“El rojo es ácido como la fresa y dulce como la sandía, pero duele cuando se asoma por el raspón de su rodilla”, dice en una de las páginas de El libro negro de los colores. Con su poesía y sus ilustraciones en relieve podemos descubrir su historia de una forma diferente.
El libro negro de los colores, además de serle fiel a su nombre y ser negro, tiene ilustraciones con relieve blancas, está escrito en braille y de la manera tradicional.
Sus palabras están cargadas de pedagogía para entender el color y las texturas, permitiendo a la gente vidente y no vidente tener una experiencia única con cada página. Se restituye a través del braille y la textura, la forma y el color. Podemos oler los colores.
“No hay muchos libros de esta calidad, cuestan mucho dinero, es lo que solemos llamar una impresión de lujo”, cuenta Nicole Cejas, diseñadora gráfica.
Delfina García, es maestra de segundo grado en un colegio integrador de la zona norte de buenos aires, en su clase hay un espacio determinado para la lectura, El libro negro de los colores está entre las opciones que tienen los chicos para leer.
“Es el libro preferido de la clase, lo tocan, lo leen, y lo comparten con María que es nuestra alumna ciega. Es llamativo por que los chicos buscan el color siempre, pero este libro al tener relieve y estar en braille les llama muchísimo la atención. Lo terminan viendo entre dos o tres siempre”.
El libro fue escrito e ilustrado por Menena Cottin y Rosana Faría en el año 2008, recibió varios premios y reconocimientos por su pedagogía e ilustraciones.
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