Cada vez es más habitual ver a chicos utilizando tablets, smartphones y notebooks. Pasan horas y horas con ese tipo de artefactos tecnológicos, bautizados como “chupetes”, ya que muchos padres utilizan distintos dispositivos electrónicos para calmar y entretener a los niños sin su intervención.
“Abre las puertas a un nuevo mundo de conocimientos y actividades pero limita la posibilidad de conexión vincular entre las personas”, refiere Jeanette Bertolini, psicóloga especialista en niños, al explicar cómo la tecnología influye en los jóvenes, y cómo los padres la utilizan en sus hijos.
¿Cuándo este tipo de usos puede resultar peligroso para los chicos? “El problema no es que los chicos utilicen las tecnologías, el problema está cuando su uso se torna excesivo”, explica Bertolini.
La especialista alerta que aquellos niños que utilicen los artefactos de forma excesiva, “probablemente tengan problemas en un futuro para relacionarse con sus pares”. “Esto implica, también, la posibilidad de que sufran emocionalmente debido a que estarán acostumbrados a manejarse con las distintas personas como lo hacían virtualmente”, asegura.
Según lo que explica la psicóloga, los jóvenes en situación de riesgo son aquellos que crecen en un ambiente familiar poco propicio para su desarrollo o incluso con falta de comunicación.
Los niños que presentan esta situación, suelen refugiarse en las nuevas tecnologías como vía de escape, dando lugar a futuros problemas de integración social, como lo es el autismo.
“No es nada sencillo que cambien el hábito de grandes ya que deben comprender que aquello que era placentero en la infancia hoy es perjudicial para su salud”, afirma Bertolini en relación al sedentarismo que puede causar el uso de este tipo de artefactos.
Según cifras del Programa Nacional de Salud Escolar (PROSANE), el 21,4% de los niños y adolescentes de 5 a 16 años tenía sobrepeso y el 15,6% eran obesos.
A su vez, la especialista cree que hay otros contextos que son más aptos para el progreso de los jóvenes: “la actividad física no solamente es buena para la salud, sino también para la actividad relacional de cada uno de ellos”.
Por esto mismo, considera óptimo que los chicos crezcan en casas con parques o jardines permiten a los niños hacer otro tipo de actividades y no solamente recaer en estos “chupetes” o artefactos electrónicos, que si bien, con un uso considerado y medido no son un problema para ellos, pero sí pueden serlo en su futuro.