Del total de los choferes de carga que hay en Argentina, sólamente el 1% son mujeres. Cómo se preparan las mujeres camioneras para sumarse a una actividad donde los hombres son amplia mayoría
Claudia San Nicola trabajaba en una empresa de equipos de rastreo para vehículos hasta que un día se animó a manejar el camión de un cliente. Paulina Gómez Gato, oriunda de Mendoza, estudió periodismo, está casada hace 10 años con un camionero y después de viajar tantos años en el asiento de acompañante decidió animarse y aprender a estar del otro lado. Yanina casi que nació sobre ruedas. Su familia desde siempre se dedicó al transporte y un día que su papá enfermó comenzó a tomar el volante para viajes de larga distancia.
Ellas tres tienen algo en común; pertenecen al 1% de mujeres que cuentan con una Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional (Linti), según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Las tres comparten una misma pasión: son mujeres camioneras.
Un cambio que crece
La edición Mujeres Produciendo, desarrollado por el Gabinete de Género del Ministerio de Desarrollo Productivo, expone que según estudios del CEP XXI en Argentina, los rubros masculinizados están vinculados al sector primario y secundario (agro, pesca, petróleo, minería, industria, construcción, electricidad, gas y agua) y a servicios como transportes y comunicaciones. La participación de las mujeres suele ser menor al 20%, tanto entre las trabajadoras como entre los puestos jerárquicos.
Estas mujeres con el objetivo de romper los estigmas de la sociedad se lanzan a trabajos históricamente masculinizados. Pero, no son las únicas. Actualmente, diversas fundaciones se involucran en la causa. Como por ejemplo, VAMOSAZOOMAR que se encarga de reducir la brecha de género en el rubro de la construcción y la albañilería donde solo el 0,45 de la fuerza laboral está compuesta de mujeres.
También las empresas comienzan a concientizar sobre la problemática y se involucran. Uno es el caso de Scania que junto con la Fundación Profesional para el Transporte (FPT), el brazo académico de FADEEAC organizaron el Programa de Mujeres Conductoras en 2019, del que San Nicola y Gómez Gato formaron parte. Según compartió Natacha Calero, vocera de la empresa, a las mujeres que quedan seleccionadas para participar y son becadas se les brinda “el curso de conductora profesional en la FPT y en el Centro de Capacitación de Scania Argentina, hospedaje, traslados y comidas”.
Desafíos sobre ruedas
Al hablar sobre áreas masculinizadas, nace el interrogante principal: ¿es un ambiente machista? “Son 100 hombres y yo sola en la empresa. La convivencia es excelente. No me puedo quejar. Igual yo siempre digo: que la calle la hace uno y en este trabajo siempre hay que estar demostrando”, eso comparte San Nicola sobre su experiencia. Yanina y Paulina comparten testimonios similares y admiten que sí, es un ambiente machista.
Dentro de los principales desafíos a los que se enfrentan hay dos que se destacan: la dificultad para encontrar trabajo y la falta de intimidad a la hora de usar el baño en la ruta. Si bien depende mucho de la realidad y el contexto de cada una, encontrar trabajo no es una tarea fácil para todas. San Nicola lo encontró en seguida, Paulina trabaja junto a su marido en la empresa familiar y Yanina comenzó en su familia y siempre fue llamada por otros contactos conocidos rápidamente.
Pero, el caso de Valeria Gordillo y algunas otras fue distinto: ella tardó siete años hasta que encontró trabajo como camionera: “Yo soy docente, mi marido era camionero, cuando tenía todo lo necesario para empezar a manejar el camión fuí a presentarme en las empresas de Mendoza de transporte. Siempre iba a las garitas de seguridad porque era difícil dar con algún empresario y contarle de mi experiencia, pero cada vez que iba se me burlaban en la cara”.
San Nicola asegura que “el país no está preparado” para ellas, “la mentalidad no está preparada para mujeres” dice mientras se refiere a la falta de baños que hay en Argentina para que las conductoras puedan ducharse al frenar. Y no solamente al frenar, sino también en las mismas empresas que trabajan. “Me baño donde se bañan los hombres”, comparte.
Gómez Gatto se suma al reclamo y sostiene “me he tenido que bañar muchas veces en baños de hombres y me da mucha bronca porque tengo cero intimidad, ahí no respetan nada, pero me pasa acá (en Argentina), no me pasa en Chile y no me pasa en Paraguay”, sostiene.
Pero, el desafío más importante según ellas, es que “todos los días son un nuevo desafío”. Lo que incluye estar lejos de la familia, perderse fechas importantes, estar atentas a lo que sucede en la ruta a cada momento y ser conscientes de la responsabilidad y de la carga que transportan.
Las ventajas de sumar más mujeres al volante
Sin embargo, “siempre es mucho más lindo lo que el camión te da que lo que el camión te quita”, sostiene Paulina. Y es que el requisito primario que todas las mujeres camioneras sostienen es que se necesita pasión. “El camión es cuerpo, mente y corazón. El cuerpo lleva adelante las cosas, la mente tiene que pensar cómo llevarlas a cabo y cuando ninguna de las dos cosas te dé, el que busca el carro es el corazón, que es la pasión”, comparte San Nicola.
Otro aspecto positivo de que cada vez se incorporen más mujeres al volante en el transporte profesional es, como menciona Gómez Gatto, que son “mucho más precavidas y mucho más respetuosas (que los hombres), según indican las estadísticas”.
Según un informe sobre los Principales indicadores de la seguridad vial con perspectiva de género en argentina, desarrollado por la Dirección Nacional de Observatorio Vial, “las mujeres son más precavidas que los varones al conducir y muestran tener mayor percepción del riesgo con relación a la seguridad vial, situación que se relaciona directamente con la menor probabilidad de padecer siniestros viales como conductoras”.
El crecimiento de la desmasculinización
El fenómeno crece cada vez más y las cifras lo demuestran, según Calero, de las tres ediciones que realizó Scania del programa ya se egresaron 36 mujeres desde distintos puntos del país y el interés aumenta. La lista de espera para las próximas ediciones ya cuenta con más de 5.000 mujeres, lo que refleja una enorme adhesión a la iniciativa de seguir derribando estereotipos y caras de sorpresa al ver mujeres camioneras al volante.