Los jugadores de Powerchair Football Argentina disputarán el Mundial de Australia entre el 15 y el 22 de octubre. La historia de quienes forman parte del equipo en primera persona.
El Powerchair Football, conocido como fútbol en silla de ruedas motorizada, ganó renombre global en las últimas décadas. Su origen se remonta a 1978 en Francia, y ofrece una oportunidad única para personas con discapacidades motoras de competir en un deporte tan apasionante. Jugado en canchas de tamaño reducido por equipos de cuatro jugadores en sillas de ruedas motorizadas diseñadas para este deporte, el Powerchair Football mantiene reglas similares al fútbol tradicional. Va más allá de ser un deporte; es una herramienta de inclusión y un testimonio del poder del deporte para unir a las personas y superar barreras físicas y sociales.
En Argentina, la fundación detrás del Powerchair Football, liderada por Mariano Zegarelli, ha estado en una misión constante desde 2012 para promover y desarrollar el deporte, cambiando vidas y creando una comunidad apasionada. La iniciativa nació cuando Mariano, inspirado por su hijo Valentino, diagnosticado con atrofia muscular espinal (AME), buscaba una actividad que proporcionara emoción y camaradería a jóvenes con discapacidades.
“Fui a varios congresos médicos por mi hijo, para ver distintos tipos de tratamientos. En uno de esos viajes vi que en Estados Unidos había una familia contando acerca de Power Soccer, como le llaman ellos. Traje ese deporte a la argentina bajo un modelo para armarlo bien y pensé en crear una fundación”, comentó Zegarelli .
“Yo conocí a una fundación de atrofia espinal y otra de distrofia muscular de Duchenne y me puse a hablar con ellos. Juntamos a 15 jugadores y armamos el primer club en Tigre, juntamos a los padres, armamos los aros, contratamos a una persona para que trabaje y así arrancó Powerchair”, recordó.
Las dificultades para viajar al Mundial
A pesar de desafíos económicos y logísticos, la fundación logró crear una comunidad en torno al Powerchair Football. El presidente de la fundación destacó la colaboración y el apoyo de diversas organizaciones y personas .
“A los jugadores les cambió la vida. Primero a nivel deporte, después a nivel mental y a nivel juego, a nivel pasión, a nivel comunidad. Tenés más amigos, tenés una pareja, salís en la tele, jugás un deporte, competís, ganás, perdés -enfatizó.
El secreto es seguir teniendo el mejor capital humano en nuestra fundación para poder tener y llevar a cabo el plan que tenemos que es lograr tener 300 jugadores en la argentina, tener la mayor cantidad de sedes posibles, 20 o 30, una liga competitiva, un espacio físico nuestro para poder concentrarnos allí y seguir disfrutando de esto que nos gusta tanto”.
Forjar campeones: el rol de Sebastián Tisera, el entrenador de Powerchair Football
El éxito en el Powerchair Football depende en gran medida de la influencia de líderes dedicados que desempeñan un papel crucial en la formación de equipos exitosos. En el caso del equipo argentino, Sebastián Tisera se destaca como la mente maestra detrás de la estrategia, el entrenamiento y la inspiración que impulsa a los jugadores a alcanzar la excelencia en cada partido.
Su historia en el deporte comenzó en 2015, cuando se unió a la fundación como entrenador de fútbol y se enamoró del futbol en silla de ruedas, un deporte que no conocía previamente. Su compromiso con el aspecto social de este deporte lo mantuvo involucrado, y desde entonces, ha trabajado incansablemente para elevar el nivel de las sedes y los jugadores.
Bajo su dirección, el equipo ganó un campeonato nacional y tuvo la oportunidad de competir en la Copa Libertadores. Ahora, se preparan para el Mundial de Australia que se llevará a cabo del 15 al 22 de octubre de 2023. Sebastián confía en que su equipo está en un buen nivel y listo para enfrentar a todos los equipos en la competencia, en una primera rueda “todos contra todos” con una clasificación posterior para las finales.
“Estamos a un buen nivel. Vamos a poder jugar con todos los equipos y posteriormente se va a hacer una clasificación. Del primero al cuarto van a jugar las finales y el resto por posicionamiento”, contó.
Uno de los elementos es la reducción del tiempo dedicado a los videojuegos en favor de la práctica deportiva es un indicio de cómo el deporte ha mejorado la calidad de vida de los jugadores y su integración social.
“Nosotros tenemos una medición que la hacíamos contra horas de juego en la playstation, porque lo manejan con joystick tal como su silla de ruedas. Marcaba una reducción de juego de los jugadores al practicar el deporte. No solo por los días que tenían actividad sino porque se juntaban con sus compañeros. Eso nos daba un indicio de que los chicos estaban mejorando socialmente -sostuvo- Es una comunidad power porque hay mucha gente que se involucra no solo en el juego sino en la relación entre las personas”.
Historias de vida y de deporte: Valentino Zegarelli y Lisandro Uretti
Dos jugadores destacan en esta disciplina, cada uno con su propia experiencia única en la cancha: Valentino Zegarelli (capitán) y Lisandro Uretti (subcapitán).
Valentino Zegarelli, el capitán del equipo argentino y su viaje al mundo del fútbol en silla de ruedas comenzó en 2013, cuando sus padres introdujeron este deporte en Argentina. Desde entonces, Valentino ha acumulado una década de experiencia en el Powerchair, y se convirtió en un líder tanto en el campo como en los rigurosos entrenamientos.
“Lo que más me apasiona es ganar, pero jugar con mis compañeros, entrenar y representar al país es lo que más me gusta. Jugar al fútbol. Es un orgullo ser capitán de la Selección, pero claramente requiere mucho esfuerzo, no solo jugar partidos y ganar sino también entrenar con la selección todos los fines de semana largos de 9 de la mañana a 18 y estamos trabajando muy duro. Hay que esforzarse bastante. Con los clubes se entrena dos veces por semana dos horas.”
Como capitán, asume una gran responsabilidad. “Soy exigente pero sé medirme. Soy de hablar de detalles específicos. Soy de hablar bastante tanto dentro como fuera de la cancha”, confesó. Su pasión por ganar y representar a su país es evidente, y aspira a destacar en el Mundial de Powerchair Football: “Tenemos un equipo sólido, muy bueno. Estamos bien preparados”.
Además de satisfacer su deseo competitivo, asegura que el Powerchair le dio una comunidad y una pasión que lo mueve.
“Me encanta tener el motivo por el cual quiero superarme cada día para poder seguir mejorando. En lo social me re cambió, porque es el motivo por el cual le digo a mi familia que juego este sábado y que vengan a verme… Antes, cuando no conocía el deporte, no tenía nada con qué jugar y me ayudó mucho a encontrar una pasión. Me ayudó a ser protagonista porque es el lugar donde puedo hacer lo que quiero y disfrutar al máximo”.
Lisandro Uretti, el subcapitán del equipo, se sumergió en el mundo del Powerchair Football en 2013 gracias a su conexión con la familia de Valentino y su propia experiencia con la atrofia muscular espinal (AME). Aunque inicialmente mostró cierta resistencia, su determinación prevaleció, llevándolo a probar el deporte que acabaría amando.
Su inicio en el PowerchairFootball se centró en la emoción de moverse más rápido en una silla motorizada, pero rápidamente se transformó en una apreciación más profunda por la estrategia y la complejidad del juego.
“Lo probé y me enganché. Fue al principio un rechazo y por la fuerza, pero cuando probé me gustó. Al principio, como niño de 13 años, la emoción era jugar con la silla motorizada. Giran más rápido, son más rápidas”, explicó el jugador. “En ese momento fue la emoción de moverse más rápido con una silla motorizada y golpear la pelota, más el juego en sí, no el deporte”.
A medida que Lisandro se iba involucrando cada vez más en el Powerchair Football, experimentaba un mundo lleno de competencia. Las oportunidades de viajar a lugares inimaginables se presentaron, incluida una clínica de entrenamiento en Francia en 2016. También llegó a competir en el primer mundial de Powerchair Football en Estados Unidos en 2017 y en la Copa Sudamericana en Uruguay en 2018.
Desafíos para el Mundial de fútbol en silla de ruedas
Uretti se refirió al impacto emocional que tuvo el PowerChair en su vida: “En mi caso el deporte me gusta mucho. Yo por mi patología lo que produce la atrofia muscular espinal es el debilitamiento progresivo de los músculos. En consecuencia, mis brazos cada vez se mueven menos”, explicó.
“A todos nos gusta la competencia en el fondo y encontrar Powerchair no solo fue algo divertido y estimulante desde lo deportivo, sino que también te daba la posibilidad de entrenar de forma competitiva independientemente del grado de avance de la enfermedad”, precisó, y cerró´: “Yo sé que si tengo ganas este deporte lo hago hasta que me muera. No hay una limitante de enfermedad, de edad, de nada”.
Sobre el Mundial que se aproxima, comentó: “Ahora aspiramos a llegar a los 4 que quedan en semifinales en este caso. Va a ser muy difícil porque es un mundial peleadísimo. Hay muchos países al mismo nivel”.
Los jugadores argentinos de Powerchair se preparan para competir en el Mundial, enfrentando a equipos de élite de todo el mundo, incluyendo a Inglaterra, Australia, Francia, Irlanda del Norte, Dinamarca, Uruguay, Japón, Irlanda y Estados Unidos. Los 8 deportistas que representarán a Argentina en esta competencia serán Valentino Zegarelli, Lisandro Uretti, Khaleb Manzur, Agustín Zanoli, Heber López, Arturo Rodríguez, Matías Vignola y Juan Bautista D’Angelo, con el apoyo constante del asistente Francisco Rey.