Por Ezequiel Alejandro Mon
Opera en territorio nacional una industria que no dejó de crecer por los últimos 20 años. Durante el 2021, recaudó más de 86 millones de dólares y en el 2022 la cifra ronda los 72 millones de dólares.
Son las 18:59hs y Julieta Harari, llevando encima un tapado beige de un material que parecería ser seda. Se sienta en el quinto vagón del tren Mitre yendo hacia el norte de la Provincia de Buenos Aires, más específicamente en dirección a Tigre, lugar donde se bajará.
Tiene mínimo 50 minutos de viaje y su largo día de trabajo la dejó exhausta para hacer cualquier otra actividad. “Dependiendo del día me gusta leer algún libro, pero si estoy cansada simplemente busco un juego en el celu”, dijo Harari.
Apenas el tren deja atrás la estación de Retiro, Julieta comienza a jugar al Candy Crush, un videojuego típico en los celulares de los argentinos. Va por el nivel 813 y parece avanzar a los siguientes con una destreza propia de un experto.
“Es muy adictivo ciertamente”, expresó la pasajera. En una encuesta realizada por la encuestadora Sortlist a 1.054 personas, los argentinos utilizan el celular una 9 horas y 39 minutos por día. Esto posiciona al país en el quinto puesto a nivel mundial. Filipinas es el primero con 10 horas y 56 minutos.
Pasando la estación Martínez y con unos 25 minutos de viaje restantes, Julieta Harari abre un nuevo videojuego. Sin saber se metió en la “vaca lechera” de una empresa valuada actualmente en unos 500 millones de dólares.
El juego de la famosa ruleta trivial llamado “Preguntados” fue creado en Argentina por la empresa Etermax. La misma comenzó sus actividades en el año 2009 y hoy se encuentra en países como Alemania, Uruguay, Brasil, Colombia, México y Argentina.
En dicha aplicación, se juega contra gente de todo el mundo. Giras la ruleta y toca una categoría. “No sé todo para responder siempre bien, pero me defiendo”, comentó Julieta. Lo curioso de todo esto es que la diversión es gratuita. Simplemente se descarga y ya está funcionando. “No pienso pagar por un jueguito. Ni loca lo haría”, dijo entre risas.
El sector de los videojuegos en la Argentina se encuentra en una constante expansión desde hace ya 20 años. “La industria está necesitada de jóvenes calificados y de productos nacionales para exportar según nos convenga”, analizó Mercedes Delettieres, miembro del Equipo de Comunicación de Etermax.
Pese a que existen cientos de pequeños empresarios a nivel nacional, el 90% de las exportaciones se corresponden a cuatro empresas. Globant, Nimble Giant, Etermax y WildLife. Florencia Trotta, jefa del área de prensa en Nimble Giant, transmitió satisfacción al momento de ser consultada por su rol en una de las empresas desarrolladoras de videojuegos más grande del país.
“Poner a la industria argentina en lo más alto es nuestro propósito como empresa. Nos enfocamos en eso cada vez que el equipo piensa y desarrolla una aplicación.”Florencia Trotta
Desde el año 2004, existe en Argentina una asociación sin fines de lucro que nuclea y representa a las diferentes desarrolladoras a nivel nacional. La “Asociación de Desarrolladores de Videojuegos de Argentina” (ADVA) trabaja con 130 asociados que producen videojuegos y prestan servicios informáticos. La misma tiene como objetivo principal promover la industria, exponer nuevos lanzamientos y conectar al país con el exterior.
Ezequiel Heyn, vicepresidente de ADVA, analiza la industria nacional de los videojuegos. Link hacia la entrevista completa.
— ¿Es la crisis económica un problema?
— La crisis nos afecta a todos, sea cual sea el sector al que se le consulte. A nosotros nos afecta, pero también nos beneficia. Como punto negativo puedo destacar la dificultad para conseguir el capital, el cual nos ayuda a desarrollar y publicitar nuestros juegos. En el lado positivo aparece la subcontratación de trabajadores por parte de empresas del exterior. Somos baratos para ellos y además pagan en dólares.
— ¿Posee Argentina la capacidad para seguir creciendo?
— Llevamos 20 años de crecimiento constante y somos el sector que más creció durante el último tiempo. Tenemos muchos desarrolladores que día a día siguen produciendo para acrecentar la industria. Un inconveniente es quizás la fuga de trabajadores. Ellos se van en busca de un mejor futuro y por ende dejan atrás al país.
— ¿Por qué los desarrolladores apuntan a juegos para Mobile o PC y no para consolas como Playstation o XBOX?
— Más que nada tiene que ver con las facilidades que estos presentan. Es complicado acceder a consolas como Playstation siendo una PYME y sobre todo conlleva un gran gasto. En cambio, todos tenemos un celular o una computadora en casa. Es más fácil llegar al público por esos medios. Además es sencillo exportar juegos por esas vías.
— Se suele decir que se necesitan programadores ¿es así o no?
— La verdad es que depende del tamaño de la empresa. Las PYMES no sufren de esta falta porque únicamente necesitan uno o como mucho dos programadores. Esa cantidad es sencilla de conseguir, pero las empresas grandes no tienen esa misma suerte. Etermax necesita mínimo 40 programadores, los cuales son casi imposible de conseguir hoy en día.
Dentro de las propuestas universitarias del país, se comenzó a incluir la carrera de Licenciatura en Desarrollo de Videojuegos. Desde la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) consideran que “con un crecimiento sostenido en los últimos años, la industria de los videojuegos se ha convertido en la mayor de las industrias culturales, superando ampliamente a los libros, el cine o la música.”
Igualmente no es necesario estudiar una licenciatura específica para poder entrar en el mundo de la tecnología. Pedro Seggi es estudiante de la carrera de Ingeniería Informática en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires. “Desde chico solía jugar en la Play Station junto a mi hermano Nahuel. Los videojuegos estuvieron siempre conmigo.”, dijo Seggi.
Pedro estudió toda su infancia en el colegio Nuestra Señora de la Misericordia en Belgrano. “Mis padres me llevaron ahí por cercanía quizás. Nunca les pregunté realmente”. Pese a no ser un colegio técnico o industria, Seggi ya sabía que era lo que quería para su futuro.
Como se suele decir, “las carreras del futuro son las tecnológicas” y es por eso que muchos jóvenes tienden a inclinarse para ese lado. El ITBA presenta una amplia variedad de propuestas para los gustos actuales y la Ingeniería Informática es una carrera que tiende a abrir puertas hacia destinos diversos.
“No me veo como un NERD. Hago deportes, salgo con amigos y sigo con mi vida. Lo único es que me gusta programar y también jugar cualquier juego.”, comentó Sergio Seggi.
Sus padres siempre mostraron un apoyo incondicional en todas las decisiones que Seggi tomaba. Elegir la carrera para recibirse en un futuro de ingeniero informático fue una de ellas. “Mis amigos eligieron las carreras comunes como abogacía, medicina, veterinaria, entre otras. Yo en cambio, fui el “raro” y me metí en algo más complejo e interesante a mi forma de ver”, dijo de manera cómica el estudiante.
En sus tiempos libres, Sergio va al gimnasio y juega fútbol con amigos. Para él es mentira que uno pierda su vida social cuando se mete en una ingeniería. “Mis amigos de abogacía tampoco es que tengan mucha vida social”, comentó.
Combinar su amor por los videojuegos y por la ingeniería no fue difícil para Sergio Seggi. Al optar por la carrera de Ingeniería en Informática, pasar a la industria del entretenimiento digital no es complicado. “Ciertamente vemos cosas similares, pero me incliné más por esto y no tanto por alguna licenciatura en videojuegos”, dijo Sergio.
La demanda de programadores y de trabajadores especializados en tecnología está en gran demanda en la actualidad. Pese a ser una carrera del futuro, no se llega a cubrir la demanda que existe para este puesto. La incertidumbre de esto crece al saber que son casi nulos los programadores desempleados.
“Creo que esto ocurre porque se piensa que es una rama pensada para genios y no es así”, analizó Seggi. Para Sergio es común que los estudiantes abandonen la carrera en el primer año o incluso en algunos más avanzados. “La duración de la carrera y la carga horaria que conlleva es abrumadora en cierto punto. Insisto en que tengo vida social, pero hay veces en donde no abandonó la computadora ni un segundo”, dijo Sergio Seggi.
Una de las problemáticas que se presenta en la Industria Nacional de los Videojuegos es la llegada de empresas extranjeras. Arriban con sueldos en dólares y subcontratan personal para que realicen tareas de manera remota o incluso llegando a cambiar de país en busca de un mejor salario y calidad de vida.
Mercedes Delettieres, miembro del Equipo de Comunicación de Etermax, reconoció a esta tendencia como una amenaza. “La industria tiende a pagar bien, pero es difícil competir contra el capital extranjero.”, comentó. En este caso se suele aplicar el término “fuga de cerebros». Ocurre cuando graduados universitarios en carreras tecnológicas optan por abandonar su país en afán de conseguir una mejor calidad de vida.
Una PYME que llegó a brillar en el mercado internacional fue Whiteboard Games. Creada por un grupo de jóvenes, esta empresa llegó hasta Alemania para trabajar con Gameforge.
Luciano Musella es el fundador del proyecto y se transformó en la primera empresa en firmar un acuerdo con la firma alemana. “Nos recibieron en la casa de gobierno y nos trataron super bien. Es un orgullo para nosotros el hecho de que el Gobierno Nacional preste atención en el rubro tecnológico.”, destacó Musella.
“Arrancamos con mi grupo de amigos y fuimos avanzando. No sabíamos que iba a tener tanta repercusión.”, dijo Luciano.
Sobre este lanzamiento, De Pedro festejó: «Nos reunimos con el embajador de Alemania, Ulrich Sante, y representantes de la industria local de videojuegos y celebramos la primera colaboración de la empresa alemana Gameforge en Latam con la nacional Whiteboard Games para el lanzamiento de I See Red. ¡Felicitaciones!».
Para poder comprender el potencial y todo lo que ya se hizo en el país, solo basta con entrar en Steam y filtrar por país o por empresa. Cientos de videojuegos Made in Argentina están ahí dando vueltas esperando ser descubiertos.