La rivalidad entre ambos países alcanzó su punto más álgido tras los ataques cruzados Cuánto empezó y por qué genera tensión a nivel global.
La tensión entre Israel e Irán no siempre fue tan intensa. Hasta fines de la década del 70, ambos países mantenían relaciones diplomáticas y cooperación económica.
Todo cambió con la Revolución Islámica de 1979, cuando el ayatolá Ruhollah Jomeini tomó el poder e instauró un régimen teocrático chiita que adoptó una postura abiertamente antiisraelí.
Desde entonces, Irán dejó de reconocer al Estado de Israel, y comenzó a apoyar activamente a grupos armados como Hezbolá en Líbano y Hamás en la Franja de Gaza. Israel considera a Irán como una amenaza, sobre todo por su desarrollo nuclear y su creciente influencia en Medio Oriente.Con el paso de las décadas, ambos países protagonizaron una “guerra en la sombra”, con operaciones de inteligencia, ciberataques, asesinatos selectivos y bombardeos indirectos a través de terceros países.

¿Qué pasó entre Israel e Irán en 2024?
El conflicto escaló en abril de 2024, tras el ataque israelí a un consulado iraní en Damasco. En represalia, Irán lanzó más de 300 drones y misiles hacia territorio israelí. Fue la primera vez que ambos países se enfrentaron directamente y de forma abierta.
Israel respondió con bombardeos a objetivos militares y nucleares dentro de Irán, marcando un antes y un después. Estados Unidos, aliado histórico de Israel, respaldó la operación con interceptaciones defensivas y apoyo estratégico. A su vez, países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos observaron con inquietud el avance del conflicto, temiendo una regionalización del enfrentamiento.
La comunidad internacional, con Naciones Unidas y la Unión Europea, pidió moderación y diálogo, aunque con escaso éxito. Las hostilidades dejaron decenas de muertos, ciudades destruidas y millones de personas en estado de alarma.

¿Qué rol tiene Estados Unidos en este conflicto?
En junio, Israel atacó zonas de Teherán, con la excusa de que era un ataque preventivo debido a la cantidad de uranio de Irán, cerca del nivel necesario para desarrollar bombas atómicas.
Por su parte, la nación persa lanzó misiles sobre Tel Aviv y Haifa. Las fuerzas armadas israelíes reforzaron el escudo antimisiles “Cúpula de Hierro”, y Teherán alertó que “la guerra apenas comienza”.
En el punto más tenso del conflicto, Estados Unidos colaboró con la ofensiva israelí con ataques contra instalaciones nucleares en Irán. El objetivo fue frenar el avance nuclear iraní, pero la operación despertó una fuerte reacción de Teherán y aumentó el riesgo de una guerra regional.
La comunidad internacional reaccionó de inmediato. Mientras que Washington y sus aliados defendieron la ofensiva, potencias como Rusia y China exigieron el fin de la violencia y pidieron diálogo. El temor a un conflicto mayor sacudió los mercados y generó alarma global.

Tras estos hechos, el presidente Donald Trump anunció un alto el fuego “total” entre Israel e Irán. Desde el martes 24 de junio rige un alto el fuego. Aunque ambos países desconfían del otro, y temen una nueva amenaza.
Impacto global: petróleo, diplomacia y opinión pública
La guerra entre Israel e Irán no sólo afecta a Medio Oriente. El conflicto generó alzas en el precio del petróleo, tensó las relaciones internacionales y acentuó la polarización política en foros multilaterales. Washington y Bruselas insisten en sanciones contra Irán, mientras que Moscú y Pekín piden “no intervención extranjera”.
Millones de ciudadanos en todo el mundo salieron a las calles para expresarse tanto en apoyo a Israel como en contra por sus acciones. Las redes sociales se convirtieron en campos de batalla, donde circulan campañas, desinformación y discursos encendidos.
Organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch alertaron sobre violaciones a los derechos humanos y pidieron el cese inmediato de estos ataques. En Gaza, Cisjordania y el sur del Líbano, los conflictos subsidiarios siguen latentes.

¿Qué puede pasar ahora?
Expertos en relaciones internacionales advierten que el conflicto Israel-Irán es uno de los más peligrosos del siglo XXI. Un enfrentamiento directo y sostenido podría arrastrar a toda la región a una guerra total, con consecuencias impredecibles.
Diplomáticos intentan activar mecanismos de paz: Turquía, Egipto y Catar ofrecen sus servicios como mediadores. Pero la falta de confianza entre las partes y las heridas recientes dificultan el avance.
La pregunta sigue abierta: ¿estamos frente a una pausa táctica o al inicio de una nueva guerra regional? El tiempo lo dirá.