Punto Convergente

Las dos caras del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires detrás de la ayuda a personas en situación de calle

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La Red de Atención reubica a las personas en situación de calle en Centros de Inclusión Social. Sin embargo, una dependencia de Espacio Público actúa bajo un operativo encubierto. Denuncias de maltratos, carencia de infraestructura y negligencia.

Puertas adentro del Gobierno

No los puedo obligar (a ir a los paradores), pero tampoco puedo aceptar que sean dueños del espacio público”. Jorge Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

El número de personas en situación de calle aumentó significativamente durante el último año. Según el relevamiento semestral realizado por el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (IDECBA), el crecimiento fue de un 23,2%, al registrarse una suba de 3.286 personas a 4.049 entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024.

Sin embargo, distintas organizaciones sociales realizan censos en paralelo al oficial, y estiman que, al momento del último registro estatal, había entre 10.000 y 12.000 personas en estado de vulnerabilidad habitacional en la Ciudad.

El último dato del Relevamiento Nacional de Personas en Situación de calle (ReNaCALLE) fue recolectado entre mayo y diciembre de 2023, y para ese momento se registraban, al menos, 8.028 personas en situación de calle en CABA. Es decir, presentaba una diferencia de, como mínimo, 59,1% respecto de los datos que el Gobierno publicó mediante el Relevamiento de personas en situación de calle (REPSIC).

Desde los organismos oficiales, se reitera que gran parte de la gente en vulnerabilidad habitacional en la Ciudad viene de otros puntos.

Gabriel Mraida, Ministro de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, apunta: “Más del 60% de las personas que están en calle, son de la Provincia de Buenos Aires, donde no hay ningún tipo de política pública, de cobertura, de política preventiva, nada para la gente en situación de calle, entonces siempre es un desafío para la Ciudad”.

La Ley 3.706 de la Ciudad, de Atención Integral a las Personas en Situación de Calle (2010) establece en el artículo 4°c) que es deber del Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: “La formulación e implementación de políticas públicas en materia de salud, educación, vivienda, trabajo, esparcimiento y cultura elaboradas y coordinadas intersectorial y transversalmente entre los distintos organismos del estado”. En este sentido, opera la Red de Atención (RDA).

Originalmente creada bajo el nombre Buenos Aires Presente (BAP) en 1999, fue rebautizada en mayo de 2024. Se trata del programa de asistencia del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat.

Ezequiel Baraja es, desde el 15 de enero de 2024, el Gerente Operativo de la Red de Atención. Explica que la finalidad de la misma es “tratar de encontrar cualquier alternativa posible que esté al alcance para darle la posibilidad a la persona que esté en situación de calle, ya sea llevarlos a un parador, a un hospital, o lo que le podamos brindar.”

El ingreso a la Red de Atención se puede dar por tres vías: a través de llamados a la línea 108, que funciona las 24 horas para asistir a personas en situación de calle, o por el chat de “Boti” de WhatsApp, en los que se informa dónde se encuentra la persona en situación de calle, para que luego, siempre y cuando la persona esté dispuesta, sea derivado a un Centro de Inclusión Social (CIS).

De manera espontánea, cuando la persona se acerca al Dispositivo de Primer Acercamiento (DIPA), tanto en Constitución como en Chacarita; o mediante el menos frecuente “operativo de rastrillaje”, en el que circulan camionetas de la Red sin derivaciones de llamados y se acercan a las personas que encuentren en el recorrido.

Según se pudo conocer a través de un pedido de acceso a la información pública al GCBA, durante el primer año de gestión de Jorge Macri se recibió un total de 161.192 llamados a la línea 108, de los cuales 93.310 fueron derivados a la Red de Atención: es decir, un 58% de los casos.

El registro obtenido incluye, desde el 10 de diciembre de 2023 hasta el 30 de septiembre de 2024, el dato de cuántos fueron efectivamente atendidos por la RDA. Durante el lapso mencionado, entonces, las derivaciones totales fueron 79.117 (a partir de 137.198 llamados), de los cuales 22.291 fueron asistidos.

Luego de completar un formulario, se deriva a la persona al Centro de Inclusión Social más adecuado a su situación. Baraja los describe como: “lugares para que personas en situación de calle puedan pasar la noche o encauzar su vida con todos los programas ofrecidos desde ahí”. Estos están fragmentados según “criticidad”, ya que, según comenta el Gerente Operativo de la RDA, cada situación requiere distintos “abordajes». De esta manera, están divididos según distintos segmentos: familias, mujeres solas, mujeres con niños, hombres solos, personas mayores y el nuevo parador para salud mental. Gabriel Mraida, Ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, señala: “no mezclamos a la gente, sino que la derivamos a centros específicos para evitar perjudicar la convivencia en cada lugar”. En estos lugares, pueden acceder a comidas diarias, baños y camas.

“Estimamos que durante los seis meses la persona pueda egresar de manera positiva, y ser autosustentable, acompañándolo con el acceso al subsidio habitacional”, cuenta Baraja. Esta ayuda social pretende solventar los gastos que implica el alquiler de una habitación en un hotel familiar. Sin embargo, Mónica de Russi, coordinadora de la Asociación Civil Amigos en el Camino, señala: “El subsidio en la actualidad para una sola persona es de $105.000. Una habitación para una persona con baño y cocina compartida está $250.000”. Además de la insuficiencia de la subvención, Mariana González de Patria Grande señala otra dificultad: “está pensado con muchas trabas burocráticas para que cada vez accedan menos personas”, ya que explica que cuesta trabajo buscar un presupuesto que, la mayoría de las veces, no se puede conseguir.

La Red de Atención, opera “los 365 días del año, las 24 horas”, afirma Baraja. Sin embargo, en los registros se puede observar que días como el 18 de mayo de 2024, de los 565 llamados recibidos a la línea 108, y los 367 que fueron derivados a la RDA, ninguno fue atendido.

Puertas adentro

“Hay gente desconocida que me grita”. Anciana en situación de calle

Coordinamos para visitar el Centro de Inclusión Social “Rosedal”, ubicado en Santiago del Estero 1685. El mismo está destinado para personas mayores. Nos comentaron que nos llevarían ahí porque era el “más tranquilo”.

Después de bajar del 4 en Constitución, nos encaminamos hacia el lugar. Antiguamente, funcionaba un hotel homónimo que fue tomado en concesión por el GCBA para el armado del CIS. Al llegar a la puerta, sale una señora con varias bolsas de consorcio llenas de sus pertenencias, un bastón e insultos para repartir. Entre los gritos, podemos acercarnos a ella para ofrecerle ayuda con sus cosas. “¿Adónde lo van a llevar, si me quedé en la calle?”. Se tranquiliza, y su ira se torna en una evidente angustia. “Hay gente desconocida que me grita. Me echaron”. Y se instala con sus bolsas en la entrada del parador.

Es entonces cuando nos recibe un chico que nos acompaña hacia la oficina de la coordinadora del CIS, Florencia Fernández Sosa. Frente a la inquietud de qué es lo que pasó con la anciana, Florencia extingue la cuestión al tratarla con levedad: “La mujer se fue, no quiso entrar y no se quiso quedar”, cuenta. “Hay normas que no quieren cumplir”, agrega luego del silencio generado en el cuartito de paredes blancas teñidas por la humedad. 

“Todos los días estamos amenazando”, afirma tajante. Explica que hay horarios de entrada y salida, que si se exceden de las 22 horas para reingresar, no pueden entrar y quedan nuevamente a la intemperie. Cuenta también que hay casos de violencia y consumo, y que, al marcar tres “strikes” de incumplimiento o mala conducta, son expulsados.

¿Quieren hablar con algunos residentes?” Así, es como traen al imponente Cedric Ryan a la oficina, un sudafricano que vino de vacaciones a Argentina hace años y que, debido a que le robaron los documentos, nunca pudo regresar. Se encuentra realizando el trámite que tiene pendiente desde 2009, y ahora que lo veo mejor es el señor que estaba sentado al lado de la puerta. Empieza a hablar, su español es bastante tosco. Nos cuenta que el muchacho que nos recibió es un amigo, y que, gracias a él, está recuperando la documentación.

Viendo que nos está dejando con un propagandista experto, aprovecha para retirarse un momento. Cedric nos comenta que prefiere hablar en inglés porque no se siente muy seguro con su español. Es así como empezamos a conversar acerca de su hijo, de su vida antes de venir a Argentina, de su vida hoy en día en el CIS… sin vacilar, y directo, confiesa: “It’s like a prison”. (“Es como una prisión”). Nos miramos con mis compañeras y no llegamos a preguntar por qué, que entra el chico. Automáticamente, Cedric toma una nueva postura, riéndose y haciéndose el compinche.

Denuncias de maltrato en personas en situación de calle

Y es que, según el informe obtenido a través de un pedido de acceso a la información pública al GCBA, se puede observar que el 16 de octubre de 2024 se presentó una denuncia al CIS Rosedal debido a malos tratos, la cual supuestamente fue resuelta dos semanas después, sin explicitar cómo.

El maltrato parece estar generalizado dentro de los paradores. Dos operadores de la RDA, luego de dejar a un hombre en el CIS designado, bromeaban acerca de “Tronchatoro” ¿Quién es Tronchatoro?, pregunto. “Una que trabajaba acá y trataba a todos como el culo”. Hasta confesaron ellos mismos tenerle miedo.

Mónica de Russi, de la Asociación Civil Amigos en el Camino, nos comenta que ha recibido denuncias acerca del destrato de la gente de la Red de Atención. Señala, además, que su organización es parte de la “Asamblea popular por los derechos de las personas en situación de calle”, con la cual el Gobierno nunca tomó contacto.

“Desde la asamblea se creó algo que se llama RUV: registro único de las violencias, donde se documentan distintos testimonios, denuncias… y se presentó un amparo hace tres años donde, en primera instancia, se dio lugar, y después de ser apelado, lo revocaron”.

Hay casos, incluso, en los que tratar de denunciar puede resultar en una complicación para la persona. Respecto de esto, Mariana González, de Patria Grande, cuenta: “es difícil también para las personas que están en calle encarar una denuncia y después volver a la calle, en donde aparecen otra vez con la violencia. Desde las organizaciones acompañamos a los pibes que han sido detenidos por contestarle al coordinador que no lo dejaba entrar”.

Negligencia y carencia de infraestructura

“Pondría una bomba y armaría todo desde cero”. Florencia Fernández Sosa, coordinadora del CIS Rosedal

Nos subimos a la Kangoo ploteada de amarillo con la inscripción Red de Atención, luego de que Nicolás, chofer, y Camila, psicóloga y asistente social, dedicaran un tiempo considerable a llenar formularios y agarrar todas las planillas necesarias. Salimos de la base de operaciones en Constitución, en Av. Entre Ríos 1285. A los tres minutosNicolás estaciona rápidamente afuera de una panadería. Baja, dice que hay una puerta mal cerrada, no la intenta cerrar, sube a la vereda, entra a la panadería, sale con una bolsa llena de libritos de grasa.

No sabemos hacia dónde estamos yendo. Seguimos recto por la avenida, hacia el norte. Mientras conversamos con Camila acerca del funcionamiento de la Red de Atención, después de un rato largo de viaje, Nicolás pregunta: “¿Cuál es la dirección?” San José 1716.

No es sino después de unos kilómetros, que dobla en una calle y parecemos finalmente dirigirnos a un lugar en concreto. Ya es de noche cuando logro identificar la Avenida Brasil… volvimos a Constitución. Reviso la ruta que fue marcando mi celular desde que salimos. Una hora doce minutos de recorrido, 8,2 kilómetros realizados, para un lugar que estaba a 8 cuadras de distancia del punto de partida.

“Al fin llegaron”, grita un hombre desde la vereda de enfrente. Él es Marcelo, un hombre de 64 años que quedó en situación de calle y llamó personalmente al 108 para que lo lleven a un CIS. Bajan de la camioneta Nicolás y Camila, nos piden que nos quedemos adentro, que ya vuelven.

Con la radio encendida es difícil discernir lo que están diciendo ahí afuera. Vemos como le sacan una foto al DNI del señor, mientras pasan personas gritando e insultando a los operadores. “No nos quieren mucho por acá”, comenta Nicolás que volvió a la Kangoo para llenar un formulario.

Llevame a un lugar de gente grande”. Marcelo está sentado a mi lado, y se presenta estrechándome la mano. “Soy alcohólico”, me cuenta. También es cantante de tango. “A la noche salgo y me vengo a cantar acá, al Británico”. Estamos pasando por San Telmo cuando identifica el bar.

“Menos mal que me encontraron”. Marcelo estuvo esperando todo el día la camioneta amarilla. Sin embargo, no lo están llevando al parador que solicitó él, sino que al Centro de Inclusión Social La Boca, destinado para hombres.

Se despide amablemente, y procede a realizar el ingreso al CIS. “¿Ya estuvo en algún otro parador?” pregunto, ya que aparentaba estar informado acerca de la RDA. “Sí, en el Rosedal”.

Cuando hablamos con Florencia Fernández Sosa, coordinadora del CIS Rosedal, para conocer un poco más acerca del hombre, una de las primeras pregutas es si lo recuerda. “Sí, era un tipo carismático, pero consumía droga, iba al casino y se gastaba toda la plata, se la pasaba tomando whiskey y generaba problemas”. Es por eso que lo echaron.

Gabriel Solano, legislador y miembro de la comisión de salud en la Ciudad por el Partido Obrero, comenta que, a pesar de existir un parador exclusivo para personas con padecimientos de salud mental, desde el Gobierno de la Ciudad fueron a levantar gente en situación de calle para internarlos en el Borda y el Moyano, siendo que, una vez ingresados, no pueden salir. “Quieren resolver un problema de patología mental con la peor política de salud mental, que es la internación compulsiva”.

La medida comenzó a regir el primero de marzo de 2024, con ambulancias del SAME que, al recibir llamados, atienden los pacientes y, “si las condiciones de ellos lo requieren”, son trasladados a hospitales porteños. “Esa persona internada no tiene condiciones sociales propicias, después no sale más porque no puede salir, no tiene trabajo, no tiene vivienda, no tiene contención familiar”, señala el dirigente.

“Entonces, termina siendo un depósito de pobres”. Al respecto, Gabriel Mraida, Ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, reconoce: “De eso se encarga Salud y entiendo que no corresponde”. Además, remarca que es un aspecto a mejorar: “Hay algunas personas que, producto de problemas de consumo o de salud mental, no estamos pudiendo derivar a los centros donde pueden revincularse con sus familias, reiniciar un proceso de rehabilitación o de reinserción laboral”.

El abandono de sujetos se traslada también al abandono material de los lugares donde las personas son reacomodadas para vivir. A través de un pedido de acceso a la información pública al GCBA, se identificaron 581 quejas entre el 2 de enero de 2024 y el 22 de octubre del mismo año acerca del estado de los CIS en cuestiones edilicias.

En el documento aparecen pedidos de solución de problemas que pueden afectar la salud de los residentes, como el 20 de febrero, que desde el CIS 26 de Julio (Av. Belgrano 482, para madres con hijos menores de 18 años) informaron:  “Ante la reiterada aparición de alacranes en el sitio, se solicita la colocación de rejillas tipo malla metálica en rejillas y bocas de desagües cloacales y pluviales. Es un sitio lleno de niños y la fumigación para combatirlos, hace que aparezcan por todo el efector «.

Si bien aquella, como el 53% de las quejas presentadas fueron resueltas (309 en total), al momento de la entrega del documento, aún quedaban 271 tareas por atender. Algunas de ellas databan de la primera mitad del año, y resultaban de necesidad para asegurar las condiciones de salubridad y seguridad necesarias, como por ejemplo el Centro de Inclusión Costanera (Av. España 2265, para grupos familiares), que el 15 de abril había denunciado “Inundaciones en la oficina (se filtra agua por las luminarias y por el zócalo inferior de la cocina en días de tormentas, que llega a los enchufes)”, y que para octubre seguía sin solucionarse.

Así como el pedido del Centro de Inclusión Social Azucena Villaflor (Piedras 1583, para madres con hijos menores de 18 años) que data del 23 de mayo: “Solicito se pueda reparar la pared de la Habitación Alfonsina Storni que tiene mucha humedad y las usuarias solicitan no dormir en esa habitación por la salud de los niños, que en estas épocas de frío presentan estados gripales, broncoespasmos y alergias entre otros diagnósticos”.

Asimismo, la falta de vacantes en los paradores es una problemática diaria que remarcan tanto los operadores de la Red, como las organizaciones sociales. Mónica de Russi, de la Asociación Civil Amigos en el Camino, comentó que el viernes 21 de febrero (5 días antes del cierre de esta nota), no había camas disponibles para la gente que quisiera acudir a algún CIS. Además, Florencia Fernández Sosa, coordinadora del CIS Rosedal lamentó el hecho de que no haya “paradores para gente no autoválida”.

María se gana la moneda pidiendo plata en la línea B. Camina por los vagones con sus tres hijos. “Por favor les pido una ayuda para poder pagarme un hotel para vivir”. Cuando le pregunté si conocía de la Red de Atención, comentó que ella y su familia habían estado viviendo en uno, pero que la convivencia era muy malaSus chicos se habían agarrado piojos y estaban todos hacinados. Ellos habían estado en “uno en Puerto Madero”. Ahí tenían una habitación para ellos solos y aseguró haber estado bien allí, que hace tiempo que estaba buscando volver, pero no hay cupos.

Hoy en día se encuentra tramitando el subsidio habitacional en lista de prioridad, pero mientras tanto tiene que pagar el hotel donde vive con su familia en Once con plata de su bolsillo. “Es muy caro”, afirma.

La negligencia se evidencia, también, a partir del hecho de que las personas pueden estar 12 horas desde el llamado hasta ser asistidos por la Red de Atención. Y, si por algún motivo no están en el lugar exacto que se informó, los operadores se van. “Si acudieron y no encuentran a la persona porque fue a hacer pis, dicen: ‘Se acudió y la persona no estaba en el lugar’. No podemos tolerar que dentro de una misma gestión haya estos dos discursos diametralmente opuestos”, denuncia de Russi.

Es así, que en un operativo al que acudimos, la persona, en lugar de encontrarse en la esquina de la plaza que se informó, se hallaba durmiendo en un banco a no más de cinco metros de distancia; por ende, el chofer volvió a encender la camioneta y continuó con el viaje.

Mentiras

“Nosotros somos los buenos, los de Espacio Público son los malos”. Pablo, chofer de la Red de Atención

Es el segundo operativo, uno de los encargados del móvil atiden a las personas, mientras el chofer conduce. Relata cómo se acerca a la gente, cómo les hace entender que la calle no es un lugar para vivir… “Y bueno viste, cuando se suben a la camioneta yo agarro y les tiro todo en los tachos: el colchón, las mantas, las cosas que tengan”. Pausa. Tras las insistentes preguntas, confiesa: “En realidad los de Espacio Público se encargan más de eso. Por decirlo de alguna manera, nosotros somos los buenos, los de Espacio Público son los malos”, relata mientras sigue mirando la calle al frente.

Nos cuenta que hay ocasiones en las que, por ejemplo, se hallan grupos de familias asentadas, y que se mandan operativos en conjunto entre la Policía, la Red de Atención y Espacio Público para desalojar la zona. Y allí es donde ya no rige el principio de voluntad de la persona trasladada. Mónica de Russi manifestó: “tratan como objetos a las personas y no en su subjetividad, que son personas sujetos de derechos y de obligaciones también. Los tratan como basura para limpiar la vereda”.

“Muchos están con mucha bronca, algunos se resisten, y ahí es cuando son tratados con violencia, los tiran al piso, los pueden apretar, golpear”, apuntan las organizaciones sociales.“Por ahí esto está mal decirlo, pero el personal de Espacio Público sabe que tiene que limpiar la vereda y tienen que mandar una foto de que dejaron limpio el lugar”, concluye Mónica de Russi.

Las distintas áreas de gobierno comunican las actividades que llevan a cabo. Por ejemplo, a través de la página del GCBA se puede encontrar un resumen superficial acerca de la Red de Atención, la cual mantiene contacto periódicamente con distintas ONGs. “Nunca tuvimos una entrevista, una reunión, nada, con Espacio Público como organizaciones sociales”, expresa de Russi.

El GCBA publicó un solo artículo acerca del desalojo de una “ranchada” de personas en situación de calle en Villa Soldati, el 27 de septiembre de 2024, en el que se menciona a Espacio Público como una intervención para despejar la calle en un operativo en conjunto con la Policía de la Ciudad.

A pesar de los registros existentes y los testimonios obtenidos, desde el área de prensa de Espacio Público e Higiene Urbana, luego de varios intentos fallidos por obtener una entrevista, aseguraron: “Nosotros no tratamos con la gente en situación de calle”.

Por Delfina Bassini

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