Los bares, restaurantes y boliches de la ciudad de Buenos Aires tendrán que instalar alcoholímetros en los locales si prospera un proyecto de un grupo de diputados de Cambiemos, en una iniciativa que fue bien recibida en el sector.
La propuesta es de los diputados Daniel Del Sol, Cristina García y Roberto Quatromano que buscan concientizar a los ciudadanos sobre el límite máximo permitido de alcohol en sangre para conducir (0,5g/l). Señala que los establecimientos que tengan carta de menú, deberán incorporar, en el sector de bebidas alcohólicas, una leyenda que indique el porcentaje permitido en sangre para conducir. Deberá estar en un lugar lo suficientemente visible y con letra clara. Quienes no cuenten con cartas, exhibirán un letrero informando los límites de tolerancia máxima y la sanción prevista.
Frente a la iniciativa, en el bar “Chaco” señalaron que no los afectaría y que hace 8 años tuvieron el servicio de una empresa privada que colocaba alcoholímetros en los baños del bar. El encargado del restaurant “Piacere” está de acuerdo con la medida para que las personas controlen cuánto consumieron y puedan consumir sobrios. Los propietarios de los bares “Clap”, “The oldest” y el restaurante “Army”, también se mostraron a favor de la medida.
Los alcoholímetros estarán a disposición de los consumidores y su utilización será voluntaria y gratuita. Además, se exhibirán letreros informando la existencia del mismo. Los establecimientos tendrán un plazo de un año de sancionada la ley para adecuarse a lo establecido. Los gastos que demanden todas estas incorporaciones estarán a cargo de los locales.
Los macristas proponen agregar al Código de Habilitaciones y Verificaciones que “los titulares de las actividades sujetas a habilitación donde se reúnan personas que consuman bebidas alcohólicas serán responsables de proveer los alcoholímetros que requiera la reglamentación”.
Dentro de los fundamentos del proyecto, se menciona que en el 50% de los casos de siniestro vial –definido como “un suceso casual y por lo tanto, evitable”, el alcohol está presente en el 50% de esos siniestros viales. Lo que sucede es que el alcohol actúa como depresor del Sistema Nervioso Central, es decir, lo “anestesia” y debilita su funcionamiento. Así, comienza con el cerebro y continúa con el resto del cuerpo dependiendo de la cantidad ingerida. Esto genera una sensación de seguridad y el conductor piensa que tiene el control del vehículo, cuando no es así.
La ONG “Luchemos por la Vida”, realizó una investigación y llegó a los siguientes resultados: “El 67% de los encuestados consume habitualmente bebidas alcohólicas y muchos de ellos consumen después de haber bebido. Los fines de semana, el 69% conduce después de comer y beber alcohol. Lo que supone que el 46% del total de los conductores conduce alcoholizado durante el fin de semana”.
A esto se suma que el 47% no conoce el límite legal tolerado en sangre en conductores particulares (0,5g/l), el 65% cree que un vaso no afecta la capacidad de conducir y el 58% cree que el tiempo para que disminuyan los efectos es menor al necesario.
El 29% no conoce el límite en conductores profesionales (0g/l). El 22% piensa que hay que tomar más de tres vasos para que su capacidad se vea afectada. El 50% calcula más de dos botellas de cerveza por persona en una fiesta y el 32% una botella por persona.
“Se trata de una medida preventiva para ayudar a generar conciencia tras haber bebido alcohol. El conductor con dudas sobre su estado podrá hacer la prueba y determinar si está en condiciones de manejar o no. Queremos proteger a los ciudadanos y no tener que seguir lamentando accidentes o fatalidades por la presencia de alcohol en irresponsables al volante”, aseguró Quattromano, autor de la iniciativa.
Según el artículo 9° proyecto de ley, cada local contará con el plazo de un año para adecuarse a lo establecido por ella, a partir del momento en que se apruebe la ley. Desde ese momento, todos los locales que vendan bebidas alcohólicas y no tengan instaladas los alcoholímetros y los carteles que exige la ley tendrán una sanción que dispondrá la reglamentación.
La cantidad de dispositivos que instale cada local dependerá de su capacidad. Dado que difiere el consumo de bebidas alcohólicas en un restaurant, bar o boliche grande del consumo que hay en un sitio más pequeño, es importante que se tenga en cuenta este aspecto de la medida.
La propuesta busca replicar una iniciativa similar aplicada en México, donde se reglamentó que restaurantes y bares deben contar con alcoholímetros a la vista de los clientes, además de establecer que los aparatos exhiban mensajes sobre los peligros de conducir luego de haber bebido alcohol.
Autores: Gargiulo Bilbao Paloma, Gorbea Rocío, Fernández Miscione Camila, Puertas, Micaela, Valle-Riestra Padró, Luz María y Stutz Dohmen, Martina.