Según el Ministerio de Salud de Argentina, la celiaquía es una intolerancia permanente al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno, que afecta al intestino delgado de las personas con predisposición genética. La enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde que se incorpora gluten a la alimentación hasta la adultez avanzada. El consumo de gluten por una persona con celiaquía afecta la mucosa del intestino y disminuye la capacidad de absorber nutrientes.
La celiaquía a veces es totalmente asintomática y a veces da síntomas clásicos gastrointestinales. También puede dar síntomas como menarca tardía, migrañas, aftas, entre otras cosas según Vanina Torrecilla, nutricionista especializada en celiaquía que ha trabajado en la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Pilar, y en equipo con la gastroenteróloga del Hospital Pediátrico Municipal de Pilar.
“Se está trabajando un montón en la comunidad médica para que ante estos síntomas que no darían al médico a pensar en primera instancia que alguien puede ser celíaco, sospechen y hagan los estudios encontrando el diagnóstico correcto”, comenta Torrecilla. Para mantener a la comunidad médica actualizada e informada, se están haciendo muchas capacitaciones y congresos, ya que hasta hace 20-30 años atrás se pensaba de manera muy diferente a la persona celíaca.
Cuántas personas con celiaquía hay en Argentina
En Argentina no hay un censo de la población celíaca, pero en un informe hecho en el 2020 por el ANMAT, (la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) se habla de que 1 de cada 167 adultos son celíacos y que 1 niño cada 80 lo es. Según Mariana Holgado, la Vicepresidente de la Asociación Celíaca Argentina, la Asociación hizo un pedido para que en el último censo de población que se hizo, se contemplen preguntas sobre si en el hogar había alguna persona celíaca diagnosticada, pero no se tuvo en cuenta.
Holgado asegura que hay varias dificultades que la persona con celiaquía enfrenta en Argentina al tener que comprar los alimentos aptos: “En primer lugar podemos ubicar el valor de los productos libres de gluten” y resalta la diferencia entre los productos que naturalmente no llevan TACC (trigo, avena, cebada o centeno) como enlatados, aderezos, golosinas, mermeladas, infusiones, versus los productos específicos. Los que no son específicos llevan el mismo precio que otros productos, mientras que los específicos pueden llegar a costar 8 veces más.
“Los productos específicos, elaborados con harinas y premezclas específicas, sí suelen tener un valor diferencial a su equivalente con gluten. Por ejemplo: galletitas, panificados, pastas secas, ya que es más costoso fabricarlos”, dice Holgado, quien es celíaca hace casi 20 años.
El pan con gluten se elabora para el 99% de la población y un pan sin gluten se elabora para un porcentaje mucho menor. No se hace mediante una producción a escala que tiene implicado abaratar los costos. Otra cuestión que encarece el producto es el envase para los productos libre de gluten: por ejemplo, la premezcla viene en un envase especial que sirve para resguardar el producto que resulta más caro que el envase de papel que resguarda la harina de trigo.
¿Por qué los productos que no contienen gluten son más caros?
Hay dos factores que encarecen los productos sin TACC: la cantidad de intermediarios en la cadena de producción, y los ingredientes que contienen. Por ejemplo, fabricar un pan con gluten,(que podemos conseguir en una panadería tradicional) se hace con harina y agua, mientras que para fabricar un pan sin gluten se debe partir de una pre- mezcla especial.
Holgado cuenta que la premezcla tiene agregados que se usan para buscar esa textura que tiene el gluten con goma xántica, leche en polvo, y harinas específicas que pueden ser de arroz, garbanzo, entre otras. “Esta pre-mezcla comparada con un pan con gluten que se forma con harina de trigo (que está subsidiada) y agua, da cuenta de que nunca va a salir lo mismo fabricar un pan con y sin gluten”, agrega.
“Un paquete de fideos sin gluten sale 5, 6 o 7 veces más caro. Es muy difícil económicamente poder llevar una dieta sin gluten si se quiere incorporar estos alimentos. Torrecilla comenta que en los grupos de población más vulnerable hay personas que le dicen que son celíacos pero no tienen el dinero para hacer la dieta que corresponde y tienen más posibilidades de tener enfermedades como cáncer, diabetes, y problemas con la tiroides”.
Precios justos para personas con celiaquía
Dentro de los 1500 productos que el gobierno fijó por ejemplo ahora en el último listado de precios JUSTOS, había solo 19 productos sin TACC, lo cual es un ejemplo del rol que tienen los productos para nuestros gobernantes. “Esta es la importancia que le dan a las personas que necesitan acceder a estos productos y al dinero tienen que disponer en el momento de tener que ir a comprarlos”, expresa Mariana Holgado.
Para la dificultad o la imposibilidad de la gente de pocos recursos de poder acceder a la alimentación adecuada, hay programas del Ministerio, de las diferentes secretarías de Desarrollo Social, programas nacionales y provinciales (como el de Entre Rios, Neuquén) donde se da una asignación alimentaria a las personas con diagnóstico de celiaquía con ciertas condiciones sociales.
La asistencia alimentaria para personas celíacas en Argentina, es un programa del Ministerio de Desarrollo Social que brinda asistencia y educación alimentaria, además de una tarjeta de débito o módulos alimentarios para la compra de alimentos aptos para celíacos. Torrecilla comenta que se les da una tarjeta de débito en donde se le deposita un monto de forma mensual y también en algunos momentos se ha dado una pensión de discapacidad de poder llevar a cabo la alimentación adecuada, llamada discapacidad visceral.
“De las personas que atendemos en la Asociación muchos hacen comentarios sobre los precios, te diría que es el más recurrente y lo que más preocupa. Es un tema que la Asociación tiene en agenda desde hace muchos años que todavía no le hemos encontrado la vuelta”, expresa Holgado. Desde la Asociación Celíaca Argentina tratan de generar algunas herramientas o acciones concretas que permitan ahorrar un poco, por ejemplo hasta antes de la pandemia llevaban a cabo la Expo Celíaca en Costa Salguero. Se realizaba un fin de semana con entrada gratuita, y reunían a las empresas más importantes, dándoles la posibilidad de vender. La gente compraba a precios muy convenientes porque justamente se evitaban todos los intermediarios.
Canasta alimentaria de productos con y sin TACC
Relevado por el Instituto de estadísticas del Defensor del Pueblo de la provincia de Córdoba
Hay otros factores que hacen a la comercialización: por lo general, las empresas que fabrican productos específicos son empresas pequeñas o medianas, que no tienen una gran estructura de distribución como puede ser una empresa de consumo masivo, sino que trabajan con distribuidores. Como los productos libres de gluten tienen más intermediarios en su producción, esto hace que termine costando más, sumado al hecho de que cuesta más fabricarlos. Holgado aclara que la Asociación Celíaca Argentina no tiene injerencia en la formación de precios, y que no saben si el precio con el cual el producto llega a la góndola es el correcto o no.
PYMES a la cabeza de elaboración de productos sin TACC
Las empresas que se dedican a la fabricación de estos productos son las pequeñas ya que parar la producción, limpiar, acondicionar, y cambiar los rollos de packaging implica una planificación y tiempo que es muy valioso para ellas. Una empresa que fabrica para un público masivo, requiere una gran decisión invertir en ese tipo de consumidor que es de nicho, ya que el esfuerzo para fabricar para ambos es muy grande.
“Para una empresa grande como Arcor o Mondelez, que tienen una producción de harina tradicional, elaborar un producto sin TACC implica tener una planta alternativa, una línea paralela que no haya tocado con ningún elemento el trigo, o parar la planta de producción, que está elaborando algo que da dinero y mucho volumen”, explica Holgado.
Es por eso que de la mano de estos productos viene el desarrollo de las PYMES. Con respecto a la oferta, a partir del año 2010 que se reglamentó la Ley del Celíaco, hay más ofertas de productos para celíacos, explica Torrecilla. La ley pretende asegurar que haya más oferta de alimentos para celíacos: bares, restaurantes, kioscos que tengan alguna opción que sea sin TACC. Torrecilla agrega: “la ley también reglamenta que los productos aptos tienen que ser debidamente identificados, tener un logo unificado para todo el país”.
Qué dice la Ley de Celiaquía
Este año se aprobó la reglamentación de la Ley de Celiaquía Nº 26.588, modificada por Ley Nº 27.196 por el Decreto 218/2023. Esta Ley hace obligatorio el ofrecimiento de menús libres de gluten en diferentes instituciones y establecimientos y amplía la identificación de los medicamentos, en función del contenido o ausencia de gluten.
También declara de interés nacional la investigación clínica, la atención médica, la capacitación profesional en la detección temprana, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad celíaca, su difusión, acceso a alimentos y medicamentos libres de gluten. Se define en la reglamentación la cobertura que deben brindar las obras sociales y prepagas en cuanto a alimentos sin TACC y establece los ajustes que deben realizar las instituciones y establecimientos para poder ofrecer un menú sin TACC seguro.
Se establece asimismo la metodología mediante la cual se actualizará el monto de cobertura actual por parte de obras sociales y prepagas, y se deja establecida la periodicidad con la que se realizarán las actualizaciones subsiguientes que serán cada 6 meses. Desde la Anmat, se amplió y actualizó el listado oficial de alimentos libres de gluten que al momento de la sanción de la Ley 26.588 contaba con 1.400 productos inscriptos, pero hoy son más de 23.000. Finalmente, se elaboró y publicó una Guía de buenas prácticas de manufactura para establecimientos elaboradores de Alimentos Libres de Gluten (ALG) hecha por el ANMAT.
Cuando hablamos de un producto apto quiere decir que no tenga ni trigo ni avena ni cebada ni centeno, porque un alimento puede no contener en sus ingredientes estos componentes del TACC, y sin embargo no ser apto por estar contaminado en algún proceso de elaboración. Torrecilla da un ejemplo claro: “Las papas fritas de paquete si vos lees los ingredientes en la etiqueta dicen papa, aceite, sal, pero de repente no son aptas porque seguramente la fábrica en ese mismo aceite fríe otro producto que puede tener TACC, entonces ya eso hace que las papas fritas no sean adecuadas para celíacos”.
Distribución en grandes y pequeñas urbes
Según indican los especialistas, “no hay una distribución uniforme a nivel país de los productos sin TACC”, según manifiesta Mercedes Blanco, Presidente de Supermercados Mayoristas Yaguar. Explica que cuanto más te alejas de las grandes urbes o ciudades, menos distribución hay aún, y que el acceso está limitado por una carencia de distribución que está segmentada en tiendas especializadas como las dietéticas o las grandes cadenas que lo pueden tener.
Otro punto que resalta Blanco es el surtido: Argentina tiene una industria alimenticia que es grande. “Podríamos producir todo tipo de productos pero nuestro volumen de consumidores es pequeño y tenemos un gran problema de crédito y de inversión en el sector alimentario, grandes crisis. Entonces toda la coyuntura hace que las empresas PYMES o aquellas empresas que quieran incursionar en una oportunidad de negocio como es el desarrollo de productos sin TACC tengan que meditar la inversión y avanzar en ese negocio”, comenta.
Hay una gran oportunidad porque hay una demanda mundial para poder colocar este tipo de productos en todas las áreas. Blanco explica que somos productores de materia prima, con lo cual la elaboración a través de cebadas, harinas alternativas al trigo es muy accesible. “Hay intelecto, con lo cual se puede poner en práctica, pero carecemos de packagings, la logística es complicada, y los aditivos capaz están en falta, entonces desde el lugar del consumidor no hay un aprovisionamiento constante de los productos”, remarca.
Un empresario en el momento de producir algo elige algo que sea más rentable y simple, y que tenga un consumo asegurado, eso sumado al cierre de importaciones, el contexto de la alta inflación, y la carencia de inversión en el desarrollo de industrias por miedo, hacen que el surtido sea básico y simple. En una economía más próspera puede ser que tengamos un surtido más amplio, pero hoy en día dado el contexto no es posible.