Frente al aislamiento obligatorio, profesores, universidades y alumnos de la Argentina tuvieron que modificar su forma de dictado de clases y trasladarse a un formato digital y a distancia. Qué dicen los alumnos. ¿Y los profesores?
La cuarentena obligatoria decretada en marzo del 2020, obligó a suspender todas las actividades, entre ellas las clases en cualquier tipo de institución para evitar la aglomeración de gente y los contagios de Covid-19.
Desde mediados de marzo que las escuelas y las universidades de todo el país se encuentran cerradas y con la extensión de la cuarentena en muchas instituciones recurrieron a las clases de manera virtual, bajo distintas modalidades. Las nuevas formas de dictar clases, ¿generaron más demanda de tiempo tanto para alumnos como profesores? ¿El ciclo lectivo “está perdido”?¿Cuáles son las nuevas herramientas que se implementaron para esta modalidad? Entonces, el cambio de modalidad, específicamente en el entorno universitario,¿fue positivo o negativo?
Según el relevamiento de acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación realizado por el INDEC,“el 60,9% de los hogares urbanos cuenta con acceso a computadora y el 82,9% a internet”. Además desde el instituto se informó que el 95,9% de las personas entre 18 y 29 años tiene acceso a celulares.
Sin embargo, uno de los desafíos planteados por la virtualidad son la adaptación a las herramientas digitales y los problemas de conectividad. “Los profesores tuvieron que hacer un cambio sustancial porque no es igual planificar, gestionar y evaluar en un formato presencial que tener que hacerlo en un formato virtual”, explica la directora de Educación de la UCA, Gabriela Azar. A su vez agrega que a la nueva modalidad se le suma “un obstáculo, el de no contar con el recurso tecnológico y la conectividad necesaria para poder dar clases”.
En ese sentido, el Ministerio de Educación de la Nación y el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) , acordaron que las tres compañías de telefonía celular Movistar, Claro y Personal, permitan a los estudiantes universitarios acceder de forma gratuita a las plataformas educativas y aulas virtuales que utilizan las universidades para poder resolver los problemas de conexión a lo largo de todo el país.
Qué les pasa a los alumnos
Según un sondeo que se realizó para esta nota en las redes de Punto Convergente, Instagram y Twitter, donde participaron alrededor de 200 personas, más del 75% de los alumnos consideran que la nueva modalidad de clases demanda mucho más tiempo en comparación a la tradicional. Además, la mayoría están frente a una computadora por más de 8 horas diarias.
Al preguntarle a los alumnos mediante las redes de Punto Convergente, muchas de los comentarios recibidos van desde “cuesta mucho estar al día con todas las materias”, hasta “siento que estoy haciendo muchas más cosas desde casa porque no mido el paso del tiempo”.
Micaela Days estudia Arquitectura en la Universidad Di Tella, y explica que no hay ningún día que no tenga algún trabajo para hacer y entregar. “Los profesores mandan más tarea de lo habitual creyendo que como estamos en nuestras casas tenemos más tiempo de hacer cosas“, agrega.
“Dependiendo la materia, los profesores lograron adaptarse a la forma virtual“, afirma Carlos Juan Rava, estudiante de Tecnicatura Universitaria en Administración de Empresas, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Además, la estudiante de Derecho de la UBA, Ana Bravo explica que aunque su carrera no tiene demasiada carga de cursada, muchos profesores “no respondieron a los mails que enviaba o mismo existieron cátedras que directamente no empezaron con la cursada online”.
Todos los alumnos, consultados por Punto Convergente, coinciden en que la demanda de trabajos aumentó sustancialmente y eso les lleva mucho más tiempo frente a la computadora. Days expresa que además de sus 25 y/o 30 horas semanales de cursada, se le sumó los trabajos y lecturas.“Además los profesores se suelen exceder de ese horario además de dar clases de corrección en otros horarios fuera al de clase“, añade.
¿Y los profesores?
Dentro del sondeo realizado en la segunda semana de junio del 2020, se destacaron comentarios como “me demandó mucho más tiempo que en la forma tradicional de cursada”, pero “fue una experiencia única que me permitió enriquecerme de nuevas herramientas virtuales”.
Docentes universitarios y del sistema escolar explicaron cómo es transitar el proceso de enseñanza frente a una pantalla y los inconvenientes que debieron sortear para que sus alumnos pudieran acceder a los contenidos.
Irene Laxalt, docente de las carreras de Educación Inicial y Ciencias de la Educación en la Universidad del Centro de la provincia de Buenos Aires (Tandil) señala: “Intentamos realizar una clase de manera virtual por semana pero la realidad es que la mitad de la cátedra se está conectando y me cuesta mucho adaptarme a hablar y tener poco feedback”. Además, considera que esta situación “afecta al ida y vuelta con sus alumnos” porque en sus clases de manera presencial, intenta entablar una cierta conversación con sus alumnos para poder ir desarrollando los temas en función a sus opiniones cuando participan en el aula.
Respecto a los nuevos métodos de dictado de clases virtuales, la profesora Ana Elena Rossi de la carrera de Tecnicatura superior en Industria textil e Indumentaria,en el Instituto Superior de formación técnica N°55 de la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, cuenta: “Una de las cosas que más estamos utilizando son los foros del aula virtual donde ahí me suelen realizar todas las consultas y dudas que tienen sobre los temas que se están viendo o mismo sobre los trabajos que les asignó”. Laxalt agrega que además del foro, en su caso particular, se están realizando guías de lectura para que los alumnos logren un seguimiento más simple del programa de cada materia.
Por su parte, el profesor de varias carreras de la UCA, como Derecho o Comunicación periodística, José María Aguerre explica que utilizó, además de la plataforma base de la universidad, una “metodología propia” que consistió en trasladar y traspasar todas sus clases a videos de Youtube. “Lo que hice fue la parte de contenido de la clase trasladarla a mi canal de Youtube y a partir de allí poder darle a los alumnos todo lo que sería el contenido de las clases en forma de video”.
“Todos los profesores han intentado, de alguna forma u otra, con sus capacidades más limitadas o desarrolladas, hacer un readecuación de los contenidos conceptuales”, desarrolla Azar. Frente a esto considera, además, que va a empezar a pensar en una modalidad mixta, donde “se puedan entrelazar las dos formas de educar”.
Sin embargo, más allá a la repentina adaptación a las nuevas formas de educación y enseñanza que tuvieron que realizar tanto estudiantes como profesores, la directora de Educación de la UCA explica: “el cambio, si uno lo toma como una ventana de oportunidad, creo que fue positivo”.
Además agrega que hay que tomarlo positivamente como “una posibilidad para aprender a trabajar haciendo uso de nuevos recursos y entender la lógica de lo que implica”.