Por Martín Barón Santella y Valentino Leali
Según datos de la institución, las investigaciones de Ciencias Biológicas y de Salud ocupan un espacio preeminente sobre los otros campos disciplinarios, especialmente en el contexto de la pandemia.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), es el principal organismo destinado a la promoción del desarrollo científico y tecnológico del país. Según los datos publicados en Conicet en Cifras, web oficial que detalla su información pública, la institución cuenta con 11.007 investigadores, quienes divididos entre sus distintos sectores de conocimiento, indagan los asuntos más diversos. Sin embargo, poco se sabe sobre los temas que investigan.
Su actividad se extiende en cuatro grandes áreas: Ciencias Agrarias, Ingeniería y de Materiales, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales y Ciencias Sociales y Humanidades. También tiene una dependencia transversal de Tecnología que “comprende cualquiera de las disciplinas mencionadas aplicadas al Desarrollo Tecnológico y Social y Proyectos Complejos”, así descrita en el sitio oficial de la Institución.
Dentro del organismo existe una iniciativa interna para que los campos temáticos estén distribuidos equitativamente. Para Pablo Kreimer, investigador superior del Conicet y Director del Centro de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CCTS), en la cantidad de becas, investigadores, institutos y servicios tecnológicos hay un criterio de división proporcionado. “Varía un poco porque no es exacto, pero se trata de equilibrar. No es que si hay mil becas, le corresponde 250 exactas a cada una, puede haber una que tenga 200 y otra 300 pero no una 100 y otra 500. Entonces se creó un mecanismo para que haya un equilibrio entre las áreas”.
Sin embargo, de acuerdo con las cifras publicadas en el sitio del Conicet al mes de diciembre de 2020 el sector de Ciencias Biológicas y de la Salud es el que cuenta con más investigaciones. Cierta parte se explica por su estrecha relación con la historia del organismo. Desde su creación, el área ocupó una posición central sobre otras. En efecto, el fundador de la Institución, Bernardo Houssay, pertenecía a este gran espacio de conocimiento.
Además, las disciplinas que la conforman, Ciencias médicas, Biología, Bioquímica y Biología Molecular y Veterinaria, han adquirido una gran relevancia por su producción científica y son fundamentales para el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad. Este terreno temático tiene una infraestructura superior sobre los otros: cuenta con el mayor número de investigadores (3.225), posee 104 unidades ejecutoras (UE) y dispone del 25% de los becarios del Conicet. Para el perfeccionamiento y desarrollo de las investigaciones, este campo además recibe 1.276 servicios y recursos tecnológicos de alto nivel, número superior comparado con el resto de las áreas.
Las investigaciones en el rubro de Ciencias Sociales y Humanidades también poseen una alta cifra de candidatos y gente a disposición. Alrededor del 22% de los investigadores y 26% de los becarios pertenecen a este sector. Sin embargo, de los 308 centros de estudios del establecimiento, repartidos entre las provincias del país, esta área cuenta solamente con el 16%, equivalente a 52 institutos. También percibe únicamente 401 herramientas y servicios tecnológicos que distribuidos entre sus numerosas disciplinas internas (Derecho, Políticas, Lingüística, Comunicación social, Psicología, Antropología, Arqueología, Geografía, Sociología, Economía, entre otras) pueden parecer escasos.
El bajo número de institutos de investigación y servicios tecnológicos que le competen al área de Ciencias Sociales se explica porque no requiere tantos materiales, equipamientos y recursos técnicos como Biológicas y Salud y Ciencias Agrarias, Ingeniería y de Materiales. Además existen otros Instituciones en el país como el Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG) y el Centro de Estudios en Ciudadanía, Estado y Asuntos Políticos (CEAP) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que están dedicados exclusivamente a la investigación de las ciencias sociales y humanidades.
Los datos del sitio oficial también reflejan que hubo un aumento sorprendente de las becas financiadas para el área de Ciencias Agrarias, Ingeniería y Materiales a lo largo de los últimos años. En 2007 tenía tan solo 955 becarios. Actualmente, cuenta con unos 2.916, convirtiéndose en el sector de conocimiento que posee la mayor cantidad de becados. A su vez, centrándose en el mejoramiento de la vida cotidiana, el avance de los sistemas de fertilización, la modelación de control de sistemas, el planeamiento urbano y el diseño de viviendas, dispone del 23% de los investigadores. Por su parte, Ciencias Exactas y Naturales muestra números considerablemente bajos en relación con demás espacios. Allí intervienen alrededor de 21% de investigadores y el 20 % de becarios. Además, el área transversal de Tecnología se ocupa de realizar investigaciones aplicadas en la que participan solo 319 investigadores y 230 becarios.
¿Qué investiga el Conicet?
Kreimer resalta que “en los últimos años hubo ciertos ingresos para temas estratégicos, pero por el modo que están definidos hace que casi todo sea estratégico. Esto genera que sean cuestiones demasiadas amplias, en cambio los países más desarrollados tienen estas temáticas mucho más específicas”.
Entre ellos se encuentran, el mejoramiento genético de semillas para cultivos, bioinsecticidas y técnicas de conservación para frutas y hortalizas; desarrollo de nanomateriales para aplicaciones tecnológicas, energías renovables (producción eólica y solar), nuevas tecnologías de extracción de petróleo y gas, servicios de información espacial, ciencia de datos e inteligencia artificial. También cuestiones ligadas al ambiente y desarrollo sustentable como recursos hídricos, remediación ambiental, valoración de residuos y sistemas y tecnologías productivas que reduzcan el impacto socio-ambiental negativo. Asimismo, economía y desarrollo social, violencia de género, trabajo infantil, tecnologías educativas, seguridad ciudadana, derechos humanos, hábitat y sistemas electorales comparados y culturas políticas, son otras de las temáticas fundamentales del organismo. Además, el informe detalla frecuentemente los aspectos examinados (diagnóstico, control, prevención, tratamiento, monitoreo) de la materia estratégica más nombrada y estudiada actualmente: el COVID-19.
El impacto del Covid sobre la institución
Desde el inicio de la pandemia del Covid-19, todas las iniciativas del CONICET, desde la creación de respiradores y kits de diagnóstico mascarillas y barbijos, hasta la elaboración de proyectos educativos y de impacto psicológico y social, se orientaron a brindar apoyo al sistema de Salud.
Una de las primeras medidas a nivel nacional fue la creación de la Unidad Coronavirus COVID-19 qué conjunto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), se dedican a brindar respuesta a las necesidades inmediatas del Poder Ejecutivo Nacional y el Ministerio de Salud de la Nación. Además, coordinan las capacidades de la estructura científico-tecnológica para realizar tareas de diagnóstico e investigación sobre la temática.
En esta línea, Pablo Kreimer cuenta que si bien es demasiado pronto saber si la emergencia del COVID-19 reorientó las investigaciones de las distintas áreas del Conicet, la Agencia I+D+i realizó una convocatoria extraordinaria de proyectos de investigación para ese asunto específico a todo el país. Como consecuencia de este llamado, en el marco de la Unidad Coronavirus, recibió más de 900 propuestas de múltiples disciplinas. Finalmente, a través de un criterio de evaluación y selección, la Agencia financió 64 iniciativas, la mayoría ligadas al campo de Ciencias de la Salud, que recibieron una suma de US$100.000 cada una.
La Agencia I+D+i ,organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, se ocupa de financiar proyectos científicos y tecnológicos a grupos de investigación de distintos centros de estudios de Argentina a través de tres fondos: el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT), el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) y el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC). La mayoría de los subsidios de la Agencia mediante el FONCYT están destinados a los equipos de investigación del CONICET debido a que son los más prestigiosos del país y tienen dedicación exclusiva. Aunque la Institución tiene una línea de proyectos, es marginal en relación con todos los recursos que tiene la Agencia. Además el organismo financia únicamente a sus propios investigadores: subsidia la carrera de investigador y personal de apoyos y becas.
Punto Convergente consultó al FONCYT respecto a la cantidad de proyectos financiados y montos adjudicados anuales por la Agencia a los investigadores del Conicet, y hasta la fecha de publicación de esta nota no obtuvo respuesta alguna.
Si bien el Ranking SCImago considera al Conicet como el mejor instituto gubernamental de ciencia de Latinoamérica, la financiación de los proyectos de sus investigadores es precaria. Kreimer remarca que “el problema es que los recursos bajaron comidos por la inflación y por la suba del dólar. El aumento del dólar es importante porque hay muchísimos insumos para la investigación, desde las computadoras hasta todos los reactivos del laboratorio, que son importados”. Y concluye: “si antes te daban 30.000 dólares y ahora 3.000 ,y bueno, esa plata rinde muy poco y conspira contra la posibilidad de hacer cosas serias”.