Punto Convergente

Las nubes negras de la desregulación aérea

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La apertura del mercado aerocomercial y el ingreso de las aerolíneas de bajo costo preocupa a los gremios aeronáuticos por su impacto en las relaciones laborales y por algo mucho mas grave: la seguridad.

“La llegada de las low cost significa una baja de seguridad en las operaciones aéreas” advierte Ariel Zabaleta, secretario de Seguridad de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) que agrupa a los pilotos de Austral.

En cambio para Guillermo Masnata Secretario de Seguridad Operacional de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) la nueva normativa no necesariamente significará una reducción de las regulaciones.

Uno de los ejes de debate es cómo harán las empresas para bajar costos. Y en los gremios están alertas por la contratación de tripulaciones sin afiliación sindical y la utilización de reservas mínimas de combustible. Sucede que las empresas pueden solicitar modificaciones a las operaciones y generalmente estas son aceptadas por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) que las certifica sin mucho más trámite.

Dentro de la “revolución de los aviones” impulsada desde el Ministerio de Transporte el país se comprometió a adaptar su normativa aeronáutica con la América latina a, menos exigente. En ese contexto el organismo regulador -para prevenir futuros conflictos- llamó a consultas con los gremios de los pilotos quienes propusieron cambios que fueron sólo parcialmente adoptados.

Desde Flybondi la primera low cost que opera en Argentina sostienen que cumplen con la normativa vigente, sobre todo en lo que a descansos y vacaciones se refiere.

Sin embargo, desde uno de los gremios aeronáuticos sostuvieron que en el impulso por habilitar rápidamente el aeropuerto El Palomar, se está utilizando una pista poco apta en días de lluvia y que otra materia pendiente de la compañía es la baja confiabilidad de despacho.

La situación en Europa

Ryanair, que estudia operar en Argentina, ostenta la mayor cantidad de declaraciones de bajo combustible. Sus aviones despegan con lo mínimo para alcanzar el destino y el aeropuerto alternativo. Tripulaciones de cabina extenuadas y graves fallas de seguridad como el despegue con un tobogán de escape inutilizable, fueron develadas por dos periodistas del programa “Dispatches” de Channel 4 (UK) que se anotaron en forma encubierta para trabajar como azafatas. Después de pagar ellas mismas 1.400 libras cada una por el curso y de rendir el “examen” a libro abierto. Con cámara oculta registraron su rutina de trabajo. El video pone los pelos de punta y cuestiona no sólo la responsabilidad empresaria sino la falta de controles. Mirá el material completo.

En otra emisión entrevistaron a pilotos y especialistas en seguridad aérea, los que fueron lapidarios en cuanto a la política de seguridad de la empresa irlandesa. En una parte se ve una situación de peligro similar a la que causó la caida del vuelo LaMia 2933 que transportaba al equipo Chapecoense. Mirá el fragmento del diálogo entre el avión de Ryanair y el control aéreo de Valencia. Video completo.

Norwegian, otra Low Cost interesada en volar en nuestro país, tiene bandera de Irlanda para aprovechar la política de cielos abiertos con EE.UU. Contrata pilotos a través de Air Crew Asia, (Singapur) y tiene las oficinas administrativas en Letonia. Todo planificado para bajar costos. Una auténtica bandera de conveniencia.

Cifras que preocupan

La advertencia sobre seguridad tiene sus fundamentos. En diciembre del último año, The London School of Economics (LSE) y Eurocontrol publicaron dentro del marco del Future Sky Safety Programme el estudio más extenso sobre cultura de seguridad en la aviación europea. Se hicieron preguntas a más de 7 mil pilotos y el 58 % manifestó volar cansado. Esas cifras trepan hasta un 76% en las líneas aéreas Low Cost . El trabajo relacionó el tipo de contrato de trabajo y el de línea aérea con la seguridad. Ya un trabajo anterior de la Universidad de Ghent (Bélgica) sobre 6 mil tripulantes dio como resultado que los convenios más atípicos, con menos estabilidad laboral tienen una incidencia directa en las decisiones concernientes a la seguridad tomadas por ellos. Lo que revela el trabajo de LSE es la relación directa entre el tipo de contrato de trabajo y la menor cultura de seguridad.

Las diferencias se ven en los porcentajes. El 42% de los pilotos de líneas Low Cost y de carga opinan que sus compañías no tienen suficiente personal para hacer segura la operación. La mitad de los encuestados dicen que no hay buena comunicación con la empresa en el aspecto seguridad ni que las autoridades nacionales de aviación toman ese tema en serio.

Actualmente 3.500 millones de pasajeros vuelan por año y alrededor de 400 mueren en accidentes, esto se logró en base a estrictos procedimientos en lo técnico como en el factor humano. Anteriormente LAPA y el accidente del Chapecoense mostró lo que puede suceder si no hay controles ni compromiso de las aerolíneas.

Desde el estado faltan muchas inversiones como la total radarización del espacio aéreo y la puesta en funcionamiento   de un radar de aproximación por lo menos para los dos principales terminales del país.

Nuevos vientos desreguladores soplan en Europa y prendieron las alarmas.

Que los resultados de esos informes no se repitan en nuestro país depende de la responsabilidad de los operadores y de la autoridad de aplicación. Son muchas las dudas sobre el futuro. Lamentablemente las preguntas enviadas a la ANAC nunca fueron respondidas.

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