Se sumaron a la movilización internacional para advertir sobre los peligros del calentamiento global y pedir acciones concretas en el país.
“Somos la especie en peligro de extinción”, “Si no escuchás al planeta me escucharás a mí”. Con esas frases escritas en pancartas, cientos de jóvenes se concentraron en el Congreso de la Nación para exigir acciones concretas contra el cambio climático en la Argentina.
La movilización, que se llevó a cabo el viernes 24 de mayo en 14 ciudades de la Argentina, también tuvo lugar en paralelo en varios países del mundo.
“Somos la expresión local de un movimiento que se viene dando a nivel internacional, con una fuerza impresionante sobre todo en Europa, que surge a partir de una militante sueca, Greta Thunberg que con 15 años se paró frente al parlamento de su país y comenzó a hacer huelgas escolares todos los viernes, para pedir por la exigencia climática”, explicó Gastón Podestá de 17 años, vocero de Jóvenes por el Clima Argentina, organización que convocó a concentrarse en el Congreso para pedir por la declaración de la emergencia climática en la Argentina.
Además de la movilización, desde la ONG presentaron un proyecto de ley en el Congreso para tratar la problemática del cambio climático cuanto antes.
“La crisis climática no es un tema del futuro y no se puede resolver sin tratarla como tal. La problemática es transversal y multipartidaria. Y como jóvenes, tenemos la responsabilidad de exigir políticas públicas que busquen un cambio sistémico”, dijo Nicole Becker, coordinadora del movimiento Jóvenes por el clima en Argentina, en el escenario frente al Congreso.
Según Becker es muy importante cambiar la imagen histórica del ecologista como algo meramente individual y empezar a hablar de un cambio sistémico, en donde se apliquen políticas publicas para poder regular el cuidado ambiental.
“Hay que empezar a ver a la crisis climática como un asunto de derechos humanos porque nosotros no nos movilizamos solo para que Argentina reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero, nos movilizamos porque hay gente muriendo hoy”, apuntó la joven y agregó: “No es algo que va a pasar en el futuro, es algo que está pasando ahora en las villas de emergencia, cada vez que llueve la gente pierde sus casas y eso está totalmente relacionado”.
En tanto, Mariana Cagnoli de 29 años inició el movimiento Friday For Future en la Argentina, inspirada en Thunberg. “El hecho de que tenemos 11 años para mitigar los efectos de la crisis climática es súper impactante. Solo una década para transformar el sistema en el que vivimos. Hay que empezar ya”, sostuvo.
Cagnoli se moviliza cada semana y no está sola en esta cruzada: trabajan horizontalmente junto a Julieta (16), Morena (17), Ezequiel (19) y Estefi (34). Además, la modalidad de la organización permite que cada persona pueda enriquecer la causa desde su lugar o especialidad: hay desde activistas veganos adolescentes hasta adultos que estudiaron Ingeniería Ambiental y aportan datos duros.
“Me interesa que este movimiento entrene a los jóvenes en el liderazgo, el trabajo horizontal y la toma de decisiones en red. Notamos que los gobiernos no accionan con medidas reales y tenemos poco tiempo. Queremos informar a nuestra sociedad porque esta lucha es urgente”, agregó la líder de Friday For Future en la Argentina.
Desde la organización dijeron que una de las cifras que más les impactan es el hecho de tener 11 años para mitigar los efectos de la crisis climática, es decir, solo una década para transformar el sistema en el que vivimos. Además, sostienen que en los últimos 100 años más del 90% de las variedades de cultivos han desaparecido de los campos agrícolas.
“También me impacta saber que el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Argentina son causadas por la industria ganadera: el uso de la tierra, la deforestación, superpoblación de animales para consumo humano, entre otras aristas de la problemática”, afirmó la coordinadora de la organización.
Según Cagnoli, el acceso a la información gracias a la tecnología facilitó la conexión y la rápida masividad de movimientos como el que empezó Thunberg. “Hay que usar esa ventaja a favor: hoy los más jóvenes están muchísimo más informados en algunas cosas que los adultos y esto hace que tengan argumentos sólidos para debatir y defender sus convicciones”, concluyó.