“Mi nombre es Victoria y hace un tiempo me estafaron por Internet”. Este tipo de publicaciones aparece en redes sociales para denunciar las peripecias que sufren las víctimas de estafas en compras online. El comercio en línea creció en los últimos años y las transacciones virtuales se volvieron una de las formas más cómodas de comprar y vender objetos, sin tener que recorrer por horas los locales hasta encontrar lo buscado.
Este año el e-commerce creció un 106% respecto al 2019, de acuerdo a un relevamiento de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE). Sin embargo, esta modalidad de compra también tiene sus riesgos y así como hay muchos testimonios de transacciones exitosas, hay de estafas, robos y engaños que, pese a los reclamos, nunca lograron resolverse.
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A la hora de hacer compras online, las posibilidades son más que infinitas. Desde páginas web con su propio carrito de compras o plataformas especializadas, como Amazon o Mercado Libre, hasta algo más rudimentario como puede ser un contacto directo con el vendedor, una transferencia y un servicio de envíos para que llegue el producto.
Todas y cada una de esas alternativas tienen sus ventajas como también sus desventajas y al momento de comprar, hay que tener los ojos bien abiertos para evitar ser estafados. “El medio más seguro es la aplicación que te da la seguridad de que los datos estén encriptados. Los mismos sólo se desencriptan una vez que el paquete llega al destinatario”, precisó Pablo Arozena, experto en seguridad informática.
Plataformas especializadas: productos con seguridad incluida
No obstante, los seguros y las encriptaciones de datos no son impedimento para que algunas personas intenten salirse con la suya por Internet. “Yo compré un regalo por Mercado Libre, pagué con débito automático y el vendedor no me contestó nunca y, obvio, el producto nunca me llegó”, relató Joaquín García, de 22 años, estudiante. “Hice el reclamo a Mercado Libre, hablé con uno de los operadores y a los cinco días me habían devuelto la plata”, completó.
Para Arozena, los medios más seguros son los que cuentan con encriptaciones ¿Qué quiere decir esto? Que el servicio tiene un ‘’seguro’’ que evita que quien vendió un producto reciba el dinero sino hasta que quien lo compró no recibió el objeto. Según expresaron trabajdores de Mercado Libre, en diálogo con Punto Convergente, la empresa “retiene el dinero hasta 30 días después de hecho el pago. Si existe algún problema, se le da al vendedor o comprador un tiempo para que lo resuelvan y si no responden, se procede a cancelar la compra y devolver la plata’’.
Un contacto amigo no siempre es confiable
Lejos de este tipo de plataformas, las cosas se vuelven un tanto más complicadas y las estafas, mucho más posibles si no estamos atentos. “Yo quería comprar un Iphone y una chica me recomendó una página de Facebook”, comenzó su relato Victoria Vartuli, estudiante de 21 años y víctima del robo electrónico. “La página tenía muchas publicaciones, comentarios y buenos precios. Me comuniqué con el vendedor, me dijo el precio y me pasó un nombre para que le transfiera por Rapipago“, rememoró.
Todo parecía estar bajo control. El precio era razonable, la página se veía confiable y tras haberse comunicado con el vendedor había acordado el modelo, color, día y lugar de entrega del producto. “Tenía muchos seguidores, muchos comentarios y me confié. Fui con los 700 dólares a Rapipago y cuando le mandé el comprobante me pasó una dirección. Fui a esa calle y la dirección no existía“, completó. Al darse cuenta de lo que estaba pasando, Victoria intentó llamarlo por teléfono o comunicarse por Facebook pero para ese momento, el vendedor la había bloqueado de todas las plataformas.
Ante este tipo de situaciones no hay muchas salidas posibles. Una es intentar detener la transferencia pero al haberse realizado por Rapipago la transferencia es instantánea, y ya era demasiado tarde. La otra, es recurrir a la Justicia. “Junté mucha evidencia, un amigo habló con la misma página y le pidieron exactamente lo mismo que a mí. Fuimos con la policía y al día de hoy la plata no me la devolvieron, no me ayudaron y no pude comunicarme con nadie“, finalizó su relato.
Los procesos judiciales son largos y, en este tipo de casos, hasta que la plata logra volver a manos de quien fue estafado pueden pasar cerca de dos años. “La única manera de rastrear a esta gente es viendo su IP. Si no, no hay manera. Después se lo llama a declarar y tiene que presentarse con su abogado y con evidencia que se contraponga al relato de la víctima”, explicó Mariano Larosa, defensor público oficial.
“Primero se tramita la causa penal que, por lo general, no dispone la restitución del dinero. Una vez terminada esa causa, hay que hacer una actuación civil en otro juzgado para poder recuperar la plata”, precisó. Sin ir más lejos, en uno de los casos más favorables donde se encuentre al estafador, se pruebe su culpabilidad y se inicie la actuación civil la víctima puede recuperar su plata al cabo de los dos años.
Videojuegos: entretenimiento y posible negocio
Pero como el mundo en Internet es más grande de lo que imaginamos, las formas de ganar plata son impensadas. Una de ellas, la cual se ha puesto de moda en estos últimos años, es vender por dinero real, aquel que se usa dentro del universo de algún videojuego.
Esto es precisamente lo que intentó hacer Juan Pablo López Díaz luego de que, a través del videojuego de PlayStation FIFA, lograra juntar una suma de dos millones de monedas. Esas monedas, en el juego sirven para comprar jugadores para los equipos de fútbol. Fuera del universo FIFA, sirven para cambiarlas por dólares.
“Traté de venderlas por eBay pero no pude así que fui a una comunidad en Facebook. Con la cantidad de monedas que tenía podía conseguir 300 dólares“, recordó Juan Pablo. “Publiqué el aviso y me habló un usuario pero me dijo que no confiaba mucho en mí”, completó.
Según relató, en esa comunidad las transacciones de este tipo se hacen mediante una persona que toma el carácter de ‘mediador’. Él, quien es conocido dentro del grupo, recibe la plata y el producto, en este caso las monedas, y luego le da a cada parte lo que le corresponde. “El mediador era un usuario falso. Habían duplicado la cuenta de uno de ellos y cuando quedaban pocas monedas me di cuenta que me habían bloqueado y no me iban a pasar la plata“, añadió. En estos casos, la Justicia no puede intervenir y, al haber sido a través de una comunidad de Facebook, es casi imposible recuperar lo perdido.
Las redes: mayor alcance, menor seguridad
Lejos del mundo de los videojuegos, las plataformas y los contactos, las redes se han convertido en un lugar donde pequeños emprendedores dan a conocer sus negocios y consiguen compradores nuevos. Lo que empieza como un perfil de Instagram se transforma en un lugar de compra venta que no siempre es lo más seguro.
‘’Quise comprar unas compacteras Pionner en una cuenta de Instagram’’, relató Juana Deppe, de 23 años. La cuenta, conforme a lo que ella contó, contaba con muchos seguidores, publicaciones y comentarios, cosa que le dio “seguridad al momento de comprarlas”. “Le hablé al vendedor por Instagram, me pasó su teléfono y le pasé la plata por Moneygram”, agregó.
Cuando se trata de este tipo de transacciones, es muy común solicitar una foto del producto que se está comprando. En el caso de Juana, la foto llegó e incluso vino acompañada de un código de seguimiento para rastrear el estado del envío. Al llegar, el producto no era lo que ella había comprado, los 1800 dólares que pagó no pudo recuperarlos e ir a la Justicia no fue una salida dado que los datos que tenía del vendedor eran completamente falsos.
En Moneygram, PayPal, Rapipago o Pagofácil, las transferencias de dinero son casi inmediatas. Si bien se puede obtener una medida cautelar para retener el pago, Mariano Larosa señaló a esto como un proceso ‘’engorroso’’ y en el que ‘’no dan los tiempos para intervenir’’.
Qué hacer antes de comprar por Internet
Si se trata de una página web hay que estar muy atento a la url. ‘’Un guión medio en el link, una letra de más o un dominio extraño son indicadores de que se trata de una página falsa’’, advirtió Arozena. ‘’Es recomendable siempre sacar capturas de la operación, tener el paso a paso registrado para poder hacer algún reclamo’’, aconsejó.
A fin de cuentas, no hay a ciencia cierta una forma de evitar las estafas electrónicas. Cada plataforma tiene sus protocolos y sus seguros y cuanto menos ‘oficiales’ en términos de compra-venta sean, mayores serán los riesgos a correr. Revisar las publicaciones viejas, los links, obtener varias referencias, pactar un lugar para encontrarse y hacer el intercambio físico o recurrir a plataformas seguras sean quizás los consejos a tener en cuenta cuando de una compra por Internet se trata.
Por último, en caso de ser estafado, tanto Arozena como Larosa recomiendan presentarse ante la Justicia o Defensa del Consumidor para hacer el reclamo. Al momento de hacerlo, es importante tener registro de todo lo que fue sucediendo: desde capturas de las conversaciones y comprobantes de pago hasta referencias, códigos y direcciones que se hayan obtenido en el proceso.