Fernando Duclos es periodista y creó “Periodistán” en 2019, proyecto autogestivo que lo llevó a tener 120 mil seguidores en Twitter y fue declarado de “Interés Legislativo” en Buenos Aires como indica su cuenta. Sus viajes lo llevaron no solo a conocer nuevos lugares sino también a producir contenido de calidad y original.
En esta oportunidad, el periodista participó del Festival Basado en Hechos Reales donde estuvo a cargo de un taller de historiales reales en redes sociales. “Periodistán” comenzó explicando que él no relaciona el éxito con la masividad: lo importante es que le llegue a las personas, no importa cómo pero que llegue.
En su primer largo viaje a África en 2013, se le ocurrió contar cuál era el país de África que tenía más habitantes y el que menos. Pero se dio cuenta de que ese dato no era algo interesante para el común de la gente y eso llevó a que se cuestionara ¿cómo hacer para que se vuelva más atractivo? Finalmente, en su post de Facebook, habló acerca de la población de los países pero agregó que Seychelles, el país menos numeroso, con tan solo 50.000 habitantes tenía tres veces menos de personas que el barrio porteño de Palermo. Eso le generó más likes que las historias que él contaba sobre África y sólo implicó dar una vuelta de tuerca más a lo que ya tenía.
“Lo único que hay que buscar cuando uno publica historias reales en redes sociales es que le llegue a la gente, que lo relacione con algo en su vida”, afirma Duclos.
Duclos explicó que él simplemente trata de contar lo que ve tratando de no subestimar al lector. “Hay que tratar de no decir todo para que después la gente pueda sacar sus propias conclusiones”, sostuvo.
Con respecto al enfoque de las historias y en cómo hacerlas atractivas, “Periodistán” pone el foco en el poder de la anécdota y la resonancia de las palabras: “Pienso en si lo que estoy escribiendo es importante para que en el medio de una comida familiar alguien lo cuente”.
Se considera partidario de los datos extras, los detalles, las digresiones, las cosas que tal vez en un principio no estaban pensadas para ser contadas en la crónica que uno escribe pero uno las pone incluso si no tienen nada que ver y genera ese poder de la anécdota, ese poder de paréntesis.
“Contando lo micro, se cuenta lo macro. Si a uno le llega una pequeña historia, eso le queda mucho más que leer un artículo gigante sobre cómo era tal o cual guerra”, añadió Duclos.
Con respecto a las redes sociales, Duclos decidió focalizarse en Twitter y desarrollar un estilo propio. Considera que la forma de escribir es muy importante y le servía en muchos aspectos desde guardar textos cómo borradores cuando no tenía internet hasta la posibilidad de agregar fotos.
Periodistán considera muy importante el concepto de CD: cuando uno lo escucha, si el CD es bueno, escuchás las 15 canciones que tiene y al final nos va a quedar el concepto de obra. Es decir, puedo escuchar cada canción por separado pero si las escucho todas juntas, me queda el concepto de una obra en la que todo está encastrado. Para él, un hilo de Twitter tiene un poco de eso. Su objetivo es que cada tweet valga por sí mismo y que deje una conclusión. Que te inviten a leer el siguiente y que todos juntos, cuenten una historia.
Considera crucial escribir la máxima cantidad de caracteres que se permiten y en lo que tiene que ver con los criterios de selección, el periodista considera que hay que elegir fotos que ayuden y sumen a la historia pero que no la repitan, ya que las fotos cuentan algo por sí mismas.
“A mi me gustaría mucho hacer un medio que solamente sea de Twitter, que se dedique a contratar a los mejores contadores de historia de la red y que haya como una grilla televisiva de cada día”, explica.
Además Duclos se considera enemigo del uso de la primera persona, pero no enemigo acérrimo. Él prefiere no usarla pero lo cierto es que si por ejemplo está en Afganistán, una de las formas de que impacte y llegue al lector es saber que la persona que está escribiendo eso está ahí presente. “Es un frágil equilibrio entre poder usar un poco la primera persona sin que eso se convierta en hablar de uno que no me parece atractivo”, dijo.
“Soy muy partidario de dar pistas, de no decir todo”, afirma el periodista.
Todo se resume en que el poder de todo lo tienen las historias. La clave está en tratar de buscar la historia que sabemos que nos va a llegar, más en un mundo que parece que todo pasa rápido pero que cada vez nos gusta más que nos cuenten historias.
Cobertura por Felicitas Paganti y Ángela Sánchez