La famosa frase “sigue el dinero” de Garganta Profunda, el informante clave de la investigación del caso Watergate, fue la guía de Pablo Boczkowski, director del programa de Medios, tecnología y sociedad de la Northwestern University en Chicago, para para determinar cuán influyentes son los medios a la hora de fijar una agenda informativa.
Este sendero lo llevó a concluir que los medios tienen una relevancia acotada al lado de los grandes distribuidores de contenido como Facebook y Twitter.
En los últimos cinco años los medios lucharon para mantenerse a flote. En Estados Unidos, el 65% de la torta de ingresos publicitarios se repartió entre 5 grandes- entre los cuales se encuentran Google y Facebook- y el restante 35% se debió repartir entre los medios. Sin embargo, a pesar de que perdieron terreno en el ámbito publicitario, tuvieron una evolución estable en los ingresos gracias a la implementación del paywall (subscripciones pagas para acceder a contenido). Pero mientras que el New York Times tenía una evolución suave, Google duplicaba su cantidad de ingresos y Facebook los triplicaba.
Las empresas de medios están centradas en la creación de contenido cuando las redes están interesadas en su distribución. Según el sociólogo, gran problema es que “la agenda del público se superpone de manera parcial con la agenda de los medios”. Por lo tanto, la influencia de los medios pasa a ser muy limitada ya que los temas que proponen los periodistas son menos vistos.
En una investigación realizada entre el 2007 y el 2012 para su libro “The News Gap”, escrito en colaboración con Eugenia Mitchelstein -profesora de la Universidad de San Andrés-, se relevaron más de 50.000 piezas de contenido online de organizaciones de noticias como The Guardian, CNN, El País y La Nación, entre otras, de siete países ubicados en tres regiones distintas. En ellas constataron que no hay diferencia en los intereses de los lectores ni por región ni por ideología: son los mismos en todo el mundo.
Pero existe una “brecha del 20% entre lo que proponen los medios y lo que les interesa a los usuarios”, explica Boczkowski. Los menús informativos de los medios se centran en la política, la economía y lo internacional cuando los usuarios prefieren áreas temáticas más livianas como el deporte, el espectáculo y el clima. Los periodistas están “ansiosos de publicar lo que es, o parece ser, edificante” pero los usuarios quieren leer lo que les parece interesante. Eso es lo que encuentran en las redes.
La investigación demuestra también que cambió radicalmente la forma en la que se consumen las noticias. El papel se encuentra lejos del epicentro de la vida cotidiana de los jóvenes. Ahora se consume principalmente a través de los dispositivos móviles y se hace de forma “incidental”. La mayoría se encuentra con la noticia, no la busca. Las leen de forma no intencional como parte del chequeo constante del feed de contenidos de Facebook o Twitter. Los jóvenes no se posicionan como sujetos que usan los medios si no que viven en ellos. Para ellos, conectarse a Facebook es la segunda actividad después de prepararse la comida y comer.
La Academia Nacional del Periodismo transmitió en vivo a través de Facebook Live, la conferencia de Boczkowski.