Milagros Bellucci tiene 23 años, está cursando la carrera de Administración de Empresas en la UCA, hace una pasantía y además, reparte su tiempo jugando al fútbol: es la capitana del equipo de fútbol femenino, “Comadrejas” de la Universidad Católica Argentina (UCA).
En diálogo con Punto Convergente, Bellucci contó cómo es liderar un equipo y ser la principal referente de “Comadrejas”. También adelantó cómo se prepara el plantel para encarar el próximo año. ¿Lograrán el tricampeonato esta vez?
¿Hace cuánto formas parte del equipo de fútbol femenino de la UCA? ¿Por qué elegiste este deporte en particular?
Soy parte del equipo desde febrero de 2015. Cuando decidí que iba a estudiar en la UCA ya había averiguado que tenía fútbol. Tenía muchas ganas de hacer este deporte, tantas que incluso me metí en el equipo antes de que arrancaran las clases. Elegí el fútbol porque soy una apasionada del deporte. Me encanta mirarlo, siempre lo jugaba con mis primos. Nunca había tenido la oportunidad o nunca me había puesto las pilas para intentar hacerlo porque el acceso para jugar al fútbol no es tan fácil para las mujeres, o por lo menos no lo era hace unos años atrás. Ahora por suerte todo cambió y cada vez es más popular entre las mujeres. Se dejó de ver como algo solo para hombres. Elegí hacer en la UCA porque vi que había competencia y no era simplemente jugar solo para divertirse. Me gusta que sea competitivo y que haya chicas que ya estén jugando hace mucho tiempo.
¿Cómo vivís ser capitana del equipo? ¿Cuál es tu rol?
Asumí el rol de capitana en 2019. Es todo un desafío. Siempre estuve muy metida en el equipo. Lo vivo con mucha alegría pero requiere de mucha responsabilidad y compromiso. Siempre trato de que las chicas estén interesadas en el equipo, de ver si a alguna le pasa algo, de motivarlas cuando haga falta. Lo más importante es ayudar a construir la unión del equipo. Trato de que todas estén contentas e integradas, porque el equipo lo formamos todas. Trato de transmitirles que cada una sienta que su rol es importante para el equipo y así poder afianzarnos más y más. La gran ventaja que tenemos es que somos muy amigas dentro y fuera de la cancha. Nos juntamos mucho por afuera de fútbol. Eso te une y te da más ganas de seguir jugando. No es que simplemente vas a jugar al fútbol, sino que vas a compartir un momento con tus amigas, a hacer deporte, a distraerte de todo lo del día, a descargarte. Nadie nos obliga a hacer esto, elegimos este deporte porque nos gusta, nos apasiona. Yo creo que mi rol y mi tarea van por ese lado, no olvidarse de que hacemos esto porque lo disfrutamos.
¿En qué posición jugás?
Voy variando de posición. Juego de enganche o de volante. Soy zurda. Los últimos partidos estuve jugando de 5 porque estuve cubriendo a nuestra 5 que está lesionada. Lo que más disfruto es jugar de enganche porque estás más suelta y es una posición desequilibrante. Soy más bien ofensiva.
¿Cuántas veces entrenan por semana? ¿Cómo son los torneos en lo que participan?
Entrenamos lunes y jueves, de 20 a 22 en Centro Asturiano, Vicente López. Y los sábados jugamos un torneo de fútbol 8 que lo organiza la Asociación del Deporte Amateur Universitario. Este año nos enfrentamos contra la UADE, UCES, UB, Di Tella y San Andrés, entre otras universidades. Somos 8 equipos en la primer fase que jugamos todos contra todos. Después de esta primer fase, los mejores cuatro equipos pasan a la copa de oro y los cuatro últimos a la copa de plata. En la copa de oro volvemos a jugar los cuatro equipos todos contra todos. El primero es el campeón. Generalmente, también tratan de meter partidos a los largo del año de fútbol 11 como para poder incorporar y fomentar fútbol femenino 11 interuniversitario.
Salieron campeonas en 2017 y 2018, ¿cómo fue ganar dos campeonatos seguidos?
Fue la primera vez en la historia del fútbol femenino de la UCA que ganamos dos campeonatos seguidos. Fue increíble. Tanto 2015 como 2016 fueron dos años duros para el equipo. A finales de 2016 perdimos la final contra contra Universidad del Salvador por penales. Anímicamente nos mató. Pero el 2017 lo arrancamos con todo sabiendo que teníamos un buen equipo para volver a pelear el campeonato. Y bueno, salir campeonas lo vivimos como una fiesta. Haber ganado ese torneo fue también como sacarnos esa “mufa” de encima con la que veníamos. Y también fue como un reconocimiento por todo lo que veníamos trabajando. La garra que todas le poníamos, el compromiso, las ganas de jugar. Fue como decir “acá está nuestro premio por todo el sacrificio, nos lo merecemos”. Después, en 2018 fue muy parejo el campeonato. En un momento pensamos que se nos iba de las manos pero se nos dio un resultado que se nos tenía que dar y pudimos consagrarnos como bicampeonas. Este año (2019) se definió el campeonato el 30 de noviembre. Se nos escapó salir tricampeonas. Quedamos en el segundo puesto. La peleamos hasta el final pero no se nos dio.
¿Cómo te preparás para un partido? ¿Tenés algún ritual o cábala?
Generalmente, me duermo temprano los viernes o nos juntamos con las chicas que hacemos pijama party y después vamos todas juntas a jugar. Más que nada descansar bien antes de jugar. Me levanto temprano los sábados. La verdad es algo que disfruto pero no te voy a mentir que hace un par de años yo salía los viernes y al día siguiente iba a jugar así sin dormir. Ahora obviamente, el compromiso fue aumentando y elijo no salir. Antes también lo hacía porque me daba más el cuerpo (dice entre risas). Me doy cuenta que lo que más espero en la semana es que sea sábado para jugar al fútbol. Por eso elijo estar descansada, porque así se puede disfrutar más.
¿Y cábala o ritual?
No tengo. No me gustan las cábalas. Me parece que depende de nosotras que nos vaya bien o mal. Confío en nosotras. La cábala no tiene nada que ver en el desarrollo de un partido.
¿Cómo surgió el nombre del equipo?
El equipo tiene un nombre que es “Comadrejas”. Se llama así porque hubo una confusión en su momento. Yo todavía no formaba parte del equipo. La historia es que una le decía “rata” a otra y la otra le decía “comadreja”. El entrenador escuchó “comadreja” y pensó que a todas nos llamaban comadrejas. Y a partir de ese momento nació nuestro nombre. No tiene un significado especial, simplemente fue un error y quedó.
¿Cómo se llevan con el entrenador?
Nuestro entrenador se llama Leandro (le decimos Lea) y dirige el equipo desde hace 11 años. Nos llevamos muy bien. Es un genio. Nos tiene mucha paciencia. El amor y la dedicación con la que nos entrena, las ganas que le pone a cada entrenamiento. Parece una más de nosotras. Si fuera por él, se pondría los botines y jugaría con nosotras. Todas las chicas que vienen a jugar al fútbol salen mucho más preparadas con él, mejoran mucho. A la larga notás que realmente es un buen entrenador. Valoramos un montón su trabajo porque realmente se ven los resultados, se ve un antes y un después en las chicas que entran sin saber jugar al fútbol. Siempre está con buena onda, siempre alentando. Vive muy lejos y es un gran esfuerzo venir a entrenarnos. Pero siempre está. Y lo hace con ganas y alegría. Es admirable y destacable.
¿Se plantean objetivos grupales y personales antes de arrancar el año?
Todos los años nos planteamos objetivos. Más que nada como equipo. Personales también. Siempre planteamos la idea de qué prioridad le quiere dar cada a una al fútbol cada año que comenzamos, en qué lugar lo van a poner. Esto está bueno para que todo el equipo sepa y yo sepa también dónde estoy parada. Tal vez, algunas después de tantos años de compromiso dicen que este año decidieron tomarse fútbol con más tranquilidad porque la realidad es que muchas veces tenemos otras prioridades y está perfecto. Pero valoramos mucho que lo aclaren. Tratamos de dejarlo en claro desde el principio porque al ser tantas en el equipo no todas pueden jugar siempre. Algunas juegan más y otras menos. Y es importante para ese momento ver cuál es el compromiso que tiene cada una. Al momento de jugar influye tu compromiso y las ganas (o no) que le ponés a los entrenamientos.
Como equipo, siempre vamos a querer estar primeras. Nuestro objetivo todos los años es salir campeonas. Tenemos un equipo que siempre estará dispuesto para pelear hasta alcanzar su objetivo o acercarse lo más posible a él. Después puede no darse, pero el objetivo de ir hasta lo más alto siempre está. Y otros objetivos también es la responsabilidad, pasarla bien, ir con buena onda, de que sea tu momento para descargarte, de que todos tus problemas se apaguen por un rato y compartir con el resto. Tratar de que cuando llegás al entrenamiento decir “bueno, este es mi momento, me concentro en esto y en nada más”. Porque de eso se trata, hacer lo que me gusta y compartirlo con mis amigas.
Muchas veces después de entrenar, nos quedamos a tomar algo, nos juntamos, armamos viajes de fin de semana. No solo queda en el equipo de fútbol, sino en todas las cosas fuera de fútbol que también son parte de un equipo. La parte humana es una de las cosas más importantes para que un equipo tenga éxito. A la larga es mucho más importante eso que ganar un campeonato. Yo soy muy competitiva y lo disfruto un montón, pero se que lo que te queda son las amigas y el equipo humano que se formó.
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