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Qué deportes presentan mayor riesgo de daño cerebral

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Desde hematomas leves hasta parálisis cerebral. Los peligros de recibir golpes en la cabeza. La evidencia científica obliga a replantear prácticas deportivas tradicionales y a reforzar las medidas de prevención en todas las disciplinas.

La encefalopatía traumática crónica (ETC), es una enfermedad cerebral degenerativa asociada a impactos repetidos en el cráneo, y es también la culpable de muchos de los cambios en los reglamentos deportivos durante los últimos años.

La doctora egresada en la Universidad de Buenos Aires, María de los Ángeles Rijanna, explica la diferencia entre esta afectación y el traumatismo encefalocraneano, “un golpe o lesión”. En cambio, una encefalopatía traumática crónica es una enfermedad del cerebro “a causa de un traumatismo en forma crónica”. 

Diego Alvarez es profesor y técnico de la Federación Argentina de Boxeo. Da clases particulares y en el gimnasio “Demolition Team”, uno de los pocos del país que practica boxeo infantil. Esta disciplina va desde los seis hasta los doce años y no permite ningún tipo de contacto físico, no solo en la cabeza, sino en cualquier parte del cuerpo.

“De los doce para arriba se permite hacer un guanteo liviano protegidos con los cabezales”, aclara el profe y agrega: “El uso del cabezal previene varios tipos de cortes que se pueden ocasionar sin intención, como codazos o un choque de cabezas, pero no es útil si se busca resguardarse de las conmociones cerebrales: La conmoción se produce porque la cabeza se mueve y el cerebro no, entonces choca contra las paredes del cráneo. El cabezal no puede evitar ese tipo de lesión”. 

¿Se puede curar el traumatismo cerebral?

La neuróloga Rocio Mercedes Arrejoría advierte sobre los peligros de los traumatismos encéfalocraneos (TEC). Dependiendo del grado de seriedad, la conducta médica que se toma puede ir desde la mera observación, hasta la indicación de una neurocirugía de urgencia. “No hay manera de curar” los daños generados por el TEC, aunque sí hay formas de mejorar sus secuelas mediante terapia física, psicológica u ocupacional, rehabilitación cognitiva o fonoaudiología”, cuenta Arrejoría. 

A diferencia de Álvarez (técnico recibido y acreditado por la Federación Argentina de Boxeo), la doctora explica que, para evitar este tipo de lesiones, se sugiere el uso apropiado de cascos o bucales. 

Fuente: TV Azteca.

Christopher Benoit es considerado uno de los peleadores más completos en la historia de la lucha libre. Su estilo acrobático, sumado con la lucha libre mexicana, lo hicieron destacarse por sobre el resto. Obtuvo 22 campeonatos en total a lo largo de su carrera, lo que lo llevó a ser uno de los mejores del mundo durante los años ‘90. El movimiento característico de “Pegasus Kid” era el llamado “Swandive”, que consistía en subirse a la tercera cuerda (con el rival en el piso) y lanzarse directamente de cabeza hacia la cabeza de su adversario. 

El 24 de junio de 2007, encontraron el cuerpo de Benoit junto al de su esposa, Nancy, y su hijo Daniel de 7 años. Luego de una investigación, y al notar que los cuerpos estaban en diferentes cuartos se llegó a la conclusión de que el luchador había asesinado a su familia mediante la estrangulación y posteriormente se quitó la vida. Hubo muchas hipótesis al respecto de por qué había hecho esto, desde efectos en el consumo de esteroides hasta diversas drogas. Lo cierto es que, luego de su fallecimiento, el presidente del departamento de neurocirugía de la Universidad de Virginia Occidental detectó que el cerebro del luchador era similar al de un hombre de 85 años con Alzheimer. 

Tres años después, y luego de algunos estudios sobre los peligros que conllevan los golpes en la cabeza de diferentes tipos (sillas de acero, mesas de madera, alambres de púa o cabeza con cabeza), la empresa WWE estableció como política interna, la prohibición de golpes que pudieran generar lesiones cerebrales. 

Fuente: NotiFight

Otro caso es el de Prichard Colón. Nació en Florida, Estados Unidos y boxeó hasta los 22 años. Durante su corta carrera había logrado una medalla de oro en el Campeonato Panamericano Juvenil en la categoría de 64kg y 16 victorias al hilo. Todo cambió el 17 de octubre de 2015, en su pelea número 17 a nivel profesional. En esta ocasión se enfrentaba al estadounidense Terrell Williams, con quien peleó 9 rounds antes de ser noqueado por primera vez en su carrera.

Durante la riña, Williams impactó varias veces con sus puños en la nuca de su rival, y aunque Colón cayó al piso luego de los golpes, esto no fue tomado en serio por el árbitro. Ya en el vestuario y luego de haber sido noqueado, no podía ver, estaba mareado y con vómitos. Debido a su estado, fue rápidamente llevado al hospital, donde fue diagnosticado con hemorragia cerebral que le causaría luego un coma de 221 días. Al despertar, Colón era una persona nueva. No podía comunicarse, moverse ni alimentarse por sí mismo.

Hoy en día, el boxeador sigue trabajando en su rehabilitación, y su pronóstico es incierto. Al igual que en la lucha libre, este incidente dejó como legado la implementación de una nueva norma: la regla Prichard Colón. Esta misma implica que los jueces pongan más énfasis en los golpes ilegales para poder prevenir casos como este.

Choque de cabezas

Un estudio realizado en la Universidad de Boston encontró evidencias de ETC en más del 40% de deportistas que fallecieron antes de los 30 años. Para este trabajo, se tomó una muestra de 152 cerebros donados y se encontró que en 63 de ellos había evidencia de esta enfermedad. La mayoría de estos jugaba fútbol americano, conocido por sus fuertes choques y agresividad.

La NFL (liga estadounidense de fútbol americano) realizó cambios en su reglamento en los últimos años en busca de minimizar este tipo de incidentes. Para esto, se cambió la forma de comenzar los partidos, ya que según Jeff Miller, Vicepresidente Ejecutivo de Innovación en Salud y Seguridad de la NFL, esta era la jugada con mayor cantidad de lesiones cerebrales todos los años. La modificación consistió, mediante una serie de reglas, en reducir la velocidad a la que llegan los jugadores al choque con sus rivales, lo que disminuye la probabilidad de alguna lesión posterior. 

Al igual que en el fútbol americano, la Federación Inglesa de Fútbol también financió una investigación sobre los daños cerebrales, en este caso causados por repetidos cabezazos a la pelota. Una de las conclusiones del mismo fue que los profesionales tienen un 3,5% más de probabilidades de padecer Alzheimer que una persona que no se expone a este tipo de actividades.

A raíz de esto, la federación tomó la decisión de prohibir (se sancionará con falta al equipo infractor) el uso de la cabeza en sus divisiones menores. Si bien esta norma es, por ahora, a modo de prueba, la idea es ir eliminando gradualmente esta práctica en edades de 7 a 11 años.

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