En el marco del XIII Encuentro del Consejo Latinoamericano de Acreditación de la Educación en Periodismo y Comunicación (Claep), los periodistas Carlos Pagni y Jorge Liotti participaron de un conversatorio bajo la premisa “El poder bajo la lupa: periodismo frente al poder político y económico”.
El periodista y editor jefe de la sección Política de La Nación Jorge Liotti inició el diálogo con una reflexión acerca del rol del periodismo en el contexto sociopolítico actual, al afirmar que la relación entre aquel y el poder político ha sido “históricamente tensa y compleja”. Sin embargo, luego de hacer una mención del video fake de Mauricio Macri previo a las elecciones legislativas, planteó que el panorama del presente es “doblemente desafiante”: al reto que propone el avance de las nuevas tecnologías, se le suma “un poder político que, de algún modo busca apalancarse sobre ese nuevo contexto (…) para licuar el valor del ejercicio periodístico”.
A partir de lo propuesto por Liotti, Carlos Pagni hizo su propia reflexión, al señalar que “en una de las visiones que se puede tener del problema de la comunicación”, éste se trata de un fenómeno internacional, que “este oficialismo importa de otras experiencias políticas recientes”.
Afirmó que el periodismo fue inventado “para limitar el poder”, y que esa es su esencia. Por eso, aseguró que los periodistas “tienen fueros”, que se tratan de “una garantía que la sociedad se da a sí misma para poder obtener información”. A raíz de esto, manifestó que es “normal” que el poder se sienta molesto.
“Nosotros debemos hacernos merecedores de esos fueros”, sostuvo. Pagni se refirió a que la prensa debe “justificarse en que efectivamente mira la realidad con sentido crítico, (…) es capaz de proponer un sentido, (…) de organizar un debate (…)”. Sin embargo, subrayó que lo más importante es que tenga “un lugar autónomo”.


Siguiendo esta línea, afirmó que “desde hace un tiempo, en algunas sociedades, uno mira el periodismo y escucha el eco de la discusión de los políticos”. Con esta reflexión diferenció la relación del político y del periodista con la palabra: “La función de la palabra en el periodismo es explicar al que persuade, y descubrir, en todo caso, si no nos está vendiendo gato por liebre”. Y señaló que este es el rol de la prensa que se ve amenazado.
“El periodismo debe desbaratar” la polarización, pero sin embargo “colabora con eso”. Aseguró que todas las profesiones se enfrentan a esto, pero la ansiedad por correr detrás de la noticia hace que el periodismo esté más expuesto.
Liotti retomó la palabra para aportar a esta idea: “Este tipo de gobierno lo hacen a sabiendas de que están martillando un clavo flojo”. Sin embargo, como respuesta, el periodismo no debe intentar “enfrentar al poder político con herramientas propias de una polarización política”, ya que entrar en esa confrontación generaría un “costo muy grande para los medios, para la credibilidad”.
En ese sentido, enfatizó que el trabajo debe enfocarse en reconectar con la sociedad, en recuperar valor en el contenido que se genera. Esto, afirmó, sería el “antídoto frente a cualquier intento de licuación por parte del poder político”.
“La polarización ha convertido a los periodistas en militantes” apuntó Pagni. Al respecto, afirmó que la diferencia entre ambos es el doble estándar; como profesionales, cabe aplicar la misma agenda a todos los casos. A pesar de esto, “la polarización es perversa, y en sí misma inhibe esta posición”.
A modo de ejemplo, planteó que si uno trabaja en un canal con afinidad con el sector político A y critica desde ese canal a A, “a uno lo destrozan, le piden que sea solo criticar a Z”, aunque se estén usando los mismos criterios para hablar de ambos. “Ahí hay para nosotros un desafío temperamental, porque hay que tener cierta cierta templanza, interrogarse, tener bastante claridad respecto de lo que uno hace para sustraerse a esa tribuna que está aclamando y condenando todo el tiempo”, remarcó.

“Si todo se transforma en una cámara de eco, donde lo único que podemos escuchar es lo que nosotros diríamos, la calidad del sistema democrático se degrada muchísimo; por eso el impulso autoritario espera eso”, explicó.
Con una anécdota en la que recordó a Aníbal Fernández mientras se duchaba por ser ambos fanáticos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Pagni sintió que no puede compartir esa afición con él, porque se lo impide Cristina; “un manejo del poder autoritario es que de todo haya dos, y no debe haber vinculación, porque eso facilita el ejercicio del poder”.
Añadió que el periodismo militante contribuye a ese mecanismo de fragmentación. Sin embargo, sostuvo que hay momentos donde la clasificación se rompe y puede haber un conjunto distinto, como ocurrió con el nombramiento del papa Francisco.
Liotti retomó y sostuvo que en un contexto de polarización no hay margen para un relato que intente abordar el concepto de “verdad”, lo cual haría que la lógica tradicional del periodismo deje de tener sentido. Seguido a esto, Pagni afirmó: “La verdad no está en; la verdad está entre”, y se encuentra utópicamente en el diálogo con el otro.