Analizar el tango es una tarea inabarcable y muy controversial. La contradanza o country-dance inglesa está presente en el origen del tango aunque las dos vías de penetración más fuertes son la española y la francesa. El aporte fundamental de los afrodescendientes. Muchos autores opinan que la milonga es la precursora del tango.
Los orígenes musicales del tango lo vinculan sobre todo a dos vertientes: la francesa-cubana y la española. Sin embargo el origen de la danza del tango está muy ligado a la contradanza o country-dance inglesa, que era un tipo de danza social de salón en la que varias parejas bailaban, ya sea en hileras o en círculos al ritmo del vals o la música cortesana y folclórica inglesa en boga en ese momento (siglo XVII al siglo XIX). Como referencia a este tipo de danza es muy fácil recurrir a las escenas de grandes bailes en las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Jane Austen, como “Orgullo y prejuicio”.
La Contradanza inglesa
La contradanza inglesa se popularizó mucho en Francia y tomó la forma de Cotillion y posteriormente Quadrille (square dance o danza en forma de cuadrado o ronda). Santo Domingo, en ese momento bajo dominio francés, recibió en su territorio a esta danza que “tenía en sí un elemento que habría de seducir poderosamente al negro” (El intérprete musical, de Edelmiro Mayer ).
Tiempo después, el 14 de Agosto de 1791 se inicia en la isla de Santo Domingo la revuelta de esclavos que luchaban contra la abolición de la esclavitud. Esto provocó el desembarco de los colonos franceses en Cuba, que ofrecía el refugio más seguro y próximo.
Fue allí, en Santiago de Cuba y en La Habana , que la contradanza inglesa-francesa, concebida como una danza de figuras e hileras, como una danza coral, tomó su cariz de sensualidad demasiado escandaloso para la alta sociedad europea. En palabras de Edelmiro Mayer, de su libro “El intérprete musical” de 1888, “la danza habanera no es otra cosa que la antigua contradanza, modificada por el clima de los trópicos”. La contradanza cubana pasó a ser el primer género de música de la isla que pudo ser exportado y fue tomado por la mayoría de los compositores criollos del siglo XIX. De la contradanza en 6 X 8 nacieron los géneros que hoy se llaman la clave, la criolla y la guajira. De la contradanza en 2 X 4 nacieron las danzas de la habanera y el danzón y sus consecuentes híbridos.
Por ejemplo “La Paloma”, de Sebastián de Iradier obedece a lo que se clasifica como una habanera, que se consolida durante la primera mitad del siglo XIX, y alude a una canción que sintetiza elementos de las danzas de salón europeas y referentes rítmicos africanos, caracterizándose por la repetición, por lo general a lo largo de toda la pieza y en la parte del acompañamiento, de una célula rítmica compuesta de un saltillo de negra y dos corcheas en compás de dos cuartos.
Esta contradanza convertida en danza pasa nuevamente a Europa como habanera y tiene un éxito descomunal.
En Francia, el compositor Georges Bizet, copia nota por nota otra habanera de Iradier, creyéndola anónima de tradición popular, y la incluye en su ópera “Carmen” (1875). Esta ópera es actualmente la más representada del mundo y su aria del primer acto, una de las más famosas del repertorio operístico. “L’Amour est un Oiseau Rebelle” (“El Amor es un Pájaro Rebelde”), es esta habanera de Iradier-Bizet, y se conoce comúnmente como “La Habanera”.
Desde Francia la habanera es proyectada hacia todos los confines del mundo, logrando inmensa popularidad en el ámbito del Río de la Plata, como pieza de salón por París, y por Madrid como pieza cantable de zarzuela. Quedan así cristalizadas las dos vías de penetración más fuertes para lo que sería el tango: la vía española y la francesa.
El aporte afro
Muchísimos otros compositores franceses de la época como Jules Massenet y españoles o Pablo de Sarasate escriben obras bajo esta forma musical. Así fue como la música de la Habana llegó al Río de la Plata, y a todo el continente iberoamericano: como canción, como baile de pareja enlazada y como pieza instrumental para piano.
Sergio Terrasa, fundador de la orquesta de tango “Contragolpe”, opina que no se debe tener una mirada tan eurocentrista y que se debe ponderar la influencia negra sobre el tango: “los afrodescendientes siempre se han quejado de que han sido muy ninguneados en la historia del tango y en la historia argentina en general, rioplatense” y agrega: “La negritud está en las colonias americanas desde que comenzó la esclavitud para trabajar en las plantaciones de América. Son varios siglos de gente de raza negra en América y en el Río de la Plata. Entonces, muchas de las cosas que suenan hoy en el tango, en realidad derivan de la música pampeana, de lo que son los estilos criollos.”
Luego explica qué es el estilo criollo: “Es una música que tiene mucha influencia andaluza que en general la canta una sola persona con una guitarra: tiene una parte que es con ritmo no pulsado y tiene otras partes que son extremadamente rítmicas que funcionan como interludios, separan las estrofas. Por ejemplo, en el tema de Gardel “Guitarra, Guitarra Mía”, la parte en la que canta: “guitarra, guitarra mía…”, es la parte no pulsada, y después la parte pulsada es lo que hacen las guitarras, que hacen como un valsecito, entonces es un momento en que el cantor canta solo al ritmo que se le ocurre y los guitarristas solamente le van haciendo como un colchoncito de acordes atrás, escuchando cuando el cantor va marcando los acentos y en otro momento el cantor se queda callado y las guitarras hacen como un valsecito súper rítmico, súper cuadradito: ese es el estilo criollo.”
Y cierra estableciendo una clara conexión: “El estilo criollo y todo lo que es la milonga campera que usaban los payadores, en general, tiene influencia negra. Lo negro al tango no llega sólo desde la habanera, llega de muchos lados e incluso muchos dicen que mucho del flamenco en realidad también tiene que ver con cosas de América que fueron a Europa.”
Tango canción
Hacia 1870 tienen gran popularidad en los bailes públicos rioplatenses tres formas populares de diversa procedencia, distintas características melódicas pero idéntico ritmo o fórmula de acompañamiento: la milonga, expresión local de viejo arraigo, intensamente cultivada por los sectores populares; la habanera, nacida en Cuba y difundida por las compañías españolas; y el tango andaluz que llega al Río de la Plata como canción, sin su danza de origen. Decía el musicólogo Carlos Vega: “El ritmo común, la armonía rítmica que los unifica, es común también a numerosos cantos y danzas”.
El patrón rítmico común a las habaneras, las milongas y los tangos, mencionado anteriormente, es un ritmo subyacente y característico que de alguna manera unifica este vasto universo musical. En notación musical se ve así:
Muchas piezas argentinas muy conocidas, como “Por una Cabeza” y “Milonga Sentimental” de Gardel, “Decarísimo”, de Piazzolla, “Fumando Espero” del maestro de Angelis, “Tinta Roja” de Aníbal Troilo y “Se Dice de Mí”, de Tita Merello están construidas sobre este patrón.
Vicente Rossi, en su libro “Cosa de Negros” dice: “La danza cubana se presentó en el Plata a mediados del siglo pasado imponiéndose en todos los barrios y todos los cuartos y cuando fue milonga dominó tiránicamente. La milonga pues, comenzó a llamarse en Buenos Aires “habanera con quebrada y corte”, términos que luego se sustituyeron con “baile con corte””.
Beethoven y Pugliese
Julián Peralta, uno de los primeros directores de la “Fernández Fierro”, pianista, que ahora dirige “Astillero”, contaba que otra influencia negra en el tango es la síncopa. Sobre este punto Sergio Terrasa agrega: “La síncopa, tan característica del tango, es negra. Todo lo que se sale de tierra, con cierta violencia, en general, es muy de influencia negra.” Por otro lado, rescata también la influencia europea: “Todo lo que es muy cuadrado del tango, que es bien marcado en 4, súper marcado, eso es bastante europeo. El tango tiene una influencia europea importantísima, no es que yo la esté renegando. De hecho, todo lo que es el tango instrumental, de las orquestas típicas, es totalmente heredero de la música clásico-romántica: si vos agarrás un tema de Chopin o de Liszt y lo orquestás para orquesta típica funciona fenómeno. O agarrás un tango clásico instrumental -precisa Terrasa- y lo tocás en un piano con un tipo que toque Chopin o Liszt, también funciona fenómeno. Y, lo que empieza a producir Pugliese en los años 40, por ejemplo “La Yumba”, son temas relativamente monótonos y que se van desarrollando de a poquito. Los tangos en general tienen un tema “A” y un tema “B”, que son bastante contrastantes, que esa parte en realidad es más heredera del tango canción, pero a mediados de los 40, Pugliese empieza armando estos tangos que son como más evolutivos, donde hay un solo tema prácticamente, que se va desarrollando a lo largo del tiempo y eso es muy típico de lo que hacía Beethoven. Esa parte del tango, es tremendamente heredera de lo clásico, y las armonías y todos los recursos que utiliza el tango son tremendamente herederos de la música clásica europea. Y después Piazzolla lleva eso al extremo, le incorpora un montón de cosas del barroco, de tipo Bach, o sea que lo europeo está claramente presente en el tango.”
De la adaptación de todos estos elementos nació el tango. Todas estas formas musicales, llegadas a América desde los primeros tiempos de la colonización, todo lo europeo, lo negro, lo español, todo lo que es la copla, el tango cantado que deriva de la payada, son tomadas por el gaucho rioplatense para expresar su emotividad, la cual ya expresaba desde antiguo por medio de cifras, estilos y payadas, a las que se sumaron con el correr de los años el cantar de contrapunto y milonga. He aquí el origen de la melancolía tanguera.
De hecho, los primeros cantores de tango eran payadores, Sergio Terrasa cuenta: “Por ejemplo Gardel, en un momento había grabado solamente 3, 4 tangos y ya tenía grabados como 40 estilos, porque Gardel cantaba básicamente estilos criollos, zambas, esas cosas, y en un momento empieza a experimentar cantar una música que era básicamente instrumental o que tenía algunas letras picarescas; pero el tango profundo y melancólico, de letra de cierta profundidad emotiva, comenzó con “Mi Noche Triste”, el primer tango grabado con una letra así en 1917, grabado por Gardel.” Agrega Terrasa que “mucho tiempo antes Gardel había grabado un montón de estilos, por eso al estilo se le da tanta importancia en cuanto a influencia del tango. Y en el estilo, la milonga campera, la cifra, todo lo que hacen los payadores, que cantan y se acompañan con una guitarra con distintos ritmos, eso claramente viene de la música pampeana y la música pampeana es súper heredera de lo que sería la copla española, la copla andaluza, y por otro lado, todo lo que es la milonga, el bordoneo, y ese acento tan característico del bordoneo, en la segunda corchea de la segunda negra tan acentuada (en compás de 4/4), es negro hasta que se demuestre lo contrario, y eso, seguro que estaba antes que todo el asunto de la habanera y de los cubanos de Santo Domingo.”
La Milonga
Según muchas opiniones la milonga es la precursora del tango y a la vez la heredera directa de la habanera cubana. Porque la milonga se prestó mejor a las posibilidades vocales y literarias del gaucho rioplatense fue que alcanzó gran difusión en el campo. La milonga fue cantada en principio con versos octosílabos, en cuartetas o por romance. Posteriormente, en su auge, le fue adaptado el verso espinel o décimas espinelas, de clara creación española, forma poética muy utilizada por los payadores de todo el territorio del sur del continente americano, así como también en Venezuela, Colombia, Ecuador y Centroamérica.
A Buenos Aires fue llevada por los gauchos que hacia 1860-1880 se afincaron en los suburbios de la metrópolis y eran “milongueros como él solo”, según palabras del autor Ventura R. Lynch de 1880, quien también escribía: “En los contornos de la ciudad está tan generalizada, que hoy la milonga es pieza obligada en todos los bailecitos de medio pelo que ora se oye en las guitarras, los acordeones, un papel con peine y en los músicos ambulantes de flauta, arpa y violín. También es dominio de organilleros que lo han arreglado y lo hacen oír con aire de danza o habanera”.
Eventualmente entusiastas como el compositor porteño Francisco Hargreaves – autor de la primera ópera argentina: “La Gatta Bianca”- y Julián Aguirre, rompieron con los prejuicios clasistas sobre todo lo que fuera música popular (creyéndola desprovista de interés y valor), componiendo varias milongas para piano que se ejecutaban en las tertulias familiares a fines del siglo XIX.
En este sentido Sergio Terrasa, a pesar de reivindicar la negritud tanguera admite la importancia de la música culta en el tango: “Todo eso seguramente tuvo cierta influencia, porque además, cuando esas cosas vienen por el lado de lo que es la música culta, terminan impactando de una forma importante en lo que son las élites culturales de cierto lugar y suelen generar cierta influencia a veces más rápida que lo que se estaba cocinando en los suburbios.”
Queda demostrado que ninguna nación o etnia puede declararse la única madre o creadora del tango. Cada parte que conforma el vasto fenómeno del tango del Río de la Plata fue un producto del crisol criollo, y como vimos anteriormente, la danza puede rastrarse hasta la Inglaterra del siglo XVII, la música es la amalgama de estos bailes de salón con ritmos africanos y la poesía es de estructuras españolas pero de esencia puramente criolla, y es este espíritu el que diferencia a nuestro tango de otros, como el tango americano (otro nombre de la habanera), el tango andaluz, el tango flamenco o el tango cubano. Cada componente influencia al otro para lograr la alquimia perfecta del temperamento urbano, una expresión popular del berretín porteño, el sonido de la naturaleza del pueblo argentino.