Rodrigo Vargas tiene 17 años y casi 200 mil seguidores en TikTok, la aplicación que es furor entre los adolescentes. Cuando tenía 9 meses perdió la audición a causa de una meningitis y un año más tarde le colocaron un implante coclear bilateral, gracias a eso hoy en día puede escuchar parcialmente.
Comenzó a generar contenido en las redes sociales para que la gente pudiera conocer más sobre la comunidad sorda y, especialmente, sobre su lengua. En poco tiempo, sus videos se volvieron virales. En ellos explica cómo se dicen distintas cosas en Lengua de Señas (LSA), como por ejemplo, el abecedario, los animales y las provincias. A diferencia de otras personas sordas, Rodrigo pudo aprender a hablar desde muy joven y todo el contenido que él genera está disponible en LSA y subtitulado.
Sin embargo, la mayoría de las personas con discapacidades auditivas encuentran múltiples barreras a la hora de utilizar las redes sociales, uno de los principales obstáculos es que gran parte de los videos no están subtitulados. “Se hace difícil comprender porque no todos los videos están subtitulados y también si ponés subtítulos automáticos traducen cualquier cosa –explica Rodrigo–. Son malísimos, el año pasado estaba viendo un video que me mandaron de la escuela y el subtitulado estaba mal, no se entendía nada y el audio era peor todavía”.
Redes sociales no inclusivas
Zoe Carbone, una joven youtuber de 16 años, coincide con Rodrigo en este último aspecto. “Encuentro muchas dificultades a la hora de usar YouTube porque la mayoría no pone subtitulados, solo están los subtítulos automáticos y no son buenos, a veces fallan y tampoco tienen comas, puntos finales o signos de exclamación”, explica ella.
La youtuber, quien heredó la sordera de sus padres, decidió abrir su canal durante la cuarentena y actualmente tiene más de 400 suscriptores. Como cualquier adolescente, es usuaria de prácticamente todas las redes sociales. En Instagram, por ejemplo, solo sigue a influencers que subtitulan sus contenidos. Sin embargo, más de una vez ha encontrado dificultades al usarlas. “Me siento excluida y siento que no tengo derecho a entender cómo los demás”, dice Zoe. Y agrega: “Quiero que pongan subtítulos en todos los videos, y seguro la gente va a decir ‘ay, ningún sordo me sigue’ y diría claro, nadie te sigue porque no hacés que tus contenidos sean accesibles y nosotros tenemos derecho a recibir información como los oyentes”.
Estas dificultades aparecen cotidianamente y se repiten entre los distintos usuarios. Julieta Bossio, una joven de 25 años, cuenta al respecto: “Hay videos que me interesan pero no tienen subtítulos, ahí tengo que leer los comentarios o trato de buscar otro video parecido. A veces miro tutoriales de cocina y manicuría, u otros videos interesantes, pero no siempre me salen bien porque como no había subtítulos hice mal los pasos”.
Analfabetismo
Pero el problema muchas veces va más allá del subtitulado, ya que muchas personas sordas no saben leer. La LSA es ágrafa, esto significa que no tiene escritura. Esta característica explica porqué un alto porcentaje de la población sorda del país es semianalfabeta, con dificultades para leer y escribir en español.
“Las personas sordas suelen quedar excluidas de la información transmitida a través de las redes sociales, porque se expresan en una lengua oral y/o escrita, distinta de la Lengua de Señas Argentina (LSA)”, explica Mariana Reuter, integrante de la Fundación de Padres y Familiares de Personas Sordas para su Integración (FUNDASOR).
“Para las personas sordas que no usan ningún aparato auditivo, y no saben leer, es muy difícil porque no entienden –comenta Rodrigo Vargas–. Son muchos los que no saben leer, además no conocemos todas las palabras, sustantivos, adjetivos o metáforas que normalmente las personas oyentes utilizan para hablar porque la gramática de la lengua de señas no es igual al castellano”.
Las redes sociales no parecen ser inclusivas y la accesibilidad comunicacional se encuentra limitada. “Estas barreras afectan en gran medida porque el acceso a la información sobre lo que sucede en el mundo es muy limitado”, menciona Mariana. Y agrega: “Al no haber por ejemplo recuadros de intérpretes de Lengua de Señas Argentina en todos los comunicados oficiales a través de las redes sociales, no podemos recibir la información en igualdad de condiciones que el resto de la sociedad, quedando en situación de vulneración de derechos”.
Marisol Flores, psicoanalista en LSA, considera que si bien existen cuentas que se dedican a brindar información para la comunidad sorda, el problema es que las personas “terminan quedando relegadas al contacto sólo con quienes participan en la comunidad, se pierden el contacto con la comunidad virtual en general y esto no afecta anímicamente, pero sí afecta a la construcción de la sociedad”.
La comunidad sorda es muy diversa y si bien subtitular los contenidos es un gran paso, muchas veces no alcanza para todos. “Aunque agregar subtítulos es algo muy valioso, la lengua de señas es considerada por la mayoría de las personas sordas como primera lengua natural, es por eso que la incorporación de intérpretes de LSA es de suma importancia”, explica Lautaro Castiglia, quien forma parte del equipo de CN Sordos Argentina, el primer canal de noticias en LSA que se transmite por YouTube.
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¿Qué podemos hacer?
- ¡Agregá subtítulos! Si subimos historias en Instagram, videos en TikTok o YouTube no olvidemos transcribir qué es lo que estamos diciendo.
- Agregá una explicación del contenido en la descripción del video.
- Muchas personas sordas leen los labios, por eso la luz de los videos tiene que ser clara, debe verse bien el rostro y las manos del interlocutor.
- De ser posible, incorporá intérpretes en tus videos o transmisiones en vivo.
- Algunas aplicaciones para generar subtítulos: ListenAll, MixCaptions, Captions, Add Subtitles y Uncaption.
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Lengua de Señas Argentina (LSA)
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina, la discapacidad auditiva representa el 18% de las discapacidades existentes. Dentro de ese porcentaje, el 13,4% de las personas son sordas, mientras que el 86,6% tiene algún tipo de discapacidad auditiva. Si bien los datos no están actualizados, según el último Censo realizado en 2010, existen 945.168 hogares que cuentan con por lo menos una persona con dificultades auditivas.
En nuestro país hay varias provincias que sancionaron leyes que reconocen y regulan la Lengua de Señas, entre ellas podemos mencionar a Córdoba (Ley 8690), Mendoza (Ley 6992), Chaco (Ley 5168), Río Negro (Ley 3164), Salta (Ley 7238), San Juan (Ley 7412), Tucumán (Ley 641), Santa Fe (Ley 13258), Chubut (Ley 674) y también a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Ley 672). Sin embargo, no existe una ley a nivel nacional que reconozca la lengua.
Según la Federación Mundial de Sordos (WFD), son 61 los países que reconocen a través de leyes su Lengua de Señas nacional. El caso más reciente es el de Chile, quienes en enero de este año le otorgaron reconocimiento legal a la lengua. Argentina se encuentra dentro de los pocos países de América Latina que aún no han reconocido su LDS. Debido a eso, la Confederación Argentina de Sordos (CAS) ha decidido lanzar una campaña popular con el objetivo de que se sancione la ley federal de LSA.
“El primer objetivo es el reconocimiento oficial de nuestra Lengua de Señas Argentina, que nos permita ejercer en plenitud nuestros derechos, con la participación de las asociaciones y entidades representativas de personas sordas”, menciona la confederación en su página web. Y agregan: “Llevamos adelante acciones tendientes a la reivindicación de la LSA como nuestro patrimonio cultural y lingüístico más preciado, porque la LSA es una lengua que tiene el mismo status que cualquier lengua hablada en el mundo, es decir que tiene su propia gramática, pragmática, léxico, y otras características que la hacen tan completa y compleja a la vez, y por consiguiente pasibles de ser vulneradas ante el desconocimiento general”.
El proyecto cuenta con siete ejes principales: el reconocimiento de la LSA, la libertad de elección y uso de la LSA, que se entienda a la LSA como una lengua natural, que se considere a las organizaciones de personas sordas como organismos legítimos de consulta, que se garantice el acceso a la LSA en distintos ámbitos, la regulación de la enseñanza de la lengua y que se garantice la enseñanza para las personas sordas.