad de San Andrés, estuvo a cargo de la explicación y escritura de dicho artículo: “El potencial transformador de la introducción de las TIC en educación es aún más relevante en caso del nivel secundario, donde sus usos significativos en el aula y fuera de ella pueden ser capaces de atraer, retener y apasionar a los alumnos por su conexión con la realidad y los intereses de la juventud; también por su relación directa con el mundo del trabajo y por su capacidad para aceitar la gestión pedagógica, permitiendo un seguimiento personalizado y a tiempo de las trayectorias de los alumnos.”
¿A qué nos referimos con tecnología educativa?
En la actualidad, se observan diferentes perspectivas y bases de esta nueva incorporación al sistema, con afán de una educación lo más completa e integrada posible observamos diferentes perspectivas y realidades dentro de la educación en las escuelas secundarias de Provincia de Buenos Aires, más en concreto de Zona Norte.
Martín Ferreyra, director ejecutivo del colegio Holy Cross en Punta Chica, San Isidro, cuenta que “La tecnología ha permitido desarrollar metodologías innovadoras que, entre otras cosas, permiten el trabajo colaborativo y en equipo, centrarse en desarrollar habilidades de pensamiento (además de en los contenidos) dado que la información está más al alcance de todos y el trabajo por proyectos.” Ferreyra sostiene que estas metodologías más innovadores centran la actividad y el aprendizaje más en el alumno y lo hacen más protagonista, ya que “las plataformas digitales que permiten personalizar la actividad de los alumnos, monitorear su avance, diseñar tareas específicas para alumnos con dificultades específicas”.
Dolores, profesora de un colegio privado con subvención estatal ubicado en Martínez, Provincia de Buenos Aires, coincide en que a través de la tecnología y su incorporación “se saca un montón de ventajas ya que los chicos pueden adaptarse y hacer presentaciones, videos, juegos y evaluaciones interactivas. Todo lo que les brinda sirve para el chico y su interacción con el mundo de mañana, los va formando de otra manera”. Irene, profesora del colegio Santa Inés en San Isidro cuenta: “Al principio se apostó mucho en los beneficios del uso de computadoras, tablets y hasta celulares como herramienta. Pero la distracción que esto genera, la dependencia que los alumnos manifiestan, el estar pendientes hizo que se diera marcha atrás. Hoy se trata de que no sea necesario recurrir a eso durante la clase.”
Desafíos y avances
Desde ya no hay que dejar de lado los desafíos que estos avances e incorporación presuponen para los colegios y sus profesores. Martín Ferreyra observa que “los desafíos más importantes tienen que ver con integrar las nuevas competencias del sigo XXI al currículum sin dejar de vista el desarrollo de hábitos y habilidades que son necesarios para el desarrollo de los alumnos en todas las épocas, lo que en parte se dificulta ya que los colegios consisten en un tiempo semanal limitado”. Ferreyra remarca también la problemática de la capitación docente para con los nuevos recursos tecnológicos dentro del aula. Esto supone un gran problema, no solo por el uso y el manejo, sino por sobre todo, buscar hacer buen uso de las herramientas y no perder el empeño por la enseñanza y aprendizaje, conseguir reinventarse y lograr adaptarse a las nuevas necesidades que traen los alumnos de hoy en día. Por su parte, Dolores contó que para el uso de las nuevas tecnologías los profesores tuvieron capacitaciones pero también la pandemia fue un gran desafío y un gran aprendizaje en ese sentido ya que “están continuamente con capacitaciones para estar al tanto de las cosas nuevas que van apareciendo”.
Un reporte del sistema de medios de la UNCUYO aportó datos sobre la gestión del gobierno frente a estos avances en la tecnología educativa. En Argentina, desde el relanzamiento del Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela, en octubre de 2021, se ofrecen formaciones en tecnología y programación, y se fortaleció la propuesta del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD) en materia de educación y tecnología y uso de las Tic en la escuela. A partir de 2023, se sumó formación en inteligencia artificial.
“Desde el relanzamiento hasta la fecha contamos con 178.728 docentes en las propuestas sobre tecnología y programación. De 6.000 docentes por año se pasó a 65.900, y ahora se duplicó el número, y aún falta la inscripción al último trimestre del año”, dijo Silvina Gvirtz, actual secretaria de Políticas Educativas de La Matanza en la Provincia de Buenos Aires. Para 2015 se habían entregado 5.320.000 computadoras en una modalidad “uno a uno” con el programa Conectar Igualdad, pero “esta política fue discontinuada entre 2016 y 2019, y se volvió a retomar con el gobierno de Axel Kicillof”, recordó. El Programa Conectar Igualdad tiene como objetivo dar recursos tecnológicos a las escuelas públicas de gestión estatal y elaborar propuestas educativas para incorporar esos recursos en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Actualmente, los avances tecnológicos tienen la capacidad de influir en la forma en que se aprende, se trabaja y se relaciona, enfatizando en aspectos más humanos como la creatividad, las habilidades interpersonales y el razonamiento analítico complejo. La tecnología no puede resolver los problemas educativos por sí sola; en cambio, puede ayudar en los procesos de enseñanza.
Romper el esquema tradicional
Valeria Dellavedove, licenciada y profesora en Ciencias de la Educación en la UCA desde 2016, sostiene que “lo importante ahora es cambiar los lentes, cambiar la manera de abordar y la concepción de lo que está pasando en el aula, de la enseñanza. Necesitamos pensar la educación en términos de un aprendizaje activo, involucrando al que está aprendiendo en su aprendizaje, romper con el supuesto de que si yo digo algo vos lo vas a prender, aprender involucra un montón de cosas no solo de escuchar. El primer gran desafío es romper la con el esquema de aula tradicional implementado nuevas propuesta de investigación, presentación e interactividad dentro del aula.”
“Tenemos una responsabilidad enorme y no podemos desilusionarlos. Yo como profesora tengo la posibilidad de encender los corazones y las mentes de mis estudiantes”, remarca la profesora Dellavedove, y continúa: “Creo que lo más importante para un docente en este sentido es conectar con el deseo de los chicos y sus intereses. Los chicos están pidiéndonos a gritos ¡Invítenme! a esta educación integrada donde la realidad de involucre y comprometa.”
A la hora de dialogar sobre el uso de estas nuevas tecnologías y sus dispositivos tecnológicos Dellavedove hizo una analogía con un laboratorio de Química donde los alumnos “no pueden tocar cualquier cosa” y deben aprender como es el uso de los diferentes elementos. Explica que hay normas y un marco de seguridad que lo tiene que establecer el adulto, donde aquí vuelve a entrar en juego “la relación asimétrica para que el adulto enseñe y ponga autoridad” en el uso de dichos elementos. Todas estas cosas tienen un marco seguro dentro del cual manejarse, la tecnología es una herramienta, hay que saber cómo usarla.
Desde la casa ¿se percibe un cambio positivo?
¿Cómo percibe una madre todo lo que sus hijos están incorporando con estas nuevas tecnologías dentro del aula? Esto es lo que cuenta Belén Royo, madre de cuatro hijos que concurren a los colegios Buen Ayre y Los Molinos. “La tecnología en el aprendizaje lo veo como algo positivo pudiendo acceder a muchísimas más información, les resulta muy fácil buscarlo y tiene un acceso inmediato, ya sea desde la computadora o el teléfono. Al que tienen el interés de conocer consigue la disponibilidad de informarse y eso me parece súper positivo, que estén conectados con la realidad está bueno y lo que me llama la atención es que no lo buscan sino que les aparece”, asegura.
Belén remarca que el mundo de hoy es tecnólogo, las empresas están cada vez más tecnologizadas y cree que los chicos tienen que estar en ese mundo, y por eso entiende que en cuanto al estudio es muy importante que estén conectados; buscar información, relacionar, ver diferentes opiniones. “Creo que si son ágiles y se mueven tienen todo al alcance para aprender, estudiar e investigar.”
Formas de uso, medidas y restricciones
A modo de referencia y en cierto punto de comparación, Victoria Marini, profesora de un colegio en Londres ubicado en la zona 2 de la capital inglesa, en un barrio con una población con nivel alto socio económico, cuenta algo de su experiencia y expone las diferencias y similitudes que presenta con los colegios secundarios de la Argentina. Marini sostiene que en la educación digital, los cambios en los modelos de aprendizaje se basan en el uso constructivo de herramientas digitales. En Ciencias Naturales, por ejemplo, los simuladores y modelos científicos son útiles para evitar concepciones erradas sobre temas como la evolución por selección natural. Marini añade que “el acceso de los recursos digitales de educación no es para todos igual pero si ayuda a que todos tengan una experiencia un poco más equitativa.” Explica que en su colegia cuentan con una plataforma donde están todos los libros digitalizados y que los estudiantes utilizarán en todos sus años de secundaria y les servirán para todos los exámenes que tengan que rendir. Si bien una problemática es el acceso a esos dispositivos tecnológicos, por lo menos en el Reino Unido, todo el mundo tiene acceso a un celular con internet, “por eso creo que estas incorporaciones tecnológicas ayudan a nivelar un mismo tipo de acceso.”
Advierte Marini que a diferencia de St. Lukes, colegio en el cual solía trabajar en la Argentina, los estudiantes usan dispositivos constantemente. En el Reino Unido se usa más papel debido a la preocupación por la privacidad y el uso de redes sociales, ya que es difícil supervisar el cyberbullying y otras situaciones complejas en el aula. “Por eso, no me atrevo a decir cuál país está más evolucionado, ya que tienen necesidades diferentes. En mí experiencia personal cuando yo me forme como profesora en la UBA ya se estaba hablando de la incorporación de metodologías con tecnología y de hecho tuve una materia personalizada de eso así que en mí caso ya fui capacitada en ese uso y además en las escuelas secundarias que he trabajado también han proveído capacitaciones de diferente índole”, señala Marini y añade: “Los docentes estamos capacitándonos, estamos teniendo en cuenta que hay nuevas herramientas. Yo creo también que los docentes pensamos que debemos incluir esta herramientas pero no debemos dejar que monopolicen el aula ya que hay muchas competencias y habilidades que no vienen de las nuevas tecnologías y deben ser importantes”, agrega Marini y cierra: “Creo fervientemente que tenemos que usar estas nuevas tecnologías, que los docentes las tenemos que incorporar y capacitarnos, usándolas en nuestras aulas conscientemente y de una manera útil pero tampoco girar 100% a esas metodologías completamente.”