Por cinco días el predio de La Rural se convirtió en un canil. Un show que parece sacado del canal de televisión Animal Planet, la exposición Nuestros Perros dejó mucho de que hablar. Desde estilistas personales para los canes hasta preguntas insólitas como si existía algún dispositivo de electroshock para que un animal se quede quieto en el show y no le resten puntos.
Son las 11 y en el pabellón azul de La Rural las 98 parcelas de 4×4 se van ocupando con perros de más de 150 razas diferentes. Avanza la mañana y, junto con ella, los preparativos para salir a la pista y deslumbrar a los jueces.
Después de 13 años, Argentina volvió a ser sede de de la exposición canina internacional de estructura y belleza SICALAM, también conocido como International Dog Show. De este se desprenden tres categorías: adultos, jóvenes y cachorros en las cuales jueces nacionales e internacionales juzgan el porte y la belleza de cada animal.
Si bien hay quienes consideran al evento como una actividad que reúne a la familia y sirve para que los más chicos aprendan sobre las distintas razas, hay quienes no están de acuerdo.
Entrada la tarde, una señora se acerca al stand del Refugio Canino San Francisco de Asis y les pregunta si venden unas “maquinitas que le den descarga, un elctroshock, al perro para que camine en la pista”. Laura Denapole, mientras cuelga los banderines en contra del maltrato animal que decoran el puesto, relata indignada: “en estos concursos los perros no son tratados como seres vivos, sino como objetos. La realidad es que solo sirven para alimentar el ego del dueño”
El artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales indica explícitamente que ningún animal debe ser explotado para el esparcimiento del hombre y que las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de ellos son incompatibles con la dignidad del animal.
“No nos parece bien, tratar a los perritos como los tratan es ir en contra de su dignidad como seres vivos. Es más una cuestión de prestigio para los criaderos. No creo que los perros soporten estar cuatro días seguidos en una jaula si no es bajo los efectos de gotitas o algo similar”, comenta Andrea Whiks, quien colabora en el stand de la Sociedad Protectora de Animales Sarmiento que decidió participar de la exposición vendiendo ropa para perro con el fin de que lo recaudado sea destinado a la organización.
La otra cara de la moneda representa a los participantes. Esteban es dueño de un bullmastiff. Están jugando a buscar una pelota de tenis mientras esperan el momento de lucirse en pista. Según lo que cuenta, él no lucra con el perro ni tiene un criadero, sino que lo hace por hobby. Y que cuando Tomás no esté contento, no lo traerá más.
Participar en uno de estos concursos no es gratis. Gastón, dueño de un mastín napolitano, explica que para la familia es un gran sacrificio: “gastamos más en él que en cualquiera de nosotros” Basta ver precio de las inscripciones que van desde los $600 hasta los $950 o el precio de las parcelas que cuestan alrededor de $2500 cada una.
“Todo depende del perro, si el perro lo disfruta, está bien. He visto perros a los cuales les han pegado en pista para que caminen y la jueza los descalificó”, cuenta Virgina Lamborizio quien pertence al Terranova Club Argentino.
Finaliza la jornada y se nombran a los ganadores de cada ronda, hay caras de felicidad. Sin embargo, algunos dueños están muy enojados, mientras que otros solo se van por la puerta de atrás con la cola entre las patas.