Cuando la humorista Malena Ginzburg contó que hizo la “dieta del metabolismo acelerado” de Haylie Pomroy y que bajó 5 kilos , tuvo muchos mensajes en los que le pedían que compartiera el libro. Subió un resumen y a las pocas horas tuvo que eliminarlo.  Se dio cuenta del problema que provocaría tomar consejos aislados sin el seguimiento de un especialista.

Con la excusa del verano y de que se come “menos” por el calor aparecen las dietas bajas en calorías o que restringen alimentos. Sobre este tipo de régimen,  Agustina Murcho (@nutricion.ag), licenciada en nutrición y autora del libro ¡Podemos comer de todo! explica: “Hay varios riesgos como los desmayos, el aumento de la ansiedad y atracones posteriores que hacen que se recupere el peso pedido, que obviamente es de masa muscular, puede haber carencia de nutrientes, y en algunas personas este tipo de dietas genera obsesiones y trastornos alimentarios”.

Su colega Brenda García asegura: “La gente cree que mientras menos comamos, más vamos a adelgazar. En realidad la única forma de eliminar los depósitos de grasa acumulados es comiendo de forma más ordenada, sin saltearse comidas. Pensemos en el cuerpo como una máquina, en la cual menos combustible le demos más va a querer ahorrar. Los depósitos están para ser usados en emergencias y que no ocurra la muerte, por eso con las dietas bajas en calorías permitimos que el cuerpo entre en modo ´ahorro´”.

Un ejemplo es la  dieta cetogénica que es alta en grasas y reducida en carbohidratos. Dado que las grasas tienen un alto poder saciante, mucha gente la utiliza para bajar de peso. Se llama así porque produce cuerpos cetónicos que “son compuestos que se forman cuando se necesita usar combustible -energía- a expensas de depósitos de grasa para alimentar los órganos como el cerebro y el corazón -situaciones de emergencia- y no hay glucosa proveniente de alimentos que contengan hidratos de carbono”, explica Brenda García.

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Publicación de Agustina Murcho en Instagram sobre la dieta cetogénica

Esta dieta, por otro lado, aporta gran número de proteínas ya que, por ejemplo, se consume más carne. El incorporar demasiadas proteínas, aseguran los especialistas, puede producir, por ejemplo, problemas renales.  Murcho  asegura que otras de las consecuencias de seguirla “son los olores muy fuertes en el aliento, sudor y la orina, ya que los cuerpos cetónicos poseen un olor particular. Además hay pérdida de calcio ya que el exceso de proteínas facilita la pérdida de calcio por el riñón, extraído de los huesos, lo cual aumenta el riesgo de osteoporosis”.

El detox es otra de las modas alimenticias impuesta, en su mayoría, desde las redes sociales. “El método “detox” es inútil, ya que no hay alimentos que nos desintoxiquen porque nuestro organismo se encarga de eso automáticamente gracias a nuestros riñones, pulmones e hígado. Jamás vamos a encontrarnos con toxinas en nuestro cuerpo porque son eliminadas por sí solas, nuestro cuerpo es muy sabio. Si alguien lo hace como complemento a su ingesta habitual fantástico porque está incluyendo muchas vitaminas y minerales que benefician. Si lo hace como reemplazo a la dieta cotidiana está cometiendo un grave error”, afirma García.

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En las redes sociales circulan dietas, consejos de cuentas fits, publicidades de batidos proteicos, etc. García opina que “el tema de la comida para todos nosotros es un asunto cotidiano y lamentablemente está en boca de todos. Cualquiera se cree con poder de opinar y la alimentación humana es un tema muy complejo, lleva años y años de estudio y constante actualización” y añade que hay “mucha obsesión por no comer alimentos que contengan hidratos de carbono, el miedo a las “harinas”, dietas muy altas en proteínas que pueden ocasionar daños renales y no sirven para nada, hasta fobia por comer fruta de noche -un alimento tan natural y beneficioso-. Se corren demasiados mitos y hay que estar muy atentos para poder filtrar la información verdadera de la falsa”.