Cada vez más jóvenes porteñas eligen las ferias vintage para comprar ropa. Esta tendencia, que viene de Europa, fue polémica y puso el foco en la higiene

Recientemente, se viralizaron en TikTok videos de jóvenes recomendando ferias o locales de ropa de segunda mano. A menudo, se puede adquirir prendas a un cuarto del precio que tendrían en una tienda convencional. Sin embargo, estas prendas a veces carecen del higiene adecuado.

Si bien esta nueva tendencia puede implicar una moda en la juventud actual o una preocupación por el medio ambiente, también refleja la situación económica actual del país. Comprar ropa nueva es mucho más costoso que comprar ropa usada.

Economía circular

El auge de las tiendas de segunda mano no es solo una tendencia, sino que aboga por la economía circular. Este modelo busca extender el ciclo de vida de los productos, reduciendo el impacto ambiental. En lugar de desechar las prendas, muchos locales de segunda mano les dan una segunda vida.

La moda vintage forma parte de un movimiento más amplio hacia la economía circular y el cuidado del medio ambiente. 

Impacto ambiental

Según un estudio de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), una de las industrias más contaminantes es la moda, responsable del 10% de las emisiones globales de carbono. 

Fuente: Infobae 

Además, esta industria requiere grandes cantidades de agua para la producción de sus prendas. Por ejemplo, la producción de un solo par de jeans requiere hasta 7.500 litros de agua, lo que equivale al consumo de agua de una persona durante 7 años.

Mapa de locales de moda circular o segunda oportunidad

Empresas certificadas B

Desde el gobierno de la ciudad, se impulsa el cuidado del medio ambiente y el compromiso con la sociedad. Por eso, han certificado a ciertas empresas y locales de ropa con el certificado B, como es el caso de la marca Cocoliche.

Cocoliche es una empresa certificada B de triple impacto, lo que implica un compromiso legal a tomar decisiones teniendo en cuenta las consecuencias en la sociedad y el medioambiente. En conversación con Cocoliche, que tiene varios locales de ropa de segunda mano en la ciudad de Buenos Aires, afirmaron: “Cada vez más personas están adoptando un enfoque consciente hacia la moda, buscando alternativas sostenibles y valorando la reutilización de prendas”.

“Cuando comprás ropa usada, reducís la huella de carbono en el planeta, evitás la fabricación de nuevas prendas y su impacto en el ambiente. Así, al extender la vida útil de la ropa, se reduce la necesidad de producción de nuevas prendas, lo que a su vez disminuye el consumo de recursos naturales y la generación de desechos textiles”, añadió el equipo de  Cocoliche.

Reglas de higiene

Si bien las tiendas de ropa vintage toman ciertos cuidados a la hora de vender su ropa, muchos otros lugares no. En España, han surgido altos casos de sarna, y muchos creen que es a causa de la compra de ropa de segunda mano que no ha tenido los cuidados de higiene pertinentes.

Fuente: La Nación

Sin embargo, la médica dermatóloga especialista en ITS, Patricia Fernández Pardal, afirmó: “Es muy difícil probar que un contagio pueda observarse a partir de la ropa usada cuando, en general, está lavada y colgada un tiempo antes de venderse. Ese brote se propuso a partir de ropa en general, no necesariamente usada. La sarna y las ITS se contagian más fácilmente a través de otras prácticas”.

Por lo tanto, las tiendas vintage, que tuvieron una gran viralización en las redes sociales y son populares entre los jóvenes que abogan por el cuidado del medio ambiente, no implican necesariamente un problema para la salud de la población en general.

Sin embargo, siempre es importante tomar las medidas de higiene necesarias luego de usar ropa usada. Como por ejemplo poner la ropa a lavar antes de usarla o antes de comprarla chequear que este en buen estado.