Es lunes, pasadas las nueve de la noche, y diferentes grupos de jóvenes se juntan y salen a recorrer las calles de la ciudad de Buenos Aires. Con el ofrecimiento de un sándwich, el grupo busca entrar en contacto con las personas en situación de calle. No se trata de llevarlos a un refugio sino escucharlos. Pueden encontrarse con familias enteras, madres con hijos chiquitos, y hombres y mujeres solos. Algunos con frazadas, otros consiguieron colchones, y otros que se las ingenian con cualquier cosa para cubrirse del frío.
Javier está sentado en la vereda de Santa Fe al 2600, charlando como todos los días con el kiosquero de la esquina, cuando llega un grupo de seis jóvenes. Después de varios saludos y abrazos, comenta que le sacaron los puntos del accidente que tuvo la semana pasada, cuando lo atropello un auto. A pesar de esto, se encuentra contento porque la semana anterior había dado una charla en un colegio, y cuenta que los chicos le realizaban un montón de preguntas acerca de cómo es vivir en situación de calle. Antes de que el grupo se vaya, hace que todos se agarren de las manos, reza y les da una bendición, no sin antes retarlos para que todos sigan estudiando.
“Son personas que tienen la misma dignidad, los mismos derechos que nosotros y que por determinadas circunstancias están en la situación en la que están”, define Carolina Moreno, coordinadora de Noche de la Caridad en Pastoral Universitaria.
La Pastoral, junto con unas treinta parroquias, integra la Red de Noche de la Caridad, una iniciativa que comenzó en 2011, a través de un encuentro arquidiocesano organizado por lo que es actualmente, fundación Lumen Cor. Para este encuentro se convocó a los referentes de las Noche de la Caridad de distintos lugares de la Ciudad de Buenos Aires y al padre Fabrizio Maranzana creador de esta iniciativa en la parroquia Nuestra Señora de Balvanera para que sea expositor.
A partir de ese momento, se formó la Red de Noche de la Caridad, o también llamada Red del Posadero, que hace alusión a la parábola del Buen Samaritano en la Biblia. “El buen samaritano es el que se conmueve, pero no es precisamente el que resuelve el problema, es un medio. El posadero es el que finalmente cuida a esta persona. Entonces las noches de la caridad simbolizan a todos los buenos samaritanos, y decidimos crear una segunda instancia en donde las noches puedan llevar a todas esas personas en situación de calle para que puedan ser asistido”, explica Javier Vega, fundador y creador de Lumen Cor.
La red cuenta con varios proyectos activos. En colaboración con la Facultad de Informática de la UCA, un grupo de ingenieros, diseñó una plataforma digital basada en el proyecto de la Red de Noches de la Caridad, para crear una base de datos de las personas que se encuentran en situación de calle. Los usuarios pueden un perfil de “buen samaritano” o de “posaderos”. De esta manera se genera un registro de las personas en situación de calle, hay conocimiento de por quienes fueron atendidas , y de esta forma, una mejor organización.
Otro de los proyectos es la creación de un mapa en donde estén marcadas y diferenciadas con colores las rutas de todas las noches de la caridad. Es un proyecto de integración y de organización. “Lo más importante siempre fue combatir el peor mal de todos que es la soledad, abrirles un espacio donde ellos puedan contarte lo que les pasa, lo que son”, comenta Nicolás Mere, coordinador de Noche de la Caridad en la Parroquia San Agustín.
Todos los años, la Red de Noche de la Caridad realiza un encuentro con diferentes paneles en donde expositores, referentes de las noches de la caridad , comparten sus experiencias a lo largo del año. Se busca la capacitación del voluntario, ya que este, usualmente, es una persona que no tiene ningún tipo de formación. “Trabajamos en como preservarse uno como voluntario, en ese encuentro en donde a veces uno se vincula demasiado, en cómo poner límites, y como sabes dialogar con las personas de la calle”, explica Javier Vega.
A demás de las diferentes parroquias que se encargan de las noches de la caridad, hay organizaciones que no pertenecen a la Iglesia que también realizan recorridos. Algunas de ellas son: Amigos en el Camino, Amigos por las Calles, Fundación Si, Manos que Ayudan de el Arte de Vivir.