Por su paso en la Argentina, se reunió en radio UCA para dar la entrevista. Se presentó distendido y con una sonrisa amable dispuesto a contar la temática del curso de posgrado que dictó a los alumnos de la Maestría en Comunicación Audiovisual “Adaptación de la literatura al cine”, en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires.
Fumagalli considera que,”estudiar adaptación es muy fascinante porque se ven diversas posibilidades de adaptación.En mi opinión, no hay una receta que seguir porque cada libro tiene su propia esencia, sus propias historias. Cuando se quiere hacer una adaptación muy fiel se necesita tomar muchas decisiones creativas”.
Junto con los alumnos, el académico comentó escena por escena la película Sensa Sensibility, considerada por el profesional una adaptación muy fiel de la obra. Con este ejercicio les enseñó cuantas decisiones creativas fueron tomadas por la guionista y actriz principal EmaThomson. “Habían cosas que no eran aptas para el cine y ella transformó cosas muy literarias en cosas muy cinematográficas. Y esto requiere de mucha creatividad”, explica Fumagalli.
En el trabajo de adaptación de un libro al cine ¿cuál es el limite?
-Depende, si es una obra muy importante para una cultura o no. La gente normalmente no lo sabe, pero Forest Gump es una adaptación. La novela no había vendido nada, era muy pequeña, no era prácticamente buena pero compraron los derechos y el guionista cambio muchísimas cosas y se convirtió en una película excelente, de gran éxito mundial. En el caso de obras maestras de la literatura y fundamentales de una cultura, en Italia tenemos a Los Novios (I promessi sposi ) y en España el Quijote, donde no podés hacer demasiados cambios. Cuando uno ve una adaptación de una obra de estas características en el cine se espera que haya cierta fidelidad. Así, hay todo un espectro de posibilidades.
¿Cómo se elige una buena historia?
-Hay que elegir una historia que tenga un tema profundo y que pueda emocionar al público. Mientras que la literatura es más intelectual, el cine y la televisión tienen que ser necesariamente emocionales. Cuando digo emocional, no quiero decir superficial. En este momento todos están admirados por la película Inside Out, que es una película excelente, muy buena y emocional, pero también es muy profunda. Es decir, que el ser emotivo no significa ser necesariamente superficial. Pero, si uno va a trabajar para un medio que tiene un público amplio hay que escoger historias que puedan dar esta dirección y conexión que es a través de las emociones, que a veces abren mundos intelectuales. Es decir, que a través de las emociones descubrimos cosas de la realidad. Hablar de emoción, no es hablar de ser superficiales o falsos.
Hay películas que gastan mucho y fracasan. En cambio, otras gastan poco y son un éxito ¿Por qué sucede esto?
-El contenido es muy importante. En nuestro máster en Milán vino el guionista del Discurso del Rey, que es un caso de una película que gastó 15 millones y ganó 400 millones. También hay otros casos como Mi Gran Casamiento Griego que costó 5 millones y ganó 300 millones . Hay también películas que cuestan muchísimo y ganan muy poco. Por ejemplo: una película de hace tres o cuatro años de Disney es John Carter que no es conocida, gastaron mas de 200 millones y fue un fracaso en todo el mundo.
¿Cuál es el secreto del éxito?
El secreto del éxito no está asegurado en ningún lado porque hasta Disney se equivoca, pero muchos están convencidos de que es trabajar muy bien en la parte de escritura y desarrollo de la historia, es decir en el guión. En la industria de Hollywood hay muchos convencidos de esto, pero no todos, otros creen que lo importante son las estrellas o tener efectos especiales y escenas de acción. Pero no es así en mi opinión.
¿El presupuesto condiciona la ficción?
-Sí, el dinero que se tiene para cada producto en cierta forma condiciona. Pero, si uno lo hace realmente bien podría llegar a conseguir, no con este producto sino con el siguiente más posibilidades de hacer. Claramente cine y televisión cuestan, por ello uno cuando produce una película tiene que saber cuales son los gastos que hay que pagar para recuperar lo que ha gastado. Pero si uno hace algunos productos de éxito, después el dinero vuelve y puede invertir en los siguientes productos.
-En la actualidad ¿cómo se hace ficción audiovisual de cine y tv?
Los elementos esenciales son los mismos, después cada país está desarrollando sus formatos y sus técnicas específicas. Por ejemplo: Francia en este momento es muy fuerte en el cine, han tenido películas que fueron grandes éxitos en el mundo como Los Intocables. En este momento, Inglaterra tiene una producción de series muy buenas como Downton Abbey, que es un gran éxito. Claramente hay una industria muy potente de Estados Unidos que distribuye sus productos en todo el mundo.A veces hay cosas populares en un país pero no cruzan las fronteras, también ocurre que en otros países tienen un nicho de audiencia pero son internacionales. Esto pasó con algunas series Italianas y con series Norteamericanas como Met Men, que se vio en muchos países y en EEUU un porcentaje muy pequeño de la población, que es un millón de personas.
A nivel mundial lidera el contenido de la industria de Hollywood ¿se tiende a imitar o a diferenciarse?
-Hay muchos cineastas en Europa que son felices de ser distintos de Hollywood, pero a veces ellos tienen un entendimiento de lo que es Hollywood muy superficial. Piensan que es grandes efectos especiales y sólo eso. Pero se olvidan que tiene una enorme capacidad de trabajo sobre las historias. Si uno ve películas como La Hera del Hielo, El Señor de los Anillos o películas pequeñas como Little by Sunshine, están muy bien escritas. Pero hay también países enteros que quieren adquirir una parte del papel que tiene Hollywood para el cine mundial, porque vende a todo el mundo. Hay países donde el 70 u 80 % de las películas que se ve son películas norteamericanas. También, hay países donde el cine nacional es del 10%, 20% y en pocos es más del 20%. En Francia tiene el 40% del cine nacional e Italia mas del 30%. Por ejemplo, en India y en China, en una forma declarada quieren quitar el primado a Hollywood, en China se han construido en lo últimos años muchísimas salas de cine , se han pasado de 2.000 a 20.000 salas. Quieren tener una industria muy grande que pueda competir con la de Hollywood.
Ellos piensan si tenemos 20.000 salas de cine podemos hacer películas de muy alto presupuesto porque si la ve mucha gente, después el dinero se reinserta. Pero su problema es su capacidad de hacer historias que sean emotivas y que enganchen al espectador Chino y de todo el mundo. Hay muy pocas películas Chinas que hayan sido éxito en todo el mundo. El idioma es una barrera y no tienen una estructura comercial de distribución para que una película llegue a las salas de todo el mundo. Están dos pasos atrás del cine de ahora, no será fácil, necesitan no menos de 20 años.
¿Tiene algún referente internacional?
-Me gustan muchos, pero los que destaco son los de Pixar desde Toys Tory hasta Inside Out. Admiro su trabajo porque consiguieron ser muy divertidos, profundos y con buenos valores. Es una empresa donde la gente esta muy contenta de trabajar y tiene un respeto particular sobre la personalidad de cada uno. Además, respeta la compatibilidad entre la vida familiar y del trabajo, que no sucede en otras industrias creativas. Te piden que des toda tu sangre a lo que estás haciendo. Mientras que su política consiste en que los empleados a las seis de la tarde se vayan a sus casas porque tienen una vida.
Actualmente colaboro con un pequeño festival que se llama “Cine para las familias”, que desde el 2014 publica un libro con reseñas de películas que están dirigidas a toda clase de usuarios y para ver en familia.
Armando Fumagalli tiene una gran trayectoria como académico en Italia, país que lo vio nacer y dónde ejerce su pasión. Es profesor de Teoría de las Lenguas y de Semiótica en la sede de la Universidad Católica de Milán. Además es asesor de la productora Lux Vide en el desarrollo de coproducciones internacionales para Raiuno y Canal 5. Se graduó con honores en Filosofía por la Universidad Católica, que ha obtenido, en la misma universidad un grado de especialización en las artes escénicas y un doctorado cuatro en Ciencias del Lenguaje, filológicos y literario.