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Mercado inmobiliario: continúa la caída de compraventas en la Ciudad

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El Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires registró 7 escrituras de compraventa de inmuebles en abril, por un monto de 20,7 millones, lo que representa una baja del 99,8% interanual y una caída sostenida desde hace dos años. “La crisis actual empezó cuando el dólar se disparó de repente a 42 pesos en 2018”, aclara Viviana de Marco, martillera titular de la inmobiliaria Grupo Gaona. Desde ese momento, el rubro entró en un declive del que todavía no puede salir. En 2019 cerraron 900 inmobiliarias porteñas y bonaerenses, asegura De Marco. El ser dueño de una vivienda es un sueño muy lejano, y hasta utópico, en estos tiempos de economías familiares en peligro y emergencia sanitaria mundial.

¿Cómo afectó la pandemia al negocio del real estate? Los números demuestran que impactó de forma negativa. Los emprendimientos inmobiliarios, como edificios o complejos de viviendas, dan empleo a muchos rubros de la construcción en todo el país, tanto de forma directa como indirecta, ya sean públicos o privados. Por esta situación atípica, muchas inmobiliarias han bajado sus persianas definitivamente y muchas familias se encuentran sin trabajo.

El Colegio Unico de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA), entidad que agrupa a los corredores inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires, alertó que en 2019 se había registrado una baja histórica de la actividad. En el primer trimestre de 2020 las operaciones inmobiliarias seguían en descenso debido a la crisis económica, pero luego se sumaron las restricciones por la pandemia y las medidas que tomó el Gobierno nacional que paralizaron la actividad inmobiliaria.

Desde el 20 de marzo las inmobiliarias permanecieron cerradas al público debido al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio dispuesto por el decreto 297/2020, en el marco de la pandemia de COVID-19. Durante estos meses se fueron flexibilizando algunas actividades no esenciales y le llegó el turno al sector.

El gobierno porteño, por medio del decreto N°206/2020 del 12 de mayo de 2020, exceptuó a las inmobiliarias con atención al público en local a la calle, identificadas en el rubro 6.1.1 del Anexo II de la Resolución N° 84-AGC/19, para así poder reanudar su actividad. Los locales deben seguir un protocolo que les permite realizar tareas administrativas, comerciales y entrega o recepción de llaves de inmuebles, quedando excluidas las visitas presenciales a propiedades para venta o alquiler.

El informe elaborado por el Observatorio Inmobiliario de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI), que nuclea a empresas inmobiliarias de todo el país, también registró una abrupta caída del sector al analizar una encuesta a 2.700 operadores que buscaba conocer la situación del sector durante esta cuarentena.

El primer dato que surgió del relevamiento es que las principales operaciones inmobiliarias –compra venta de inmuebles y alquileres– demuestran una caída drástica de la actividad: más del 90 por ciento de los consultados no pudo cerrar operaciones inmobiliarias de alquiler o compraventa. Sólo el 9 por ciento concretó algún contrato de alquiler durante la cuarentena y un 7 por ciento avanzó sobre compraventa de inmuebles.

Una de las soluciones que propuso el gobierno de Mauricio Macri para mitigar la crisis habitacional y económica ahora agravada con la pandemia, fueron los créditos UVA. Al principio entusiasmó a mucha gente porque eran créditos a largo plazo y la cuota se ajustaba por inflación. Pero como ésta se disparó tan rápido y el gobierno anterior no pudo contenerla, las cuotas se elevaron a precios imposibles de pagar y muchas familias fueron afectadas. “Estos créditos fueron muy mala idea desde un principio”, señala Lionel Chiarello, oficial de empresas del banco Macro. “En economías estables con una inflación de un dígito que se mantiene a lo largo del tiempo las proyecciones económicas son distintas, pero en Argentina las cosas pueden cambiar en 24 horas, es muy arriesgado tomar crédito a largo plazo, no es nada nuevo”, explica.

Para hacer frente a la emergencia económica ocasionada por la cuarentena obligatoria, el gobierno de Alberto Fernández dispuso a fin de marzo, por medio de los DNU 319/2020 y 320/2020, el congelamiento del valor de los alquileres y las hipotecas, como también el financiamiento en cuotas sin interés, las prórrogas de los contratos y, por último, la suspensión de los desalojos hasta el 30 de septiembre de este año.

Ante este panorama la solución parece ser el desarrollo de nuevos modelos de comercialización para retomar la actividad como, por ejemplo, las plataformas on-line que ya venían creciendo entre los potenciales clientes en los últimos tiempos.

Hay plataformas que permiten hacer operaciones inmobiliarias sin contacto directo y/o que vinculan sin intermediarios a las partes del contrato y además en estos tiempos donde hay que quedarse en casa, otra ventaja es el uso de la firma digital para celebrar contratos a distancia. Estados Unidos es un país pionero en esta modalidad, ya que el 80% de las compras de vivienda se hacen de forma digital.

Muchos se preguntan cómo será el futuro cercano del real estate. Por ahora las cifras no son optimistas. Pero lo que sí se puede esperar es que el Gobierno Nacional tire algún salvavidas, como reestructurar el sistema de créditos hipotecarios para impulsar la inversión en ladrillos. Cuando pase la pandemia muchos estarán fuera del negocio pero otros se reinventarán y podrán seguir en actividad. Por ahora hay que esperar a los próximos meses y ver cuán debilitada quedo la economía argentina post coronavirus.

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