Durante la pandemia, las aerolíneas tuvieron que dejar de lado la comida de avión y las frazadas para darle lugar a las miles de vacunas que ahora ocupan los asientos de los pasajeros.
Según la información brindada por el Ministerio de Salud, desde el 23 de diciembre de 2020 hasta junio de este año se registraron 66 vuelos cumplidos que transportaban vacunas desde Rusia, India, China y Países Bajos a través de Aerolíneas Argentinas, Hellmann Worldwide Logistics S.A., DHL Global Forwarding.
Solo los vuelos costaron 4.583.354,17 dólares, en promedio USD 286.459,6 cada uno. A esto se le suma el costo de logística de USD 6.541.614 y el del seguro de logística 2.364.000,25 dólares. En total, se gastaron más de 12.725.000 de dólares para traer vacunas a la Argentina.
Aerolíneas Argentinas (AA) fue la empresa que más viajes realizó, por ser la línea de bandera. “La mayoría de países realizan las cuestiones de estado con las aerolíneas locales”, dice Martín Brat, delegado aeronáutico.
Desde la empresa explicaron que en cada viaje se transportan entre 300 y 800 mil dosis dependiendo de la vacuna y la cantidad de dosis que vienen por frasco. Por ejemplo, en el caso de la Sputnik, en un solo vuelo entran 300 unidades si la dosis es única. “La Covishield trae 10 dosis por vial, lo que implica una gran reducción en el costo”, explican desde Aerolíneas.
Otro punto clave es la refrigeración de las vacunas. La Sputnik V debe conservarse a una temperatura de -18 a -20 grados, por lo que llegan en contenedores tipo “thermobox” y necesitan una carga adicional de refrigeración, ocupando el doble del tamaño de la dosis.
Al contrario de las chinas, no es necesario que la Sputnik viaje en la bodega, pero no fue hasta el 25 de marzo de 2021 que se re acondicionaron los aviones para poder transportar hasta un millón donde antes estaban los asientos de los pasajeros. “La mayoría de los vuelos fueron hechos en Airbus 330 que es el que se usa para servicio aerocomercial, nada más que fue adaptado para el transporte de vacunas porque es mucha la carga que lleva y no es suficiente la capacidad de las bodegas, por lo que lo hacen en la cabina de pasajeros que fue adaptado para esa circunstancia”, dice Brat.
Sacaron todos los asientos para despejar el lugar, pero ese no fue el único cambio. Los vuelos intercontinentales sólo los podían hacer aviones cuatrimotores, “pero era muchísimo más caro, así que ahora está la posibilidad de que los bimotores hagan estas vías con aeropuertos a no más de 60 metros por si tienen que hacer aterrizajes de emergencia”, detalla el delegado aeronáutico.
“No hay un avión mejor o peor para el transporte de vacunas. Lo que define a un avión es el trabajo que se hizo adentro”, aclara Franco Rinaldi, consultor aeronáutico, “antes de las adaptaciones había una montaña de espacio ocioso que no se podía aprovechar”. Por esta razón, llegaban menos vacunas en cada vuelo.
Las cajas y contenedores juegan un rol en determinar la cantidad de dosis que podrán entrar en cada viaje. Las de Sinopharm solo pueden ser trasladadas en las bodegas por la tecnología “envirotainer”, que utiliza una batería para enfriar las vacunas. Sin embargo, este contenedor permite que el contenido neto de dosis pueda ser mayor.
LA TRIPULACIÓN
Dentro del avión viajan alrededor de diez personas, 2 pilotos y 2 copilotos, más azafatas y personal de mantenimiento. “Las personas que van en el avión son muchos porque los vuelos son largos a Rusia y a China”, comenta Brat.
Ningún diplomático viaja en esos vuelos. La ministra de salud, Carla Vizzotti, fue a Rusia, para revisar el cronograma de entrega de dosis y revisar los avances de las investigaciones.
Aerolíneas Argentinas remarcó que ellos solo transportan las vacunas que le son entregadas, no intervienen en asuntos burocráticos.