Septiembre, el mes de la primavera, mes del estudiante y también el mes en que muchos comienzan a preguntarse “si arranco ahora el gimnasio, ¿llego a diciembre?”. La pandemia dejó al descubierto temas que estuvieron siempre presentes pero no ocupaban un lugar en la agenda de los medios, uno de ellos fue la alimentación saludable.
De acuerdo a un estudio realizado a escala mundial por Ipsos’ Global Advisor en 2020, del total de los argentinos encuestados, el 43% estaba tratando de perder peso a través de dietas o reducción de ingesta de comida, y el 56% aumentó el ejercicio físico como una forma de perder peso.
Regresemos a nuestra vida cotidiana, cuántas veces escuchamos un comentario similar, “llegar al verano”. No solo es preocupante la cantidad de tweets que aparecen si buscamos en esta época del año “llegar al verano” o “cuerpo de verano”, sino que, son aún más alarmantes los errores que se cometen cuando se quiere adelgazar en un lapso de 3 meses para alcanzar un “cuerpo ideal”.
“Es típico que nos vamos acercando a épocas de calor y muchas personas arrancan con la manía de querer llegar ‘lo mejor posible al verano’. En los meses siguientes como septiembre y octubre se ve un incremento importante en la concurrencia en el gimnasio”, comentó a Punto Convergente Fernando Ocampo, profesor de Educación Física que trabaja en el gimnasio Viken.
Por su parte, la licenciada en Nutrición, Agustina Bocanegra, explicó que, por lo general para bajar de peso en un corto plazo, las personas tienden a restringir grupos de alimentos como lo son las “harinas”. “Está demostrado que las dietas restrictivas crónicas (es decir, aquellas en dónde se eliminan grupos de alimentos y aquellas a las que recurrimos constantemente de manera crónica a lo largo de nuestras vidas) generan un ‘efecto rebote’ a corto plazo. Ni bien reincorporamos esos alimentos que restringimos ganamos el peso perdido y, a la par, le hacemos un daño a nuestro cuerpo”, sostuvo la administradora de la cuenta de Instagram nutrición sin estigmas.
Las dietas no funcionan, lo que se intenta promover es la educación sobre alimentación y nutrición para cambiar hábitos y estilo de vida
Licenciada en Nutrición Agustina Bocanegra
Con esta idea coincide el profesor Ocampo, quien afirmó: “Lo importante para nosotros es que más allá de los objetivos de cada uno, lo importante es que hagan una actividad física. Hoy en día hay muchos influenciadores de distintos medios de comunicación transmitiendo que lo saludable es tener un porcentaje bajo de grasa y los abdominales marcados. Esto nos lleva a intentar explicar que los objetivos son alcanzables, pero llevan tiempo”.
Los medios sociales tienen un rol en todo esto según la licenciada en Psicología, Mara Fernández, que afirmó que las redes sociales son una herramienta de comunicación, pero en algunos casos pueden funcionar como “disparadores o promotores de estereotipos de belleza”, estereotipos que consumimos desde chicos y están presentes tanto en revistas como en publicidades.
“La forma en que nos percibimos y los límites de los parámetros de belleza cambiaron a un ritmo vertiginoso y peligroso desde que la aplicación para compartir fotos se convirtió en la delgada línea que delimita entre lo privado e íntimo y lo público se vuelve cada vez más borrosa”, comentó Fernández, que también es especialista en Trastornos Alimentarios.
¿Qué hay detrás de estos estereotipos?
Por un momento, tratemos de imaginarnos a una persona sana. Tómese su tiempo, ¿cómo la visualiza? ¿Ve a alguien joven, de contextura mediana y con los músculos marcados? Seguramente nadie imagine a la misma persona, pero sí muy parecidas y eso es porque como argumentó Walter Lippmann, periodista estadounidense y autor del libro “La opinión pública” (1922), los medios de comunicación –y en este caso en particular las redes sociales- son instituciones sociales que, como parte de sus contenidos, transmiten a la audiencia estereotipos. Entonces, lo que vemos en redes sociales influye en las imágenes mentales que construimos de cómo sería alguien “sano”.
Bocanegra afirmó que la cultura de las dietas es esa construcción social, lo que llamamos “sentido común”, en la que “asociamos el éxito a los cuerpos delgados y el fracaso a las corporalidades gordas (sin tener en cuenta la diversidad corporal, de etnias, de razas). Asociamos un cuerpo grande con aquel que no tiene suficiente voluntad para obtener un cuerpo delgado, o no se esforzó lo suficiente”.
En esa línea, la psicóloga Fernández aconseja que no se crea todo lo que se ve en redes sociales. “Uno desconoce lo que realmente le sucede a la persona detrás de la foto. No sabemos si es feliz, si se acepta como es o solo está simulando, posando. Todos somos diferentes, y es imposible ser una copia fiel de otra persona”, afirmó la licenciada.
¿Qué recomiendan los expertos?
Ocampo contó que es importante visibilizar estos temas, a través de charlas, con la gente que asiste al gimnasio. “Creo que muchas personas quieren la rutina mágica que los haga adelgazar mágicamente en poco tiempo. Siempre nos encontramos con estos planteos y tratamos de explicarles de la mejor manera posible que la rutina ideal no existe y que el llegar a los objetivos de una manera saludable lleva tiempo y que hay que tomarse las cosas con calma”, agregó.
La nutricionista Bocanegra, dijo que no hay una única manera de seguir una dieta, por el contrario, “es importante adaptarse a las individualidades de cada consultante”. Y aconseja: “Medir los resultados positivos con parámetros que no se reduzcan a la pérdida de peso y esperar cambios progresivos y conscientes. Evitar las restricciones de grupos de alimentos. Aumentar el consumo de alimentos “reales” y reducir los envasados sin demonizarlos. Identificar si comemos por placer o si lo hacemos solo porque está “permitido”. Alejarnos de las etiquetas y de la patologización de los cuerpos”.
La cuenta de Instagram @hablar_sana es el lugar desde donde la psicóloga Fernández milita el amor propio y aconseja que “si se sienten mal ante algunos posteos, que eliminen esa cuenta de su lista. La vida está para disfrutarla y el cuerpo es el envase que nos permite hacerlo, por eso cuanto más lo cuidemos mejor nos va a acompañar”.
Foto portada crédito: Diana Polekhina / Agradecimiento al profesor Eduardo Blake.