En el medio de la pandemia, los medios digitales y la televisión crecieron en materia de audiencias. Sin embargo, el panorama económico de la industria de los medios está lejos de repuntar.
La pandemia de covid-19 provocó que el gobierno argentino decretara la cuarentena obligatoria para combatirla. El aislamiento hizo que las personas pasen mucho tiempo en sus casas y cambien sus hábitos de consumo.
¿Cómo afectó esto a los medios de comunicación? ¿Hubo un aumento en las audiencias? ¿Cuáles son las plataformas que más se consumen? ¿Cambió el panorama económico de la industria de los medios?
“Todos los indicadores cuantitativos en medios digitales y en televisión demuestran un notable crecimiento del uso y consumo de información y opinión sobre la pandemia covid-19”, afirma el investigador del CONICET Martín Becerra, quien agregó que esto “se ve representado en la suba del encendido, en la cantidad de notas y minutos de permanencia en las noticias en los sitios digitales, fruto del interés por esta situación inédita”.
Distintos estudios se han encargado de analizar este fenómeno a nivel nacional, a pesar de que no existan datos oficiales por parte del Ministerio de Cultura ni del Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA).
Según los datos de la medidora Kantar Ibope Media, la cantidad de tiempo frente al televisor subió dos horas promedio por día, es decir, un 30% más en relación los números habituales. Con respecto a la medición, la periodista e investigadora Adriana Amado explicó: “El pico en la televisión argentina fue el 19 de marzo, que fue el día que el presidente (Alberto Fernández) anunció la cuarentena. Pero a partir de ahí, la curva empezó a bajar y eso también se ve en todo el mundo. Si bien sigue estando por encima del consumo que tenían años anteriores, ya podemos decir que en los medios sí hay una curva aplanada”.
Además, Amado señaló que la pandemia era una excelente oportunidad para reconstruir ese vínculo perdido que tenían los noticieros y los diarios con las audiencias. Sin embargo, opinó que “con el transcurso de los días, en todos los programas se la pasan repitiendo lo mismo que recomiendan en la publicidad oficial. Creo que los medios no aprovecharon la atención del público, por eso la gente se está yendo a otro tipo de consumos más amigables, sobretodo para este periodo de la cuarentena, donde la gente está más cansada”.
El cambio en los hábitos de las personas también se puede apreciar en un estudio internacional realizado por Kantar en la Argentina, llamado Barómetro COVID-19. La empresa de consultoría analizó en dos etapas cómo cambiaron las conductas de las personas ante una situación sin precedentes. El informe marca que, si bien durante las primeras semanas de encierro hubo un fuerte crecimiento del encendido de TV, esto empieza a atenuarse a medida que la gente empieza a sentirse saturada de información. Por el contrario, sigue aumentando el uso de redes Sociales y servicios de mensajería para mantenerse en contacto con familiares y amigos.
Agustín Espada, becario del CONICET y doctor en Ciencias Sociales, estudió el comportamiento de la gente en relación a la búsqueda de información en cuarentena y la dividió el confinamiento en dos etapas: los primeros 20 días y los segundos 20 días, que llegan hasta hoy. “Hasta la primera quincena de abril, hubo un momento de mucha búsqueda de información, mucho contacto con los medios de comunicación, y ahora estamos en presencia de un momento en donde esta situación anormal se volvió nuestra rutina”, declaró Espada.
Por otra parte, un informe de la empresa de Marketing, Comscore, expuso que los medios digitales también tuvieron un aumento en sus audiencias. Hacia mediados de marzo, los principales canales tenían un promedio superior, entre un 25 y un 50% más alto que lo que era el mismo mes del año pasado.
En sintonía con el informe de Comscore, un estudio de la agencia británica Reuters Institute muestra los hábitos de consumo de las personas en seis países distintos, entre los que se incluye a la Argentina: nueve de cada 10 argentinos consumen noticias online, 3 de cada 4 se informan a través de la televisión y casi un 80% lo hace a través de las redes sociales.
El informe también muestra cuáles son las plataformas que los argentinos más utilizan para leer las noticias y opiniones sobre el coronavirus. Las principales son las búsquedas de Google y Facebook.
Medios y panorama económico en cuarentena
Para Becerra, la pandemia “sirvió para redescubrir el valor de las noticias, de las opiniones fundadas y de las necesidades sociales de información”. Sin embargo, no se vio plasmado en el aspecto económico de los medios.
“A pesar de que hubo un aumento en las audiencias, no estuvo acompañado por un aumento del mercado publicitario”, aclaró. Esta situación puso en crisis a muchas industrias y a muchas empresas que son auspiciantes de los medios de comunicación. Todas las empresas de turismo, de gastronomía, de recitales o de eventos salieron del mercado publicitario.
En este sentido, Agustín Espada agrega: “Hay como una disociación entre el momento que están pasando en cuanto a niveles de audiencia y el momento que están pasando en cuanto a niveles de ingresos”.
Las desinformaciones en Argentina
El informe de Reuters Institute también destaca que, en esta situación, “es muy importante que las personas tengan acceso a información confiable y que pueda ayudarles a entender la crisis del coronavirus”.
La desinformación es un problema que está muy presente en nuestro país en estos días. Becerra explicó que “es imposible monitorear todas las piezas de información que circulan, que se viralizan tanto en los medios tradicionales, en las redes digitales, en las plataformas, en los servicios de mensajería, en las conversaciones particulares. Es un magma de opiniones, de noticias sobre muy distintos temas que nadie puede mapearlo. Desde luego, escapa a las posibilidades de un estado como el estado Argentino. Incluso escapa también a sus potestades legales hacerlo”.
Según los datos obtenidos por la agencia británica, las desinformaciones nos llegan principalmente de nuestros contactos en las redes sociales, luego a través de los medios, y en menor medida gracias al gobierno y los políticos.
Igualmente, Becerra aclara que “cuando hay piezas de desinformación, cuando hay fake news y estas tienen asidero en una parte de la población, están operando una serie de creencias, vivencias y experiencias personales que en algunos casos son muy dilatadas en el tiempo”.