La música es ese acompañante fiel que está en todos lados, teletransporta a momentos, sentimientos y lugares. Hay millones de artistas en el mundo de diversos géneros, cada uno con una identidad la cual hace que sea elegido entre toda la industria. Hasta la persona más melómana tiene un preferido, aquel con el que tiene un vínculo invisible conectado a través de la admiración, paso muchos momentos guardando un lugar especial en su vida y manifestando el deseo de algún día encontrarse, convirtiéndose en un fan.
Swifties, Biónicos, Direccioners, Ricoteros, Erbakeros, las nenas de Sandro…
Diversas agrupaciones sociales relacionadas a bandas o artistas reconocidas con nombres diferentes, pero siendo una misma cosa: FANÁTICOS.
¿Qué es ser un fanático?
Diciembre del 2024 en el Estadio Vélez Sarsfield, murmullo es lo único que se oye mientras las luces siguen encendidas. Expectantes a que sucederá la oscuridad invada el espacio. Solo se escucha una pregunta de una chica a su amiga “¿Ya va a empezar?”. Por un segundo se para el mundo mientras los gritos ensordecedores al unísono comienzan, pero se logra escuchar uno en particular, un desgarrador e intenso “¡Te amo Pato!”.
Según la RAE la palabra Fanático significa “Partidario apasionado intransigente de una persona u ideas”. El licenciado en psicología social Eduardo Alejandro Dorto, define al fanatismo en la música como una forma de exogamia que comienza en la adolescencia, de salir del núcleo familiar, buscar otro referente en bandas y cantantes a quien admirar que no sean los padres.
La psicóloga Viviana Fantinato menciona que el fanatismo se puede manifestar en estilos de vida, y las palabras que destacan en este concepto son: la intolerancia, intransigencia, la obstinación y el extremismo. En alguien puede llegar a una adhesión incondicional. Está asociado a rasgos y estructura de personalidad de las personas. Por definición es un exceso.