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De Broadway a la calle Corrientes, el auge de la comedia musical en Buenos Aires

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Argentina es un país donde se puede disfrutar de muchas producciones teatrales de alta calidad. ¿Quiénes son los protagonistas? ¿Qué desafíos tiene la industria en tiempos de vacas flacas? Carlos Rotemberg, empresario teatral emblemático, deja algunas definiciones. La opinión de actores y periodistas.

El último dato registrado sobre cuánto cuesta producir un musical fue revelado hace dos años en una nota de Forbes Argentina por el productor teatral Maximiliano Córdoba. Él dice que producir un espectáculo de calidad en la calle Corrientes, con un número medio de compañía (6 actores categoría A) más rider, escenografía, vestuario, creativos y publicidad, ronda los $30.000.000 (año 2022), a valores de 2024 son unos $250.000.000. 

Con estos datos se da a entender que estas producciones son muy costosas, por lo que se tienen que elegir con cuidado y analizando diferentes factores. Para visualizar mejor este fenómeno, pueden observarse tres casos de musicales que estuvieron este año en cartelera en Argentina y tuvieron gran éxito: School of Rock, Mamma Mia y Legalmente Rubia.

La producción

Primero lo primero. Al tomar la decisión de qué musicales producir en Argentina, los productores son los primeros que aparecen. Ellos tienen que decidir sobre las miles de opciones y alternativas que tienen de proyectos para realizar. Puede deberse a muchos factores: el público, los recursos que tienen, las logísticas y espacios disponibles, la competencia, aspectos artísticos y creativos, entre muchos otros.

En el caso de Carlos Rottemberg, productor teatral argentino, su decisión para realizar sus más recientes producciones, no tiene en cuenta un factor económico, sino uno más personal: su familia. Sus dos hijos fueron tomados en cuenta por su padre para tomar estas decisiones. Su hija se llama Matilda y su hijo Nicolás. A este último le gusta el rock. Es por eso que después de su gran éxito del año pasado, Matilda, este año fue el turno de School of Rock para ser el centro de atención de sus proyectos.

Aún así, no es tan sencillo producir un espectáculo de tan grande escala como los previamente mencionados. “Al teatro musical en nuestro país le cuesta equilibrar su balance económico desde siempre, incluso ante las jugadas de los grandes referentes que conocen del tema. Aún favorecidos por un talento humano excepcional y una pasión encomiable, tenemos muy pocos musicales de producción genuina”, dice Rottemberg en una columna de opinión escrita por él. Lo cierto es que hay grandes oportunidades para dicha disciplina en Argentina, pero el país es difícil dado el contexto del país.

La pregunta entonces es si esto será capaz de sostenerse en tiempo. Rottemberg opina que Argentina geográficamente no es la mejor aliada para el turismo internacional, y el nacional tiene su límite, entre otros motivos por una disminuida capacidad económica de la clase media, principal cliente teatral. 

El desafío es propiciar el efecto multiplicador del rubro, aumentando las apuestas de gran producción con dos objetivos: crear el hábito en las audiencias, como sí lo logró exitosamente el teatro de texto aquí, y favorecer la contratación de nuestro gran capital en talento para que pueda mostrarse en los escenarios nacionales, además de vivir de la profesión. Argentina no será el tercer país en el mundo en teatro musical, pero intentemos ser la primera plaza en América Latina. Vamos por eso. Ya sería un montón”, concluye el productor teatral.

El elenco

Otra parte obviamente muy importante de los espectáculos son los actores y actrices, quienes son los que dan vida a través de su cuerpo a los distintos personajes en cada función. Ellos son un actor clave para que el día de la función todo salga de la manera que debería.

Dalila Cheb, actriz y bailarina que es parte del elenco de Mamma Mia, comenta algunas de las cosas más desafiantes del trabajo. “Dedicarle tanto tiempo de su semana es algo muy desafiante porque, si bien es lo que te gusta y lo que estás eligiendo, a veces uno no tiene ganas de hacerlo porque no deja de ser un trabajo. Que sea algo que uno elige no le quita eso. Sigue siendo un trabajo.” Ella demuestra la importancia de la dedicación que los intérpretes depositan en sus proyectos.

Dicho trabajo tiene sus exigencias. La primera parte más importante del camino de un intérprete que forma parte de una obra es la instancia de las audiciones, que es un momento en el cual los interesados en formar parte de un proyecto teatral hacen una prueba para determinar si tienen los requisitos que se están buscando para dicho proyecto. 

Cabe destacar que este proceso no es igual para todos los proyectos. Depende mucho de dos factores principales. En primer lugar, para qué tipo de proyecto es la audición. En segundo lugar, si es una audición abierta o cerrada, es decir, qué tan masiva es la convocatoria. “En el caso de Mamma Mia, arrancó con un filtro de danza. Éramos muchos y nos iban indicando que fuéramos subiendo al escenario de a grupos. Habrán dividido a toda la gente en 5 o 6 grupos de 60 personas aproximadamente y nos iban enseñando la coreografía. Se tomaron el tiempo para enseñar la coreografía”, explica Cheb.

La salud es lo primero

La otra parte muy importante son las responsabilidades que le tocan a cualquier miembro del elenco una vez que es seleccionado para un proyecto transcurrido el proceso de audiciones. Como aclara la actriz Dalila Cheb, “Hay un montón de responsabilidades que son importantes de cumplir. Capaz sos la persona más talentosa del mundo y con más formación, pero si no sos responsable y no sabés trabajar es difícil que te vaya bien en el rubro.”

Muchas de estas responsabilidades incluyen principalmente tener cuidados de salud, ya que con el cuerpo el artista se expresa. Además, están la puntualidad a los ensayos, la buena predisposición con los compañeros, la atención a las sugerencias de los directores. Es importante para los artistas tener en cuenta esto en todo momento, no sólo en las audiciones, sino también luego de ser seleccionados.

El público

En cuanto a la demanda por este tipo de espectáculos, se podría decir que ha aumentado en los últimos años. De acuerdo a las cifras de Aadet (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales), se produjo un incremento del 96% en lo que se refiere a cantidad de espectadores teatrales en ciudad de Buenos Aires entre julio de 2022 y julio de 2023.

A pesar de ello, desde siempre existió un prejuicio hacia el rubro. La periodista de LA NACIÓN Irina Repetto considera que esto aún se mantiene: “Todavía hay un prejuicio hacia el teatro musical. Creo que al espectador le cuesta. Yo creo que todos consideran que todo es absolutamente lo mismo. Todo es El Fantasma de la Ópera, y ese tipo de historias, pero en la realidad, eso no es así. La realidad es que hay una realidad de géneros enorme, mucha diversidad.”

Es por eso que se en la evolución de las obras de este tipo en Argentina se encuentran importantes consideraciones para su subsistencia en el tiempo, como la puesta, el probar fórmulas que ya se sabe que funcionan, el ceñirse al on o al off, y las caras, tanto las conocidas como las nuevas.

El interés del público argentino por las obras de comedia musical se debe a varios factores. “Yo creo que la variedad atrae. Por ejemplo, si vos tenés una obra como lo fueron los éxitos de “Matilda” o “School of Rock”, con elencos muy grandes, niños talentosos, con una muy buena producción, en donde ves la importante inversión que se hizo y el nivel de profesionalismo, eso atrae”, dice Repetto. No se debe únicamente al musical en sí, sino también a otras variables como la realización del mismo, el boca a boca entre los fanáticos e incluso los protagonistas como es el caso de Florencia Peña en Mamma Mia y Laurita Fernández en Legalmente Rubia.

Los desafíos de la industria

Uno de los momentos más difíciles para el rubro fue el período post pandémico, en el que todos los involucrados tuvieron que volver a acomodarse luego de la emergencia sanitaria, luego de meses sin poder poner pie sobre un escenario, lo que es algo indispensable para esta disciplina. También se tiene que reconocer que, en el contexto de un país con una economía tan inestable, no es tan sencillo mantener altos presupuestos. 

En contraposición a esto, se pueden observar fenómenos más actuales y relacionados a las redes sociales que demuestran que el teatro fue capaz de repuntar y volver a la luz. Uno es el conocido FOMO (fear of missing out), que refiere al miedo que sienten las personas por perderse de cosas que parecen interesantes. Otro fenómeno tiene que ver con las preferencias más personales o subjetivas de las personas, que al ver personas o musicales que les convocan, deciden echarle un vistazo.

 “Que hoy se siga apostando, que haya tanta oferta, habla mucho de lo que piensa la gente. Es fundamental observar eso“, señala Irina Repetto quien cree que para que se siga apostando al futuro es necesario estar atentos a la demanda del público y a la oferta de los productores.

Esta oferta sin embargo no está 100% condicionada por ninguna de las dos partes, como la periodista añade: “No es que a veces si no se cortan tickets, no funciona. Hay algunos que apuestan quizás a tener una mega archi figura conocida internacionalmente en su elenco, ya que funciona igual. Hay algunos que optan por hacer eso, y aún así funciona también. Eso es una decisión de muchos factores que exceden al público.”

Yo vi mucho Broadway, mucho West End. La verdad es que hay producciones acá que están a ese nivel. Que estaban igual que en Broadway. Viví experiencias fantásticas en el teatro”, indica Irina Repetto. Esto se puede ver, por ejemplo, en el caso de Hadestown en Broadway, cuyo elenco recientemente cuenta con dos actrices de nacionalidad argentina: Maia Reficco y Belén Moyano. Sólo el tiempo dirá qué otras oportunidades le tocará y cómo le irá al teatro musical en Argentina.

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