César Lerena, presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, y Sergio Almada, coordinador de EICEMAR, explican todo lo que hay que saber sobre la actividad ilegal que perjudica la economía local y el medioambiente.
La pesca ilegal en el Mar Argentino es un fenómeno que afecta a uno de los principales recursos naturales de nuestro país. Perjudica a Argentina tanto en lo económico como en lo ambiental: sus principales consecuencias están vinculadas a la pérdida de la biodiversidad por la pesca indiscriminada de especies migratorias y a la pérdida de competitividad de empresas pesqueras nacionales en el mercado internacional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura define a la “Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada” como la actividad pesquera realizada por buques nacionales o extranjeros en zonas que están bajo la jurisdicción de un Estado, pero sin tener el permiso de éste o yendo en contra de su legislación.
Desde la costa hasta la milla 200 del mar, Argentina tiene derechos exclusivos para explotar los recursos naturales. A este espacio se lo denomina la Zona Exclusiva Económica (ZEE) de Argentina y es el escenario donde se realizaría la pesca ilegal.
¿Cuándo es pesca ilegal?
El presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, César Lerena, explica que las dos principales razones son “el descarte a bordo”, es decir, descartar especies porque no son útiles para intereses comerciales, y “la sustitución de las especies en las declaraciones de capturas”. Esta última tiene que ver con las cuotas de captura que tienen las empresas para cada especie. Al alterar las declaraciones, pueden pescar por encima de esas cuotas.
En cuanto al ingreso de buques extranjeros a la ZEE, Lerena indica que Prefectura ha capturado buques que pescaban en aguas argentinas, pero que la cantidad de buques que transgreden la ZEE es “insignificante” en comparación a la pesca en altamar, a partir de la milla 201.

¿Cuáles son las normas sobre la pesca ilegal?
“En nuestro país, la pesca ilegal no es un delito, sino una infracción al Régimen Federal de Pesca”, explicó Sergio Almada, coordinador del Equipo Interdisciplinario para el Control de los Espacios Marítimos y sus Recursos (EICEMAR). Este documento es la ley principal que regula la actividad.
En el artículo 50, se determina que es la Prefectura Naval la que debe preparar el sumario correspondiente para después determinar el tipo de infracción que el buque extranjero en cuestión está realizando. Dependiendo de la gravedad de la infracción y los antecedentes del infractor, se pueden aplicar distintas sanciones: desde multas hasta el decomiso de equipos de pesca, la captura obtenida en forma ilícita, e incluso el buque.
De acuerdo a la ley, las multas están establecidas según Unidades Pesca (UP), que equivalen al precio de un litro de gasoil. Las multas por pescar en una zona prohibida son de al menos 3.000 UP, y las multas por operar un buque pesquero sin permiso van desde las 500.000 UP hasta las 3.000.000 UP.
¿Cómo se capturan los buques que pescan ilegalmente?
Cuando se producen ingresos que están cometiendo infracciones al Régimen Federal Pesquero, Prefectura lo detecta a través del sistema Guardacostas, un sistema de monitoreo y vigilancia satelital que es el más moderno de la región y permite identificar a los barcos aún cuando apagan sus sistemas de posicionamiento automático, a través de imágenes satelitales que provee la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.
Desde 1986 un total de 80 buques extranjeros han sido capturados por pescar ilegalmente en jurisdicción argentina, según información oficial.
Almada indica que cuando un barco extranjero ingresa a pescar en la ZEE, Prefectura ya puede intervenir. Se detiene al barco, que es abordado para comprobar la infracción, y luego se lo conduce a puerto, para ponerlo a disposición de la autoridad pesquera de nuestro país, la Subsecretaría de Recursos Acuáticos y Pesca.
¿Cómo se procede ante la pesca ilegal?
Como se mencionó anteriormente, la pesca ilegal no es un delito, sino una sanción. “En caso de capturar un buque pesquero, su tripulación debe ser liberada con prontitud y las sanciones nunca pueden incluir penas privativas de la libertad. Ante el ingreso ilegal de un buque pesquero, no podemos hundirlo ni hacer un uso excesivo de la fuerza. La aplicación de la ley en el mar no difiere mucho de la aplicación y el uso de la fuerza en tierra”, dice Almada.
Sin embargo, la práctica sí se convierte en delito cuando el buque desobedece la orden de detención por realizar una infracción, y emprende la huida hacia altamar para buscar refugio en aguas internacionales.
En ese caso, “Prefectura da intervención a la Justicia Federal y se inicia la persecución, que puede continuar en altamar porque la normativa internacional lo permite. Esa persecución se hace siguiendo un estricto protocolo de actuación que le permite al capitán actuar de acorde al derecho nacional e internacional, haciendo disparos intimidatorios para tratar de detener el barco”, explica Almada.
De todas formas, hoy el problema no es el ingreso de buques extranjeros a la ZEE: “La actividad preventiva y represiva que realizó Prefectura con el apoyo de la Armada hace que hoy los ingresos sean casi inexistentes. Los barcos que pescan calamar illex mantienen un área buffer, que es un área de seguridad de una milla con respecto al límite exterior de nuestra zona económica exclusiva, precisamente para evitar ingresos a la misma”.
¿Qué es la milla 201?
El problema está más allá de la ZEE: en la milla 201, el gobierno Argentino ya no tiene derechos exclusivos sobre los recursos naturales. Se considera que esa zona ya no está bajo la jurisdicción de ningún Estado.
“En altamar, más allá de las 200 millas, pescan buques coreanos, españoles, británicos. Pescan los recursos migratorios, especies que migran por razones alimentarias, reproductivas o climáticas. Tienen ciclos migratorios que van de la ZEE a altamar, y regresan a la ZEE si no son capturados. Esos buques, a mi juicio, están realizando pesca ilegal, porque están capturando especies originarias de la ZEE argentina. Se capturan aproximadamente 700.000 toneladas por año”, afirma Lerena.
El especialista, además, menciona otra razón fundamental para declarar a esta situación como pesca ilegal: la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar, documento que indica que ningún estado puede perjudicar a un tercero. “Eso es precisamente lo que sucede con la pesca en la milla 201, porque perjudica los recursos pesqueros que pertenecen a la ZEE”, amplía.

Almada, por su parte, explica que la Convención establece una obligación a todos los estados parte a conservar la biodiversidad y los recursos pesqueros de altamar, pero esta obligación pasa por los resultados y no por la conducta. “No es una herramienta que le permite al estado ribereño actuar directamente sobre los barcos que están pescando en altamar. La jurisdicción de estos barcos la tiene su estado de bandera”, comenta.
Por otro lado, no hay medidas que impidan a los buques extranjeros pescar en la milla 201. “Argentina no ha tomado ninguna acción para buscar los acuerdos necesarios para que esos buques no pesquen de esa manera”, indica Lerena. Los barcos extranjeros están, en teoría, sujetos a las leyes de su país de origen, pero no están sometidos a ninguna forma de control. No pagan derechos de captura ni de exportación al ingresar la materia prima en sus países de origen.
Sin embargo, según informó Chequeado, en 2016, la Argentina presentó un informe ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU en el cual demostró que su plataforma continental se extiende hasta las 350 millas. Al aprobarse, el país obtuvo una ampliación de su jurisdicción sobre la plataforma continental entre las 200 y 350 millas, pero ésta se limita a los recursos del subsuelo (como pueden ser el petróleo y el gas) pero no así sobre los ictícolas (pesca).
¿Qué efectos tiene la pesca ilegal?
La pesca ilegal impacta a la Argentina tanto en lo ambiental como en lo económico. “La pesca ilegal produce una depredación del recurso en su integridad. Si se capturan especies migratorias en altamar, se afecta el conjunto del ecosistema de la ZEE argentina también”, explica Lerena.
En esta línea, Almada agrega que “aunque no ingresen a la ZEE, que ya hace años que no lo hacen y cuando eso ocurre son detectados y sancionados, generan un problema ambiental serio sobre el ecosistema del Atlántico Sur. La pesca que realizan en altamar no está regulada, entonces pescan de manera indefinida: sin capturas máximas, sin ningún tipo de control de sus estados de bandera. Se transforma en una pesca no sustentable”. De esta forma, se ven perjudicadas especies de calamar, merluza y abadejo.

Asimismo, la pesca ilegal también afecta a las empresas pesqueras nacionales al tener que competir con las extranjeras en los mercados internacionales. “Las capturas no solo son recursos argentinos apropiados, sino que luego compiten en el mercado internacional, lo que afecta a las empresas radicadas en territorio argentino, que tienen habilitación y pagan todos los derechos”, explica el especialista.
Hoy el 95% de la actividad pesquera se destina a la exportación, y los precios de las empresas nacionales resultan poco competitivos en comparación a la oferta internacional. “Una vez puesto el producto en los mercados internacionales, brinda grandes beneficios a las flotas extranjeras en perjuicio de las nacionales”, agrega.
Por Ana Málaga y Sofía Bongiovanni