Con la tierra colorada como sello y característica fundamental de su suelo, Misiones ocupa tan sólo el 0,8% del total del país, es la provincia más pequeña de la región mesopotámica. Si bien, los componentes de su suelo la favorecen, el sector en alza de esta pequeña provincia es el turismo. Los productores misioneros reclaman ayuda a los gobernantes para enfrentar un panorama difícil. Sin embargo, sugieren que toda la atención y el presupuesto se destinan, principalmente, al turismo.
A nivel nacional, la provincia se destaca con más del 80% de yerba mate y té; mientras que la superficie industrial implantada representa el 42% del total nacional. Pedro Stepaniuk, productor misionero de yerba mate, cuenta la relevancia de la misma: “Es de suma importancia ya que en Misiones son miles los productores que viven de los ingresos que le da la yerba mate y es notorio, cuando el negocio funciona, toda la provincia se ve beneficiada comercialmente; ya que los productores reinvierten sus utilidades en el comercio local”. Lo mismo sucede con los demás sectores destacados de la provincia a la que la mayoría de la población está abocada.
Una de las caídas más preocupantes dentro de estos sectores se da en las exportaciones, donde lejos quedó el record de 0,485% de 1998, antes de que se intensificara la recesión que puso fin al régimen de convertibilidad a fines de 2001. Carolina Okulovich, actualmente a cargo de la empresa Don Basilio, de importante trayectoria en el sector tealero, explica, “En el caso de exportación, Misiones es la única provincia que grava a las exportaciones, a través de los impuestos a los ingresos brutos; a nivel nacional, los pagos anticipados de derechos a la exportación, además de todos los impuestos que se pagan, hacen que financieramente hoy ser productor y exportador sea cada vez más difícil”.
Sin embargo, en este aspecto, Stepaniuk, dueño de Mate Rojo, cuenta: “La situación actual de la yerba mate todavía no es tan mala en relación a las demás actividades, ya que el 90% de la producción es comercializada en el mercado interno, y sólo el 10% restante que se exporta se ve afectado por el bajo tipo de cambio”.
La consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales) afirma que la caída de las exportaciones se debe a algo mucho más que el atraso cambiario, y resalta entre ellos el incremento de costos en la operación privada (inflación); y por cargas públicas (presión tributaria); política cambiaria que afecta la competitividad internacional; e insuficiente o debilitada política comercial internacional, apertura de mercado, y pérdida de diversificación de mercados internacionales en productos industriales.
La inflación aparece como una de la principal desventaja para la producción de la provincia. “La alta presión impositiva y laboral desalientan los nuevos proyectos”, cuenta desanimado Stepaniuk. Y agrega: “Hasta hace dos años atrás, las líneas de créditos a una tasa de interés razonable, fue de gran ayuda para invertir en infraestructura y maquinarias, hoy ya no es así”.
En el sector tealero, el negocio deja de ser rentable con bajas en los precios internacionales de entre un 20% y 25% en dólares y con la suba de los costos internos en un promedio del 30% anual. Esto, los aleja de la competencia, Okulovich explica: “En por lo menos los últimos dos años, países que son competencia para nuestros tés, están siendo mejores en precio, y nos están sacando mercados. Estamos dejando de ser competitivos a nivel mundial”.
Teniendo en cuenta que el té, ocupa el segundo lugar en las exportaciones de Misiones, nos da la pauta de que la mayoría de su producción es destinada al mercado externo. Genera un importante número de puestos de trabajos, tanto directos como indirectos, pero que en la actualidad es insostenible.
Jorge Staciuk, referente de la industria forestal de la provincia, dice: “Estamos sobreviviendo a las altas tasas impositivas”. El aumento de las mismas, da la pauta a lo que se enfrenta y cuan afectados se ven en la industria frente a la política económica que hoy propone el gobierno. Staciuk, cuenta, “Nuestro sector forestal se encuentra en decadencia. El mismo carece de incentivos desde el Estado”. Se es consciente de la crisis mundial que atraviesa el sector, sin embargo, la industria siente el olvido por parte del gobierno; “Las políticas no favorecen al sector, y las posturas del gobierno son nulas frente a los pedidos desesperados de los industriales”, concluye Staciuk.
Los productores misioneros coinciden en que las capacidades y beneficios que posee la tierra roja deberían situarlos en una producción del 20% más.
Carolina Okulovich, explica: “La situación es en caída, vemos que cualquier medida para alentar a quienes producen un productor en nuestro país, y lo puede exportar, generando divisas para nuestro país, debería ser alentado de todas las maneras posibles; no agravando las exportaciones de sobremanera, no abusando de los impuestos, no cobrando multad cuando uno decide agrandar”; y concluye: “En Argentina cobran multa por excederte del consumo de energía, no teniendo en cuenta que al agrandar la fábrica, producir más, se generan nuevas fuentes de trabajo”.