El grupo Rulos Arg, una comunidad que cuenta con más de 90.000 miembros, busca que las mujeres enruladas sean amadas por lo que son y no por las apariencias.
Ana abre una revista y la ve a Tini Stoessel en una publicidad de Pantene. Hojea un poco más y se encuentra con otra publicidad de un producto para el pelo, pero esta vez de Elvive. Ahora la modelo no es tan reconocida como la ex Violetta, pero tienen una cosa en común: les importa cómo luce su pelo, y por eso usan un champú que les da más brillo, les saca el frizz, y les deja el pelo sano y nutritivo.
En Argentina las mujeres lo prefieren lacio. Y largo. Es normal que una mujer le diga a su amiga “boluda, me rapé” cuando se cortó las puntas y apenas un flequillo. Las jóvenes se pasan “la planchita” de pelo antes de salir de su casa e invierten como mínimo 1000 pesos en un alisado definitivo en una peluquería.
La gran mayoría de las publicidades y campañas en el país muestran lo que todas quieren tener: pelo eterno, lacio, sin ondas o con ondas pero nunca con rulos. Las personas con rulos hacen presencia solamente para promocionar algún producto para cuidar esa forma de cabello tan “particular”, tan “especial” y tan difícil de llevar.
Pero hay mujeres con rulos que no van a dejar de tenerlos porque “todo el mundo se hace el alisado”. Ese es el caso de Rulos Arg (Rulos Argentinos), un grupo de Facebook que arrancó como un espacio para despejar dudas y hacer consultas sobre el cuidado del pelo enrulado. Sin embargo, terminó transformándose en algo mucho más: una comunidad que anima a los otros a mostrarse como son, y a amarse a sí mismos.
Aunque el grupo no es abierto al público no hace falta tener un casco de rulos al estilo Maradona para ser parte. Al solicitar la entrada al grupo las administradoras envían un formulario para que el interesado lo llene. Allí la interesada hace dos promesas: mantener el respeto y el buen trato entre los miembros y que nunca pero nunca recomendará, venderá, promocionará o siquiera preguntará sobre alisados químicos. “Cualquier post o comentario de este tipo será sancionado”, advierte.
Para una persona que poco sabe de cabello entrar a Rulos Arg puede hasta parecer un engorro. Que la prueba de porosidad, que los métodos de lavado, que los sulfatos, que los productos “aptos” o “no aptos”. Es muy fácil perderse entre tantas consultas y recomendaciones, que un recién llegado se pregunta: “¡¿De qué están hablando?!”. Afortunadamente, las administradoras recibieron tal cantidad de consultas que elaboraron un documento que explica el paso a paso para el perfecto cuidado del pelo según su porosidad.
Porque claro, cada persona – o mejor dicho, los cabellos de cada persona – tienen distintos niveles de porosidad según cuánto daño le ha hecho con productos químicos. La porosidad del pelo se determina en la cantidad de agua y nutrientes que éste puede absorber. Y a partir de ese nivel de absorción habrá un tratamiento diferente de recuperación capilar que dura 4 semanas.
Los métodos provienen de las recomendaciones de una estilista de Estados Unidos especializada en el cuidado de los rulos: Lorraine Massey, autora del libro Curly Hair: The Handbook. Ahí se recomiendan tres formas de lavado, aunque pueden aplicarse para todo tipo de cabello, sea enrulado o no:
- Co- Wash: Es recomendable para quienes tienen pelo seco o sensible. Consiste en lavar el cabello solo con acondicionadores, como si fuera un champú. La persona debe masajearse el cabello y, lo más importante, enjuagarlo muy bien.
- Low Poo: Funciona para todo tipo de cabello, pero los miembros con pelo reseco lo recomiendan. Consiste en lavarse el pelo con champú y acondicionador “aptos” para el pelo. Es decir, que no contenga sulfatos, siliconas o derivados de petróleo.
- Ac-Sh-Ac: Consiste en lavarse el pelo con un acondicionador antes y después de ponerse champú. Además, desde Rulos Arg se recomienda desprenderse de productos de pelo que contengan sulfatos, siliconas o derivados de petróleo, químicos que se encuentran en la mayoría de los champús comerciales que suelen resecar el cuero cabelludo y eliminar sus aceites naturales.
- También se pueden encontrar guías sobre cómo encontrar el producto perfecto que va con el pelo de cada una, sea natural o teñido, rubio o morocho, con rulos o lacio. Hay fotos de productos “aptos” y “no aptos” para el pelo. Hay álbumes sobre cómo hacer mascarillas caseras, con todo tipo de ingredientes naturales. Hasta es divertido porque el grupo no solo ayuda a las personas con rulos, sino también a las “lacias infiltradas”, que muestran cómo va sanando su pelo a medida que transcurre el proceso de recuperación capilar.
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Detrás de la comunidad, las administradoras
Son cinco las administradoras que se encargan de organizar y regular las publicaciones que hacen los miembros de la comunidad virtual. Julie Jara, Cecilia Manno, Giuli Michelich, Vero Aguirre, y Daniela Becerra realizan los comunicados y chequean que las publicaciones cumplan con los requisitos. Una es de Córdoba, otra de Rosario, y una más en Buenos Aires. Una estudió Ciencias de la Comunicación, otra es analista de sistemas, y otra está estudiando para ser bioquímica. Son amigas, pero la vida nunca las hubiese cruzado si no fuera por el simple hecho de que todas buscaban otra manera de hacer lucir su pelo.
Cecilia Manno fue su creadora y primera integrante. “La idea surgió dentro de otro grupo, principalmente chileno, pero con información de todos lados, lo que nosotras necesitábamos era un lugar puramente argentino, donde todas pudiéramos conseguir los productos de los que se habla. Siempre que una busca sobre productos para rulos aparecen principalmente brasileros o estadounidenses, y no todos podemos viajar o traer de afuera”, contó al medio FiloNews.
Lo que arrancó como un espacio de consultas sobre productos para este tipo de pelo se convirtió en un grupo de orgullo que fomenta el amor al propio cabello aunque no cumpla con el “perfecto y prolijo” pelo alisado. Los testimonios de las mujeres que llegan al grupo sorprenden por su redundancia: “Me hacía la planchita todos los días antes de salir”; “Siempre andaba con el pelo atado o con trenzas”; “Me hacía alisados una vez cada dos meses”. Mujeres que un día, por alguna razón, decidieron soltar sus rulos para que el mundo los vea: porque lo tenían dañado, porque se les caía, o porque simplemente se cansaron de cumplir con el estereotipo de mujer argentina.
Por eso en la mayoría de los comentarios las mujeres se elogian mutuamente, y se hacen críticas sinceras, constructivas y nunca destructivas. Porque en el fondo todas llegaron por una misma razón. Todas habían querido por mucho tiempo “pertenecer” porque se veían diferentes y no les gustaba. Pero un día se dieron cuenta que ser diferente estaba bien. Y que en realidad tenían que encontrar la mayor expresión posible de su pelo manteniendo su esencia. “En un principio queríamos que el grupo fomente la auto aceptación de los rulos, que por mucho tiempo fueron, y tal vez aún, son vistos como sinónimo de desprolijidad y descuido, al punto que en algunos casos casi que obligaba a algunas mujeres a recurrir a los alisados para ser tomadas en cuenta para algún puesto de trabajo o para sentirse aceptada y “linda” contó Vero Aguirre, una de las administradoras.
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Historias de vida: el caso de Ana
Una de ellas es Ana Rosa Doddi, maestra de escuela primaria, nació en Firmat, provincia de Santa Fe. Hace yoga, pinta mandalas y, como ella se presenta, disfruta “todo el tiempo de cada instante de la vida”. Encontró en Rulos Argentinos un lugar de contención luego de haber sufrido casi toda una vida de burlas.
“Desde pequeñita, desde que tengo recuerdo, a los tres o cuatro años, la relación con mis rulos era pésima”, cuenta Ana, quien de chica llevaba el pelo como un varón. “Mi tía cumplía mis órdenes y me rapaba. Me confundían con un varón. Todo el mundo se paraba, y me ponía las manos sobre la cabeza y decían ‘Uii parece virulana’, ‘Uii parece alambre’, pero nadie me decía qué linda nena o qué lindo pelo”.
En el colegio se burlaban de ella por su pelo, algo que recuerda como una etapa de mucho dolor. Hasta que su hermana mayor, a los 10 años, la llevó a la peluquería para hacerse su primer alisado. “De allí en más fue una constante lucha por tenerlos como la gente le gustaba. Si lo tenía lacio, sin frizz y dominados, yo caía bien, era aceptada. Y de lo contrario, no” cuenta.
Esa puja entre lo que los demás esperaban de ella y lo que ella era en realidad se extendió durante casi 40 años. Con 50 años de edad, Ana comenzó un proceso de autoaceptación: aprendió a amarse y a respetarse. Comenzó a aceptar sus rulos, en parte gracias a su peluquero Darío, que le dijo algo que Ana nunca olvidará: “Tené en claro algo: vos tenés rulos, naciste así y a los rulos los amas o los odias. Si los odias, vas a seguir así como estás ahora dando vueltas, sin encontrar una solución. Si los amás, vas a poder manejarlos”.
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Los rulos piden paso en Instagram
A Rulos Argentinos llegó gracias a una compañera de trabajo. Aunque al principio se perdió con la excesiva cantidad de información que hay sobre el pelo, pronto pudo despejar sus dudas con Belén, su “hada madrina” que la guió en el proceso. “Es un grupo muy contenedor, cuando nos sentimos mal, tengamos la edad que tengamos, tenemos a todos apoyándonos, dando la palabra de aliento, recordando quiénes somos y qué es lo importante. Todo el mundo allí es tan solidario, tan generoso, tan amoroso”, se reconforta Ana.
El movimiento de empoderamiento de las mujeres y sus rulos es cada vez más grande y se va multiplicando en las redes. Además de Rulos Lover, en América Latina, y Rulos Arg para Argentina en particular, se suman en Instagram @en.rulada, de Yani Sapo y @joyklinko, una mujer que realizó una campaña en las redes con el hashtag #EstaEsMiOnda para promover la auto aceptación del propio cabello. En abril realizará el primer workshop en Capital Federal para que más personas puedan incorporar el método curly hair. La liberación de las mujeres ya llegó al propio pelo.