Una vez más las cenizas volcánicas cubrieron ciudades en el sur de la Argentina. Los lugareños aprenden de las experiencias y buscan forma de adaptarse. Mario Hansen, dueño de Hansen Rent a Car, es uno de los tantos vecinos de San Martin de los Andes que se vio afectado por las cenizas del Volcán Calbuco. Como tanto otros que viven del turismo, Hansen debió buscar la forma de seguir adelante con sus negocios.
“Me afectó muchísimo ya que al día siguiente de la caída de cenizas no quedó un solo turista en la zona. Según la radio había menos del 1 % de ocupación hotelera, y no alquile ningún auto. Hasta el 20 de mayo y el fin de semana pasado, que fue largo, se notó que hubo más gente y también algo de trabajo para mi.”, explica Hansen.
Si bien, en el 2011 los habitantes ya habían sufrido la explosión del Volcán Puyehue, en esta ocasión el impacto fue diferente. Esta vez, la ceniza fue más fina, similar al talco. Y trajo una mayor complicación, porque genera que cuando hay viento vuela más fácil. Por más que solo duro tres días la caída, la cantidad fue más grande que la vez anterior; pero como los vientos eran en sentido sudeste, las cenizas volaron hacia la zona de El Bolsón. “Las dos primeras erupciones tenían una columna de humo, vapor y ceniza de aproximadamente 15 km. de altura y después bajo a unos 3 km” , argumenta.
Aún así, gracias a las abundantes precipitaciones, se ha ido limpiando, y hace que no sigan volando las cenizas, sino que se mantiene en la suelo. Para Hansen, la experiencia del 2011 los ayudó a saber cómo afrontar y manejarse ante esta nueva situación, y comenta que: “Creo que si nieva bastante la temporada va a ser mejor que la del invierno del 2011. También hay que tener en cuenta que en el 2011 el volcán Puyehue erupcionó el 4 de junio y este año fue el 22 de abril cuando faltaba bastante para la temporada de invierno”.
Además, el Puyehue estuvo activo aproximadamente 6 meses, y eso no permitía la llegada de vuelos al Aeropuerto Chapelco, ubicado a 19 km de San Martín. Este año la pista se empezó a limpiar enseguida, primero con maquina motoniveladoras, luego se acercaron personas de la zona a barrer con escobillones grandes y finalmente lo lavaron con agua a presión. Luego de 18 días de trabajo, volvió a arribar el primer avión de Aerolíneas Argentinas. “Había mucho polvo en suspensión que no permite la operación de los aviones, ahora por suerte esta lloviendo de nuevo y eso siempre nos ayuda”, dice Mario.