A partir de la cuarentena obligatoria, la economía nacional quedó en pausa. Muchos actividades esperan definiciones, entre ellas el sector de las energías renovables. Además de la pandemia, la negociación por la deuda externa complica aún más y despierta temores especialmente en los impulsores de los emprendimientos ligados a la energía eólica.
Son muchas las preguntas que se presentan para el nuevo equipo de Gobierno que prácticamente no habló de energías renovables desde su asunción. Lo poco que se sabe respecto a la industria renovable por parte del actual Presidente se resumió en pocas palabras durante la campaña electoral. “Hay que desarrollar la explotación convencional y las otras formas de energía que son renovables”, se posicionó Fernández ante la consulta de un periodista.
El área encargada de energías renovables dentro de la Secretaría de Energía fue recortada de Subsecretaría a Dirección Nacional con Guillermo Martín a cargo lo que generó cierta desazón entre los protagonistas del sector.
Matias Mladineo, director de Estudios Económicos y Regulatorios comentó: “El Gobierno no se pronunció con respecto a las renovables. Lo sabemos. Nosotros éramos una subsecretaría, con el secretario quizás más reconocido de todos los secretarios del país, y pasamos a ser una dirección nacional, pero sabemos, que es una situación temporal, entendemos que el Presidente lo primero que tenía que hacer era atacar el canje de la deuda soberana, que es realmente insostenible, entonces cuando vos tenés que atacar ese problema, el resto de las cosas quedan a solucionar”.
Por otro lado Rubén Sánchez Perco, director de Sidergy y vocal titular de la nueva comisión directiva, en la Cámara de Energías Renovables CADER afirma: “Hubo un cambio drástico en el mercado de Energías Renovables, en comparación con el dinamismo que supieron imponerle los responsables del gobierno anterior. El actual gobierno prácticamente no ha mostrado definiciones concretas al respecto, los cuadros técnicos se encuentran incompletos y la carga de trabajo pendiente es muy alta. Por otro lado, los desarrolladores e inversionistas esperan ansiosos definiciones oficiales para cuando se levante la cuarentena por el Covid – 19, para planificar sus respectivas estrategias de inversión y financiamiento en una Argentina con el índice Riesgo País por encima de los 4000 puntos – comentó el empresario – será altamente significativo, en este contexto, impulsar una agenda de desarrollo que se apoye en las capacidades industriales nacionales del sector de bienes de capital, a las que se considera clave para avanzar en superación de problemas estructurales del país. ” Los miembros de la Cámara se reúnen todos los últimos jueves de cada mes para llevar los temas de agenda adelante, estudiando las consultas que hacen otras cámaras, los organismos o el propio gobierno.
“Da la sensación, por la mirada del nuevo gobierno, que el foco estaría más puesto en proyectos de menor potencia que no requieran de financiamiento externo, y con más acento en el desarrollo de la producción de industria nacional, es decir, los proveedores y fabricantes que tengan un peso mayor”, explica Gastón Fenés, gerente de Comunicaciones de la Cámara de Energías Renovables y director de la revista Energía Estratégica.
Incertidumbre
Todavía no hay muchas definiciones por parte de la Secretaría de Energía, de hecho, recién el 5 de Marzo de 2020 mediante la Decisión Administrativa 487/2020 publicada en el Boletín Oficial, se ha designado con carácter transitorio y por el término de 180 días hábiles al ingeniero electrónico Guillermo Martín Martinez en el cargo de director nacional de Energías Renovables dependiente de la Secretaría de Energía del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Otra de las diferencias con el gobierno anterior, es el contexto actual en términos de energía, es decir: cuánta energía se tenía y cuánta se necesitaba antes y cuál es la relación hoy, incluso, ante el gran impacto en la economía que está produciendo la pandemia. A esto, hay que sumarle la caída abrupta en el precio del petróleo y las poco competitivas condiciones de acceso al crédito de Argentina. También hay que destacar la saturación de nuestra red de alta tensión para evacuar energía de los nuevos proyectos en las zonas con mayor recurso. “En el gobierno de Cambiemos, el país necesitaba nueva generación eléctrica, había faltantes de generación, el financiamiento era más económico porque Argentina venía de volver a los mercados de capitales, había líneas de transporte disponibles, de alta tensión, con lo cual se podía pensar en proyectos en las zonas con mayor recurso”, observan.
Cabe recordar que el año pasado se había iniciado una causa judicial por las presuntas irregularidades en la venta de seis parques eólicos que involucraban al entorno de la ex familia presidencial . De todas maneras, este caso no parece ser actualmente la causa por la cuál los proyectos no se estarían construyendo.
“Respecto a los proyectos, la gran mayoría de los que están adjudicados pero no se construyen, es por motivos de falta de financiamiento competitivo. Ahora bien, como en los últimos años, la economía cambió tanto, muchos proyectos no se pudieron construir por motivos de fuerza mayor, que es una de las cláusulas que establecen los contratos, para evitar justificar demoras, incumplimientos en las condiciones de la licitación, con lo cual hay proyectos que si están en situación de conflicto legal con CAMESA o con las autoridades pero diría que el grueso de los proyectos están complicados por falta de financiamiento”, explica Gastón Fenes.
El panorama comenzó a verse muy sombrío, ya que no había vocación de impulsar el sector renovable. Sin embargo, el impacto del Coronavirus en Argentina parece que replantearía los planes del Gobierno cambiando el rumbo. El petróleo comenzó a menos de 20 dólares el barril, lo cual no era competitivo para explotar y producir en los yacimientos de Vaca Muerta, ya que el negocio es sustentable con el petróleo por encima de los 40 dólares. No obstante, el Gobierno anunció el pasado 6 de mayo, que fijará por decreto un “barril criollo” a 45 dólares a cambio de que las petroleras no despidan personal, en medio de una parálisis casi total de la producción.
“Cuando se levante la cuarentena, el Gobierno podría impulsar las obras de construcción para promover el trabajo federalmente. En el sector se pronostica de manera optimista, que los proyectos renovables serían una de las vías elegidas. Son varias las ventajas que podemos destacar: las obras pueden promover fuertemente un mayor contenido local, debido a que la industria argentina ha desarrollado y constituye un sector privilegiado en la difusión del progreso técnico al resto de la economía. Los proyectos renovables presentados y adjudicados se encuentran diseminados a lo largo y ancho del país (12 provincias), su articulación resulta más económica y de rápida ejecución, perspectivas positivas para obtener financiamiento mediante Bonos Verdes e incluso el contar con potencia instalada en las redes de media y baja tensión”, comentó Rubén Sánchez Perco.
Argentina ya cuenta con 244 proyectos de energías renovables adjudicados, es decir, unos 6300 MW con una inversión total aproximada de U$S 7.300 millones. En cuanto a la generación de empleo, 8.847 y 18.362 empleos proyectados.
La última Ronda 3 de RenovAr debe incorporar proyectos de pequeña escala distribuidos en todo el país de hasta 10 MW, contribuyendo a una generación de energía eléctrica descentralizada y más federal.