Mundo Marino lucra, desde 1992, con los espectáculos de Kshamenk, una orca macho. Según la institución, el animal llegó al acuario luego de un rescate. Pero el abogado Juan Ignacio Serra, especialista en derecho animal, sostiene que el ejemplar y su familia fueron obligados a encallar. Serra, secretario de la Fundación por los Derechos de los Animales No Humanos, afirma que la estrella del acuario de San Clemente del Tuyú sufre de zoochosis.

—¿Es posible saber si lo que sucedió en 1992 fue un rescate o una captura?

— Aunque muchos creen que es casi imposible diferenciar si fue una cosa o la otra, en verdad es muy simple saberlo. Un rescate tiene en mira tomar el animal, sanarlo y reintroducirlo, esas son sus razones. Cuando rescatas algo no es para quedártelo. Ahí te das cuenta que Mundo Marino no tuvo en mira un rescate, sino una captura.

— ¿Hay alguna forma de comprobar que tener un animal de fauna silvestre cautivo le genera un sufrimiento innecesario y por ende incumple la ley 14.346?

— En todos los zoológicos del mundo ese sufrimiento se ve expresado en su salud, tanto física como psíquica. El tema de Kshamenk es que nunca se analizó su salud psíquica. Hay algo que se llama zoochosis, una conducta repetida que se ve claramente en todos los animales encerrados. En el caso de esta orca, que de 500 vueltas por hora al estanque es una conducta estereotipada y claro indicio de zoochosis. Obviamente se necesitan informes científicos que avalen esto.

— ¿Kshamenk pertenece a Mundo Marino o es del Estado?

— Hay cosas que son de dominio público del Estado, pero al mismo tiempo las personas pueden aprehenderlas. La fauna marina es una de ellas, y para que el particular pueda hacerse propio de eso tiene que tener una autorización del Estado, por ejemplo las leyes de pesca. Todas las orcas tienen una protección por ley, por lo que nunca pueden formar parte del dominio privado, sino que son propiedad del Estado.

— Cuando las capturaron eran 4 especímenes. Según lo que se sabe, una de ellas fue liberada porque era demasiado grande, otras dos murieron y solamente quedo Kshamenk. Si a una de ellas la liberaron, ¿por qué dejaron ir a la familia completa?

— Por una razón de conveniencia. La que liberaron tenía ya una edad avanzada. Cuantos más años, más tamaño tienen, cuanto más tamaño, más complicada de manejar es, y cuantos más años, es más difícil adiestrarla o explotarla. Todos los animales explotados por los humanos son explotados por una razón. ¿Por qué utilizan a las orcas para espectáculos?, por su inteligencia, su capacidad. Cada animal tiene algo que el ser humano le vio. Entonces justamente, al momento de elegir, eligen al mejor o al que más les conviene económicamente a ellos. Es todo un juego de costo – beneficio.

— La famosa orca de la película “Liberen a Willy”, Keiko, fue liberada en el 2002. ¿Su caso no se puede tomar como ejemplo para Kshamenk?

— La liberación de Keiko tuvo muchos errores, pero se puede partir de ellos para no volver a cometerlos. Vivió un poco menos de dos años en libertad, pero ¿vos que preferirías, vivir 30 años en un cuadrado encerrado, o vivir un mes en libertad?

Yo no sé qué quiere Kshamenk, pero si me pongo en su lugar, no me importaría morirme por una peste al respirar aire puro porque nunca respire aire puro. Prefiero un mes poder nadar sin nada que me frene, que se me acomode la aleta dorsal de la fuerza que estoy haciendo al nadar. Pero para que pase esto tiene que haber una decisión política de hacerlo, y si se mantiene el interés económico detrás de la orca esto jamás va a suceder.