La red de Bitcoin, un sistema para hacer transacciones de criptomonedas persona a persona, consume más energía que Colombia por año, según el Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge, en Reino Unido, que estudia los instrumentos financieros por fuera del sistema tradicional. Sin embargo, especialistas en tecnología y mercados sostienen que el gasto eléctrico es “irrelevante” cuando se lo pone en contexto del consumo energético global o incluso se justifica por el desarrollo tecnológico.
El informe de la universidad británica dice que la red de la criptomoneda consume 70.5 TWh por año; por lo que si fuera un país tendría más consumo energético que Colombia (70.5) y menos que Bangladesh (70.6).
El Salvador se convirtió el mes pasado en el primer país en adoptar al Bitcoin como moneda de curso legal. El presidente Nayib Bukele promovió la adopción de la criptomoneda a través de la Ley Bitcoin en donde se reconoce que “no es una realidad ajena a la vida de los salvadoreños” ya que hay comunidades que lo utilizaban desde antes de que el Estado le diera un marco legal.
Para dar confianza a la sociedad, Bukele sostuvo que “el Gobierno garantizará la convertibilidad al valor exacto en dólares al momento de cada transacción”, se informó en medios.
¿Cómo funciona este sistema?
La red tiene que ponerse de acuerdo para validar las transacciones y que no se repitan. Este proceso se llama Prueba de Trabajo (PoW por sus siglas en inglés) y aquí se da el gasto energético. Cuando una persona le quiere enviar dos bitcoins a otra esa transacción tiene que estar validada.
A los mineros, que son computadoras especializadas, se les presenta un problema matemático para validar una transacción y cuanto más poder de cómputo tengan, más posibilidades de resolver el problema. La recompensa para quien pueda encontrar la solución primero se divide en dos: por un lado 6,25 bitcoins por cada transacción y por otro las comisiones de las transacciones que haya validado.
En este intento por resolver el desafío, las computadoras gastan energía ya que el procedimiento es de prueba y error constante, hasta que finalmente un minero encuentra la respuesta y valida la transacción. Una vez resuelto la persona que esperaba los 2 bitcoins los recibe y esa transacción queda registrada en la blockchain que es similar a un libro contable.
La Prueba de Trabajo le da seguridad a la red porque una vez que se haya escrito la transacción en el “libro contable” todos los mineros pueden verla y esos bitcoins que se enviaron ya están en manos del usuario que los recibió. Quien los mandó no puede volver a enviar los mismos, hay registro de su actividad, entonces no se puede duplicar o copiar el dinero como sí otros archivos en internet como imágenes o videos.
¿Hay impacto medioambiental?
Juan Ignacio Porta, analista informático, sostiene que “la red ya consume tanta energía como un país, si esto se volviera más popular estaría el mundo en llamas con estas computadoras resolviendo estos tipos de problemas”. Sin embargo, para Gabriel Kurman, especialista en tecnología blockchain, primero “hay que entender la diferencia entre la producción y el consumo de energía: el calentamiento global y la emisión de dióxido de carbono son consecuencias de producir”.
Para erradicar esta relación entre el calentamiento global y la red, Michael Saylor, un empresario estadounidense, fundó el Consejo Minero de Bitcoin junto a Elon Musk, CEO de Tesla y defensor de las energías renovables, y las principales empresas mineras de Estados Unidos, cuyo objetivo es “promover la transparencia en el uso de la energía y acelerar las iniciativas de sostenibilidad en el mundo”.
Por su parte, Manuel Beaudroit, emprendedor tecnológico, agrega que “no se puede establecer una relación directa entre el consumo de la red de Bitcoin y la generación de dióxido de carbono en la atmósfera porque sería decir que los mineros están conectados a una planta que quema carbón”. Además, según el estudio 3rd Global Cryptoasset Benchmarking Study de Cambridge, el 76% de los mineros combina energías renovables con tradicionales para trabajar.
Kurman da un paso más y dice que si realmente se quisiera solucionar el calentamiento global, hay formas: “Para frenarlo se debería imponer regulaciones a los productores de energía con diésel o carbón porque si no, con la misma lógica, uno podría decir que los autos eléctricos son los responsables porque consumen electricidad”. Para el especialista, “hay que entender a qué están reemplazando los autos eléctricos para ver si son beneficiosos o no para la sociedad y lo mismo para Bitcoin: viene a establecerse como un sistema financiero abierto, inclusivo y democrático por encima del petrodólar”.
Una nueva tecnología, nuevos interrogantes
En la misma línea, Beaudroit considera que como es una tecnología relativamente nueva cuesta entender los beneficios que trae el significado de la descentralización: la Prueba de Trabajo consume energía para asegurar y robustecer el valor que la gente pone en la red y agrega que para él eso es más que suficiente para justificar el gasto de energía.
Ambos coinciden en que los mineros son “carroñeros” energéticos porque utilizan la energía que de otro modo se desperdiciaría. Además, sostienen que las granjas de minado, los lugares donde se instalan los servidores, se ponen cerca de plantas energéticas porque allí se encuentra el excedente. La ineficiencia en la distribución provoca que gran parte de la energía se pierda: según Saylor, 50.000 TWh al año.
Para Kurman, la minería de Bitcoin puede ser un subsidio para la construcción de fuentes de energía renovables e incluso funcionar como un incentivo para su adopción. Por ejemplo, una instalación eólica que por la noche trabaje al máximo y genere una oferta energética ampliamente superior a la demanda podría destinarse al minado en vez de perderse.
Aunque para Porta se debería tomar con más cautela la cuestión del consumo de energía ya que hay que sumarle “la generación de calor” de las granjas de minería. “Si bien creo que en el corto plazo va a tener más años de prosperidad, personalmente a largo plazo no le veo mucho futuro”, agrega.
Por otro lado, para Juan Martín Vergara, asesor financiero, “el Bitcoin puede establecerse como reserva de valor en comparación al dólar” y considera que el precio seguirá subiendo, lo que atrae a nuevos usuarios al ecosistema; lo que lo hará más popular.